Promueven envejecimiento saludable para una vida activa en adultos mayores
- La Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030) busca promover la salud integral y la inclusión social de esta generación.
- La prevención y la vacunación son claves para evitar hospitalizaciones y enfermedades graves en adultos mayores.
- Mantener una buena alimentación, actividad física y cuidados médicos fortalece la salud física y mental en la vejez.
Lo esencial: con el aumento de la población mayor de 60 años, especialistas destacan la importancia de un envejecimiento saludable para mejorar la calidad de vida en la vejez. La ONU declaró la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030), centrada en la prevención de enfermedades y el fortalecimiento de la salud física y mental de los adultos mayores. Según el doctor Julio Nemerovsky, mantener las capacidades funcionales y promover la inclusión social son claves para que esta generación viva de forma activa y satisfactoria. La vacunación, junto a una buena alimentación y actividad física, son aspectos cruciales para reducir hospitalizaciones y riesgos graves en esta etapa.
Por qué importa: el envejecimiento de la población plantea desafíos para la salud pública y el bienestar social. Promover un envejecimiento saludable no solo mejora la calidad de vida de los adultos mayores, sino que reduce el impacto en los sistemas de salud y fortalece las comunidades.
- Un envejecimiento saludable permite una mayor independencia y participación social.
- La prevención y los cuidados específicos disminuyen los riesgos de enfermedades y hospitalizaciones.
- La integración de los adultos mayores contribuye a una sociedad más inclusiva y diversa.
1. La salud integral como clave del envejecimiento activo
A medida que las sociedades envejecen a un ritmo sin precedentes, la idea de un envejecimiento saludable se vuelve cada vez más relevante y urgente. En 2020, por primera vez en la historia, la cantidad de personas mayores de 60 años superó a la de niños menores de 5 años. Para 2050, estiman que la cifra ascenderá a más del doble.
Esta tendencia es especialmente marcada en América Latina y el Caribe, donde el envejecimiento poblacional avanza rápidamente y se prevé que el porcentaje de personas mayores se duplicará para 2050, alcanzando niveles sin precedentes para finales de siglo. Frente a este cambio demográfico, los especialistas destacan la importancia de priorizar la calidad de vida en la adultez mayor, con la salud como pilar fundamental para una longevidad que permita una participación activa y satisfactoria en la sociedad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció esta urgencia al declarar la década 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable. Este programa global tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas mayores y sus comunidades, promoviendo un enfoque de salud integral que abarque tanto la buena alimentación, el ejercicio físico, como la prevención y atención médica, de modo que la vejez no solo signifique vivir más tiempo, sino también con bienestar.
Para los expertos, el envejecimiento saludable significa no solo prolongar la vida, sino vivir con calidad, participando activamente en la sociedad y en la economía. El doctor Julio Nemerovsky (MN 46.399), especialista en Clínica Médica y Geriatría y ex presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría, explicó durante el encuentro “Caminando el futuro”, organizado por CSL Seqirus, que el objetivo es “conservar todas las capacidades intrínsecas, esto es, lo funcional, lo mental, la vista, el oído”.
Y agregó: “Pero sobre todo, la capacidad de inserción de ese individuo en un entorno social, económico y político”. Esta “generación plateada” incluye a hombres y mujeres mayores de 65 años que se mantienen activos o buscan serlo, asumen responsabilidades y ocupan un rol fundamental en la economía emergente.
Esto implica que los adultos mayores puedan disfrutar de una salud física y mental que les permita vivir de forma independiente, al mismo tiempo que permanecen integrados en su comunidad.
Según la doctora Inés Morend (MN 82.675), médica especialista en medicina interna y especialista en terapia intensiva, esta generación “no va a ser una generación recluida, sino que va a ser una generación productiva”, especialmente en las economías del hemisferio norte, donde para 2030 se proyecta que las personas mayores de 60 años serán el “motor del crecimiento del producto bruto interno”.
2. El rol fundamental de la prevención en el envejecimiento saludable
Para asegurar que los adultos mayores puedan disfrutar de una vida activa y saludable, es crucial adoptar medidas preventivas que reduzcan el riesgo de enfermedades y promuevan una mejor calidad de vida. Nemerovsky subrayó la importancia de estos esfuerzos: “Hoy en día tenemos elementos fundamentales para la prevención, sobre todo, de enfermedades transmisibles”.
Dentro de este marco, la vacunación es una herramienta esencial para el cuidado de los mayores, especialmente frente a enfermedades como la gripe y la neumonía, que representan riesgos graves en la vejez.
