Dan Buettner, el experto en longevidad que investiga los secretos para vivir 100 años: “Me concentro en llevar una dieta basada en plantas”

‘Infobae España’ entrevista al mayor experto en zonas azules del mundo y a un joven local de estas regiones repletas de centenarios

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Dan Buettner con una centenaria en su documental de Netflix 'Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules'
Dan Buettner con una centenaria en su documental de Netflix 'Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules'

Mattia Piana tiene 23 años, es periodista de formación y ha pasado su infancia y adolescencia en lo que para muchos sería el paraíso: una isla bañada por las aguas del Mediterráneo, repleta de naturaleza y pueblos pequeños. Aún es pronto para él pensar en la vejez, pero es muy probable que este joven italiano alcance los 100 años de vida, pues Cerdeña es considerada una zona azul, es decir, uno de los lugares donde se encuentran las personas más longevas del mundo.

Ikaria (Grecia), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (California) y Okinawa (Japón) son las cinco regiones del mundo bautizadas como zonas azules, un término que parte del investigador del National Geographic Dan Buettner. Tras más de 20 años viajando y estudiando estos lugares del mundo, Buettner se ha consagrado como el mayor experto en longevidad. En una entrevista con Infobae España, el periodista estadounidense asegura haber aprendido “lecciones incalculables para lograr la longevidad”.

Para Buettner, la clave de alcanzar los 100 años son “las fuertes conexiones sociales, tener un propósito de vida, el ejercicio físico y una dieta basada en plantas”; todo ello, “aspectos comunes en estas zonas azules y que contribuyen a que las vidas de sus habitantes sean más longevas y sanas”. Sin embargo, el punto de inflexión para este experto fue descubrir que “la gente no intentaba llegar a los 100 años, no seguían conscientemente una disciplina o unos hábitos, sino que vivían en entornos que los empujaban suavemente a tomar decisiones saludables diariamente durante toda su vida”. Es decir, la longevidad surge del entorno de estos lugares más que algo que busquen sus habitantes a propósito. “Esa es realmente la clave: crear un entorno que haga que la elección saludable no solo sea la elección fácil, sino también la elección inevitable”, asegura.

Dan Buettner, investigador (Foto cedida)
Dan Buettner, investigador (Foto cedida)

La investigación de Buettner ha despertado el interés de la comunidad científica y le ha servido para protagonizar la docuserie original de Netflix, Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules, en la que recorre cada zona azul para mezclarse entre sus vecinos, ver cómo viven, cómo y qué comen, qué estilo de vida llevan. De su periplo, destaca haber conocido en Nicoya (Costa Rica) a Panchita, una mujer de 90 años, y a su hijo, de unos 70. “La energía y el entusiasmo de Panchita por la vida eran admirables. Todos los días, ella y su hijo trabajaban juntos en su huerta, cosechando frutas y verduras frescas. Compartieron historias de sus vidas, llenas de trabajo duro, risas y estrechos vínculos familiares. Panchita atribuyó su longevidad a su dieta de habichuelas, maíz y productos frescos, así como a la alegría que encontró en su familia y comunidad”, cuenta para este medio.

Dedicar dos décadas al estudio de la longevidad humana ha influido, indudablemente, en el propio estilo de vida de Buettner. Por ejemplo, desde que inició su investigación prioriza la actividad física natural, como caminar o andar en bicicleta, al ejercicio de un gimnasio. “También me concentro en llevar una dieta predominantemente basada en plantas, mantener fuertes conexiones sociales y encontrar y perseguir un propósito de vida. En lugar de verlos como hábitos, he estructurado mi vida para que sean parte de mi rutina; por ejemplo, vivo en una comunidad transitable donde puedo hacer mis recados a pie o en bicicleta, vivo cerca de mis amigos y mi familia y yo hemos aprendido a cocinar platos a base de plantas que me encantan”, expone.

