Un cereal ancestral de África Occidental está captando cada vez más atención como una alternativa alimentaria saludable y versátil. Este grano, integrante de la familia de los mijos, es pequeño y tiene la capacidad excepcional de crecer en condiciones difíciles, soportando suelos pobres y climas secos, sin requerir riego ni fertilizantes, según información de Henry Ford Health. Cultivado desde hace milenios, se distingue por su rápida maduración, ya que alcanza este estado entre las seis a ocho semanas. Este periodo es significativamente más corto en comparación con otros granos similares, como la quinoa y el amaranto, que demandan de tres a cuatro meses. Además, se almacena sin problemas y no es susceptible al ataque de plagas, lo cual representa una ventaja para los agricultores.
Nos referimos al fonio, que, desde el ámbito nutricional, este cereal sobresale por su aporte de nutrientes esenciales. Contiene hierro, magnesio, zinc, fósforo, fibra y vitamina B, concretamente tiamina. Su bajo contenido calórico y la ausencia de gluten lo hacen especialmente atractivo para quienes sufren de enfermedad celíaca. Una de sus cualidades más destacadas es su alto contenido en aminoácidos esenciales y no esenciales, lo que lo coloca por encima de otros cereales. Estos aminoácidos son cruciales para diversas funciones biológicas del cuerpo humano, como la producción de proteínas, neurotransmisores y hormonas.
Este grano es particularmente rico en metionina, un aminoácido esencial, y cistina, un aminoácido no esencial; características que lo diferencian de otros cereales disponibles en el mercado. Los aminoácidos esenciales no son producidos por el organismo humano, por lo que deben ser obtenidos a través de la alimentación y usualmente se encuentran en productos de origen animal.
Cómo cocinar fonio
En cuanto a su preparación, el fonio resulta sencillo de cocinar y se acomoda a distintas recetas. Aunque su compra puede resultar un tanto complicada en los supermercados tradicionales, está disponible en tiendas online. Su sabor, que presenta matices terrosos y un ligero toque a nuez, lo hace apto para consumir solo o como parte de preparaciones culinarias más elaboradas. Se cocina en apenas cinco o seis minutos y tiene la cualidad de absorber perfectamente los sabores de las hierbas, especias y salsas con las que se cocine.
Este cereal se puede emplear de forma similar al arroz o la quinoa. Para prepararlo correctamente, se recomienda verter dos tazas de líquido hirviendo sobre una taza de los granos, cubrir el recipiente y dejar que repose antes de separarlo con la ayuda de un tenedor. Se puede combinar con pasas, nueces y especias para crear un tipo de gachas o mezclarse con hierbas y especias para obtener un acompañamiento sabroso y nutritivo.
La versatilidad del fonio no solo se limita al ámbito culinario, sino que también promueve la sostenibilidad debido a su capacidad de crecer en condiciones extremas, lo que representa una posible solución para aumentar la seguridad alimentaria en regiones con climas áridos. Al ser una alternativa nutritiva y sostenible, su popularidad va en aumento y se vislumbra como un potencial protagonista en la transformación de las dietas hacia opciones más saludables y ecológicas en el futuro cercano. Además, su creciente demanda podría incentivar a las comunidades locales a incrementar su producción, generando beneficios económicos a nivel regional.