“El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero”, escribió Lorca. Millones de luces de habitaciones encendidas en la madrugada dicen lo contrario. En España, la mitad de la población padecerá en algún momento de su vida un trastorno del sueño. No se trata de una realidad baladí, pues pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y el insomnio es, en muchas ocasiones, el primer indicador de que algo no va bien en nuestra salud y el desencadenante de varias enfermedades.
La pandemia agravó los problemas del sueño, pero lo cierto es que hay que mirar más allá para llegar a la raíz de la cuestión. Nuestra propia cultura marcha en contra de lo que debería ser una buena rutina del sueño: cenas tardías, programas de televisión que comienzan a las once de la noche, reuniones con amigos hasta tarde... Son hábitos muy arraigados en nuestra sociedad que nos empujan a irnos demasiado tarde a la cama y a no llevar un ciclo adecuada del sueño.
Te puede interesar: Todo lo que (no) sabemos sobre la menstruación: “El dolor no es normal, una regla sana solo debería generar una pequeña molestia”
El doctor Carlos Egea, neumólogo y presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), ha explicado para Infobae España cómo funcionan los ciclos del sueño y por qué es tan importante respetarlos: “Habitualmente hacemos de tres a seis ciclos de sueño, que son como vagones de trenes que se repiten. La mayoría de las personas necesitamos los seis, es decir, dormir de siete a nueve horas. Si una persona necesita dormir más horas, no significa necesariamente que tenga ningún problema”.
Sin embargo, el riesgo aparece cuando dormimos menos horas de las que nuestro cuerpo necesita: “Dormir menos de siete horas se asocia a tener menos esperanza de vida”. Esto se debe a que, a largo plazo, hay una alta propensión a desarrollar enfermedades cardiovasculares o de salud mental, ya que, como explica el doctor, “el 50% de los insomnes crónicos acaban en trastornos de salud mental, como ansiedad o depresión”. Incluso la efectividad de las vacunas es menor en las personas que duermen poco, así como es más elevada la probabilidad de contraer infecciones.
Te puede interesar: Jorge García-Borregón, oftalmólogo: “Usar lentillas más tiempo del recomendado puede llevar en algunos casos a la pérdida irreversible de visión”
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), más del 60% de los españoles dormimos una media de seis horas al día entre semana. Así, esta tendencia se intenta “aplacar” durmiendo muchas más horas cuando llega el fin de semana. Pero este juego con el tiempo no funciona así, pues la idea de “recuperar las horas de sueño perdidas” es un espejismo. “No es suficiente para compensar toda la pérdida de horas que tenemos durante la semana. Es imposible recuperar esas horas de sueño porque el cerebro necesita esos ciclos de sueño como reparadores neuronales y para generar sistemas de inteligencia y de memoria”, explica el doctor Egea.
La industrialización tardía, un agravante del insomnio
Pero, ¿por qué dormimos tan mal? El neumólogo apunta a dos tendencias: la primera, aquella que considera que el tiempo dormido es tiempo perdido; la segunda, “si tienes un problema, consúltalo con la almohada”. Ambas son objeto de crítica para el experto. Además, otro de los factores que está propiciando los problemas del sueño en nuestro país es una industrialización tardía. “La mujer se ha incorporado a los puestos de trabajo sin dejar el trabajo de casa y sin una buena compaginación con los varones, lo que se traduce en menos tiempo de sueño”, así como tener un huso horario alineado con Alemania que no nos corresponde o los trabajos de noche.
Sobre las jornadas nocturnas, el doctor Egea alerta de la necesidad de de llevar a cabo estrategias para paliar el impacto de los trabajos de este tipo: “Hay que buscar a los que duermen mejor para hacer ese trabajo y que no sean mayores de 55 años. No todo el mundo puede ser campeón de natación y no todo el mundo puede trabajar de noche”. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, 2,3 millones de personas trabajan en turnos de noche en España, lo que representa el 10% de la población activa.
España, campeona mundial en el consumo de ansiolíticos
España es la ganadora indiscutible en cuanto al consumo de ansiolíticos. “Cada noche cinco millones de personas toman una pastilla para dormir”, alerta el presidente de la FESMES. Unos datos que alarman de la gravedad de la situación, pues coloca a España en el país que más ansiolíticos consume en todo el mundo (muy por delante del segundo, Alemania).
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad advirtió que el consumo de diazepam (comercializado como Valium) para tratar problemas de sueño se incrementó un 110%. Además, “el 15% de los adolescentes están tomando fármacos para dormir porque se lo cogen a los padres o a los abuelos”, advierte el doctor Egea.
“La cama solo está para dormir y tener sexo”
El sueño es parte de la vida y de nuestra salud. Nuestro cerebro necesita esas horas de descanso para llevar a cabo múltiples procesos fisiológicos vitales para nuestra supervivencia, porque restablecemos el equilibrio hormonal, consolidamos los recuerdos, eliminamos las sustancia amiloides acumuladas, reajustamos la sincronización neuronal... Hasta tal punto influye un buen descanso que “hay estudios en el que se ha visto que el tiempo de sueño hace que se vea a nuestra pareja más o menos guapa”, cuenta el neumólogo.
Pese a los trastornos del sueño que padecemos como sociedad, no está todo perdido en la individualidad, porque podemos llevar a cabo una serie de hábitos para lograr un buen descanso y que están a nuestro alcance. El doctor Carlos Egea ha ofrecido para Infobae España una serie de recomendaciones básicas, como no hacer ejercicio a última hora de la noche, no realizar cenas copiosas, evitar las bebidas energéticas antes de dormir o irnos a la cama a la misma hora, quitando eventos puntuales como pudieran ser las fiestas. De hecho, el experto aboga por hacer de la habitación “un santuario de salud”, hasta el punto de que “la cama sea un sitio para dormir y tener sexo, nada más”. Ni libros, ni películas... porque “damos al cerebro señales contradictorias”.
Estemos o no dentro de esas cuatro millones de personas que padecen insomnio en España, incapaces de descansar y con las luces de sus casas encendidas en la madrugada, debemos concienciarnos que la vida es sueño. La solución quizás esté, como indica el doctor Egea, en cambiar nuestra forma como sociedad de interpretar el tiempo.