Cocido, revuelto o a la plancha. Hay muchas formas de consumir un huevo, pero desde luego, cuando se cocina frito levanta pasiones: romper la yema con un trozo de pan, o con unas patatas en los mejores casos, es una experiencia gastronómica única.
Su aroma inconfundible y la textura crocante de sus bordes dorados, combinados con la yema suave y líquida, lo convierten en el perfecto acompañante. Sin embargo, y aunque el gusto por este plato es generalizada, lo cierto es que muchas personas deciden no incluirlo en su alimentación debido a la enorme cantidad de aceite que se suele utilizar para su preparación.
Aunque el huevo es una fuente excelente de proteínas y nutrientes esenciales, el proceso de freírlo en abundante aceite puede añadir grasas saturadas y calorías que algunos prefieren evitar, especialmente en dietas enfocadas en la salud cardiovascular y la reducción de grasas. No obstante, algunos trucos de cocina nos permitirán disfrutar de este pequeño manjar sin necesidad de emplear demasiado aceite.
Cómo hacer un huevo frito sin mucho aceite
Lograr un huevo frito perfecto sin utilizar mucho aceite es más sencillo de lo que parece. La clave está en usar una buena sartén antiadherente y seguir este procedimiento paso a paso:
- Para empezar, elige una sartén antiadherente de buena calidad: esto ayudará a que el huevo no se pegue y puedas utilizar menos cantidad de aceite.
- De este modo, añade una pequeña cantidad de aceite: vierte una cucharadita de aceite o utiliza un pincel de cocina o un aerosol para esparcir una fina capa de aceite en la sartén. Con esto será suficiente para evitar que el huevo se pegue y obtenga un buen sabor.
- Después, calienta la sartén a fuego medio-bajo: evita que el aceite esté demasiado caliente para que la clara no se queme mientras la yema aún esté líquida.
- Mientras el aceite se calienta, rompe el huevo en un recipiente aparte: esto te permitirá revisar que la yema esté intacta y evitar que entren posibles cáscaras de huevo en la sartén.
- Llegados a este punto, desliza suavemente el huevo en la sartén: coloca el huevo en la sartén con cuidado para que la yema quede centrada.
- Seguidamente, cubre la sartén con una tapa: esto permite que el calor se distribuya de manera uniforme y cocine la clara por encima sin necesidad de voltear el huevo o agregar más aceite.
- Cocina por 2 a 3 minutos: vigila el huevo y ajusta el tiempo según tu preferencia. La clara debe quedar completamente cocida y la yema líquida.
- Por último, retira el huevo con una espátula: usa una espátula plana para sacar el huevo con cuidado y evitar que se rompa la yema.
Cómo hacer un huevo frito al microondas
Hay que ser conscientes de que no hay sola forma de hacer un huevo. Por lo que también conviene explorar las distintas técnicas: una de ellas es la de preparar el huevo al frito al microondas.
Para preparar un huevo frito al microondas, comienza seleccionando un recipiente apto para microondas, como un plato hondo o tazón pequeño resistente al calor. Así, engrasa ligeramente el interior con un poco de aceite en spray o untando unas gotas de aceite o mantequilla. Una vez el recipiente esté listo, rompe el huevo con cuidado en el recipiente, asegurándote de que la yema permanezca intacta; para prevenir que estalle, pincha la yema suavemente con un palillo.
Seguidamente, cubre el recipiente con una tapa especial para microondas o con papel film perforado, lo cual permitirá la salida del vapor y evitará salpicaduras. Cocina el huevo a potencia media durante 30 segundos a 1 minuto, ajustando según la potencia de tu microondas y el punto de cocción deseado; si es necesario, continúa en intervalos de 10 segundos hasta que la clara esté bien cocida y la yema aún líquida. Finalmente, retira el recipiente del microondas utilizando un paño o un guante de cocina.