Cómo come una persona para llegar a los 100 años

Que somos lo que comemos es una máxima universal que hemos aceptado, pues nuestra alimentación repercute significativamente en nuestro bienestar general y en nuestra esperanza de vida. A pesar de las diferencias culturales que pueden existir (y existen) entre Ikaria y Singapur, comparten una serie de alimentos que impulsan la longevidad de sus habitantes. De todos ellos, Buettner se queda con uno: las habichuelas o frijoles. “Soy el autoproclamado Rey de los Frijoles”, bromea.

“Intento incorporar las habichuelas en todas mis comidas siempre que sea posible, porque son un alimento básico común en todas las zonas azules y están llenos de proteínas, fibra y nutrientes esenciales. Son versátiles y se pueden agregar a una variedad de platos, lo que los convierte en una excelente adición a cualquier comida”, explica. Centrarse en alimentos integrales de origen vegetal puede marcar una diferencia significativa en la salud y la longevidad.

Dan Buettner con un centenario de Nicoya (Costa Rica) comiendo los platos típicos (Netflix)
Dan Buettner con un centenario de Nicoya (Costa Rica) comiendo los platos típicos (Netflix)

Tan importante es conocer lo que se debe comer como lo que no, aunque el investigador prefiere evitar la etiqueta de “alimentos prohibidos”. Sin embargo, sí que existen algunos alimentos que es preferible evitar o reducir su consumo para aumentar nuestra esperanza de vida, como las bebidas azucaradas, los snacks salados, las carnes rojas o carnes procesadas.

De hecho, Piana cuenta en una conversación para Infobae España que en su casa apenas hay lugar para los alimentos procesados. “Mi padre bebe el vino que produce mi tío y utilizamos el aceite de oliva que dan los olivos de nuestra casa. Incluso la miel y los quesos los compramos a personas de confianza, pastores del pueblo que elaboran ellos mismos sus productos. Lo mismo ocurre con la carne o las frutas y verduras, que siempre se compran a agricultores de confianza. Hasta el pescado, solo comemos lo que pesca mi padre”, relata.

Más allá de la dieta mediterránea basada en verduras, legumbres, frutas y demás productos frescos, este joven italiano destaca un plato típico de Barbagia (la zona azul de Cerdeña), que es la seada. Este postre consiste en una masa de hojaldre rellena de queso pecorino o fresco que, después de freírlo, se le añade miel o azúcar por encima. Se trata de un dulce que las mujeres locales elaboraban para sus maridos cuando volvían de la guerra o de algún largo viaje para celebrar la reunión familiar. Piana reconoce que no es un plato especialmente saludable, pero que “está cargado del concepto de familia”.

¿Hay zonas azules en España?

España es el país europeo con la esperanza de vida más alta: 84 años, según un reciente informe de Eurostat. Los españoles superan la media de la Unión Europea en 3,5 años y les siguen Italia (83,8 años) y Malta (83,6 años). Con estas cifras, nuestro país se coloca como el cuarto más longevo del mundo.

“España tiene muchas características de una zona azul”, expone el experto. “La dieta mediterránea, predominante en España, es rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos y aceite de oliva, todos ellos asociados a la longevidad. Además, el fuerte tejido social, el énfasis en la familia y el estilo de vida que incluye actividad física regular y un ritmo de vida más lento se alinean bien con los principios de las zonas azules”.

Cada año son más las personas en España que llegan a soplar las velas con el número 100 en su tarta de cumpleaños. De aproximadamente unas 10.000 que había en 2011 se ha pasado a más de 17.000 en 2020, lo que supone un aumento del 68%.

Aunque si hay una región en España que pueda considerarse zona azul, sería, sin duda, Celanova, en Ourense. Esta comarca situada al sur de Galicia supera con creces la media nacional de centenarios: 321 por cada 100.000 habitantes. Cuando se les pregunta a sus vecinos la clave para llegar a los 100 años, lo tienen claro: dieta sana, actividad física y buena compañía.

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