El aguacate es una fruta que, por su peculiar sabor y capacidad de incluirse en muchos platos, se convierte rápidamente en una de los alimentos preferidos de muchas personas. Pueden comer el aguacate solo o con tostadas, así como utilizarlo para otras recetas como la ensalada o el guacamole. Además, los beneficios que conlleva su ingesta lo convierten en uno de los productos más saludables del mundo.
Y es que los aguacates poseen una gran cantidad de fibra, folato, vitamina K, vitamina C y potasio, grasas saludables para la salud cardíaca y un mínimo de carbohidratos, además de ácidos grasos omega-3, omega-6, colina, betaína, un alto nivel de calcio, vitamina A y selenio. La lista de nutrientes saludables no se acaba, y convierte a esta fruta en un alimento ideal si queremos mantener una dieta saludable. A todo ello hay que añadirle que posee un sabor suave y una textura cremosa que, para muchos, es una auténtica delicia.
Pero además de todos estos elementos, el aguacate alberga también varios beneficios concretos para la salud, comenzando por lo bueno que es para el corazón. Comerlos equilibra los lípidos presentes en la sangre, reduciendo el riesgo de acumulación de placas en la arteria, además de bajar los niveles de colesterol -hasta un 16% en solo una semana, según los estudios- y la presión arterial.
Su composición también hace que reduzca el riesgo de padecer un síndrome metabólico que, a la postre, acabe derivando en derrames, enfermedades cardíacas o diabetes. A su vez, para la piel, los ojos y el pelo debido a sus sus vitaminas liposolubles y a que contiene muchos antioxidantes. Y eso, claro, por no hablar de que comer aguacate provoca un descenso en las posibilidades de contraer diabetes y otras enfermedades crónicas e incluso algunos tipos de cáncer, como el de próstata o el de piel.
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Qué personas no deberían comer aguacate
No obstante, a pesar de todas estas características positivas para la salud, hay algunas personas que pueden necesitar limitar su consumo de este superalimento. Un ejemplo son aquellas que padecen de problemas renales, a las que se les suele aconsejar que sigan una dieta baja en potasio. Consumir grandes cantidades de aguacate podría hacer que los niveles de potasio aumentasen en el organismo cuando los riñones no funcionan correctamente. Por ello, lo mejor en casos así puede ser reducir su consumo al mínimo y optar por otros alimentos bajos en potasio.
Del mismo modo, la alergia al aguacate existe, aunque es poco frecuente. Algunos síntomas de este rechazo pueden ser la urticaria, el picor y la hinchazón. Es difícil, claro, saber si se es alérgico antes de probarlo, pero un grupo de riesgo son aquellos que tienen alergia al látex, ya que se puede producir una reactividad cruzada que desencadene dicha reacción alérgica.
Por último, hay que decir que, aun con todos sus beneficios, el aguacate también contiene una gran cantidad de calorías y excederse podría provocar un aumento de peso si no se realizan otros ajustes en la dieta para compensar estas calorías adicionales. En contraste, muchos estudios han demostrado que puede ser un aliado importante si queremos perder algunos kilos pues provoca fácilmente la sensación de saciedad. Lo mejor, como siempre, es la moderación.
Moderación que se debe tener también debido a su contenido de fibra. Si aumentamos de golpe la cantidad que consumimos, nos puede generar algunos problemas digestivos como estreñimiento, gases o hinchazón. Por ello, se recomienda tomar al principio una o dos piezas al día, bebiendo entre medias mucha agua, ya que esta puede mitigar los posibles efectos secundarios.