Morend destacó que, en la actualidad, “en nuestro calendario está incluida la vacuna antigripal adyuvantada para mayores de 65 años y la antineumocócica”, lo que constituye una defensa clave. La experta también hizo mención de que, durante las epidemias recientes de COVID-19 y H1N1, los adultos mayores fueron uno de los grupos más afectados, con una respuesta inmunológica más débil frente a estos virus en comparación con los adultos jóvenes.
Recientes investigaciones también apuntan a beneficios adicionales de la vacunación en adultos mayores. Un estudio de UTHealth Houston, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, encontró que las personas mayores de 65 años que se vacunaron contra la gripe tuvieron un 40% menos de riesgo de desarrollar Alzheimer en comparación con aquellos que no recibieron esta vacuna.
El estudio, que incluyó casi dos millones de personas, mostró que solo el 5,1% de los vacunados desarrolló Alzheimer en un período de seguimiento de cuatro años, frente al 8,5% de los no vacunados. Este hallazgo sugiere un posible vínculo entre la vacunación y la prevención de enfermedades neurodegenerativas, un área que promete avances importantes para la salud mental en la adultez mayor.
3. Por qué cambia el sistema inmunológico con la edad
A medida que envejecemos, el sistema inmunológico sufre un proceso llamado inmunosenescencia, que describe el debilitamiento gradual de las defensas del cuerpo. A partir de los 50 años, este cambio hace que las personas mayores sean menos capaces de responder eficazmente a infecciones y vacunas.
Este proceso también tiene implicaciones importantes para la respuesta inmunitaria, como explicó Nemerovsky: “La tasa de contagio era la misma (durante las epidemias), la respuesta inmune era diferente”, un aspecto que demanda adaptaciones en los tratamientos preventivos.
Una innovación clave en este sentido es el uso del adyuvante MF59 en la vacuna antigripal para mayores de 65 años, el cual “es una sustancia natural que potencia la respuesta inmunitaria del organismo contra la influenza y juega un rol fundamental para obtener una respuesta inmune más fuerte, duradera y más amplia”, enfatizó Nemerovsky.
La vacuna antigripal adyuvantada ayuda a reducir significativamente las tasas de hospitalización y de mortalidad en la población mayor, en parte porque el virus de la gripe puede desencadenar complicaciones graves, como eventos de trombosis que aumentan el riesgo de accidentes cerebrovasculares o coronarios.
Por su parte, Morend señaló este riesgo adicional: “El hecho de tener una influenza y no estar vacunado triplica este efecto, aumentando el riesgo de muerte o discapacidad”.
4. La importancia de la alimentación y el ejercicio en la adultez mayor
Un envejecimiento saludable requiere hábitos que fortalezcan el cuerpo y la mente, y la alimentación y el ejercicio son pilares fundamentales en este sentido.
Para las personas mayores, una dieta equilibrada es una de las claves más importantes para mantener una buena salud general y prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y la osteoporosis.
Una nutrición adecuada incluye la ingesta de proteínas para preservar la masa muscular, calcio y vitamina D para la salud ósea, y antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Estos nutrientes no solo promueven el bienestar físico, sino que también pueden influir en la salud cognitiva, que resulta esencial para un envejecimiento activo e independiente.
Por otro lado, el ejercicio físico contribuye al bienestar de los adultos mayores. En una nota anterior con Infobae, el doctor Iván Ibáñez, experto en longevidad, medicina antiaging y metabólica, además de director de la Clínica Longevidad en Girona y miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL) dijo que “el ejercicio físico es fundamental para la longevidad porque mejora múltiples sistemas del cuerpo simultáneamente”.
A su vez, Ibañez explicó que el ejercicio mejora “desde la salud cardiovascular y el metabolismo hasta la fuerza muscular y la función cognitiva; la actividad física regular reduce la inflamación, aumenta la resistencia a la insulina y fortalece los huesos, lo que en conjunto disminuye el riesgo de enfermedades crónicas y promueve una mejor calidad de vida”.
La práctica regular de actividades como caminatas, natación, yoga o ejercicios de bajo impacto puede reducir el riesgo de caídas, mejorar la salud cardiovascular y fortalecer el sistema inmunológico.
Además, el ejercicio tiene beneficios psicológicos y emocionales, como la reducción de los niveles de estrés y ansiedad, y ayuda a mantener una actitud positiva frente al envejecimiento. Mantener un peso saludable, dormir lo suficiente, evitar el tabaco y limitar el consumo excesivo de alcohol también son hábitos saludables importantes para esta etapa de la vida.