El entrenamiento de intercalar carreras con caminatas ayuda a aliviar el dolor de espalda

Un grupo de científicos realizó un estudio en Australia que demostró la eficacia y aceptabilidad de este tipo de actividad para el dolor lumbar crónico

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Nueva investigación sugiere que correr no agrava el dolor lumbar, sino que puede mejorarlo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Nueva investigación sugiere que correr no agrava el dolor lumbar, sino que puede mejorarlo (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el mundo, el dolor lumbar crónico afecta aproximadamente al 7,5 % de la población, lo que representa una de las principales causas de discapacidad y años vividos con limitaciones físicas. A pesar de la prevalencia de esta afección, las opciones de tratamiento eficaces y accesibles siguen siendo un desafío.

Las terapias comunes suelen incluir ejercicios de bajo impacto como el ciclismo o la natación, mientras que se desaconseja el running por la creencia de que podría agravar los síntomas. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Universidad de Monash, en Australia, y publicado en el British Journal of Sports Medicine, desafía esta noción.

En la investigación se demostró que correr puede ser seguro para personas con dolor lumbar crónico, pero además una herramienta eficaz para reducir el dolor y mejorar la función física, según el medio especialista Medical Xpress. Esto cambia el panorama del entrenamiento para las personas con este tipo de afección.

El estudio reclutó a 40 adultos jóvenes con dolor lumbar, realizado por la Universidad de Monash (Imagen Ilustrativa Infobae)
El estudio reclutó a 40 adultos jóvenes con dolor lumbar, realizado por la Universidad de Monash (Imagen Ilustrativa Infobae)

El ensayo clínico reclutó a 40 adultos jóvenes, de entre 18 y 45 años, que sufrían dolor lumbar crónico no específico. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno que participó en un programa de entrenamiento de carrera-caminata durante 12 semanas, y un grupo de control que fue colocado en una lista de espera, continuando con su atención habitual sin ejercicio dirigido, según otro medio especializado, MedPage Today. El objetivo principal del estudio fue evaluar la eficacia y la aceptabilidad de esta intervención, en comparación con aquellos que no realizaron ningún cambio en su rutina.

La intervención consistía en intervalos breves de carrera, seguidos de caminatas, realizados tres veces por semana, con un total de 30 minutos por sesión. Los participantes del grupo de intervención experimentaron una disminución significativa en la intensidad del dolor.

Se redujo un promedio de 15,3 puntos en una escala visual de 100 puntos, mientras que la intensidad del dolor actual se redujo en un promedio de 19,35 puntos. Datos en comparación con el grupo de control, que no recibió ninguna intervención activa, informaron ambos medios.

Reducción significativa del dolor observada: 19,35 puntos en escala visual de 100 (Imagen Ilustrativa Infobae)
Reducción significativa del dolor observada: 19,35 puntos en escala visual de 100 (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, el dolor, medida mediante el índice de Oswestry (se utiliza para evaluar el grado de discapacidad funcional causada por el dolor de espalda), también se redujo notablemente en aquellos que siguieron el programa: 5,2 puntos. Esto confirma la eficacia de la actividad física en la mejora de la movilidad y la calidad de vida de quienes padecen esta condición.

Seguridad y aceptabilidad del programa

Uno de los aspectos más destacables del estudio es que, además de ser eficaz, el programa de carrera-caminata demostró ser seguro y bien recibido por los participantes. A lo largo de las 12 semanas del ensayo, no se registraron abandonos, lo que indica que los participantes consideraron el programa factible y aceptable.

La adherencia al programa fue sólida, con una participación del 70% en las sesiones programadas, lo que resalta el nivel de compromiso de los participantes y refuerza la aceptabilidad de esta intervención digitalmente asistida. Este dato es importante porque una de las principales barreras para el éxito de los tratamientos basados en el ejercicio es la baja adherencia, que en este caso no fue un problema significativo.

Programa de carrera-caminata recibió alta aceptación, sin abandonos en 12 semanas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Programa de carrera-caminata recibió alta aceptación, sin abandonos en 12 semanas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El programa de carrera-caminata permitió que los participantes comenzaran de manera gradual, con intervalos cortos de carrera, intercalados con caminatas, y aumentaron progresivamente la intensidad según su capacidad. Esto no solo mitigó las preocupaciones sobre el riesgo de lesión, sino que también permitió a los participantes superar las barreras psicológicas relacionadas con el miedo a que correr pudiera empeorar su dolor.

Aunque sí se reportaron nueve eventos adversos leves, como dolores en las rodillas y tobillos, estos no fueron lo suficientemente graves como para causar interrupciones importantes o problemas a largo plazo, según MedPage Today. Esto sugiere que, con la orientación y progresión adecuadas, correr puede ser una opción segura para personas con dolor lumbar crónico, desafiando la idea de que esta actividad es perjudicial para quienes padecen esta condición.

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