El té es una de las infusiones más elegidas en todo el mundo ya que los deliciosos sabores que pueden ofrecer sus variedades y su característica sensación reconfortante lo han posicionado en uno de los primeros lugares en el podio desde tiempos inmemorables.
En este sentido, el té negro es una de las bebidas más populares en el mundo, conocido por su sabor robusto y sus beneficios para la salud. Rico en antioxidantes como los polifenoles y los flavonoides, el té negro puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas al mejorar los niveles de colesterol y promover la salud arterial. Además, su contenido moderado de cafeína puede aumentar la alerta mental y proporcionar un impulso de energía. Investigaciones también sugieren que el té negro puede contribuir a la salud digestiva y fortalecer el sistema inmunológico. Incorporar el té negro en la dieta diaria puede ser una manera deliciosa y saludable de mejorar el bienestar general.
Cuál es la planta del té negro
El té negro proviene de la planta Camellia sinensis, la misma especie de la cual se obtienen otros tipos de té como el té verde, el té blanco y el té oolong. La diferencia entre estos tés radica en el proceso de oxidación al que se somete cada uno después de la cosecha. En el caso del té negro, las hojas de Camellia sinensis se oxidan completamente, lo que les da su característico color oscuro y sabor fuerte.
Cuáles son los beneficios del té negro
Es fundamental destacar de esta infusión su concentración de compuestos antioxidantes, capaces de proteger a las células del cuerpo del daño causado por los radicales libres, cuya acumulación es comprendida como la principal causa del envejecimiento prematuro.
Además, el té negro tiene diversas propiedades, entre las que pueden mencionarse las energéticas, antiinflamatorias, estimulantes, cardioprotectoras y adelgazantes.
¿Por qué se asocia el té negro a la longevidad?
Según estudios realizados por investigadores de la Universidad de Harvard, el té negro se asocia con la longevidad debido a sus compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, como los polifenoles y flavonoides. Estos compuestos pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y la inflamación crónica, factores que contribuyen al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
Además, el consumo regular de té negro se relaciona con una mejora en la salud cardiovascular, reducción de los niveles de colesterol y una mejor regulación del azúcar en sangre. Todos estos factores en conjunto pueden contribuir a una vida más larga y saludable.
De hecho, al té negro a menudo se denomina “té de la vida eterna” debido a los múltiples beneficios para la salud que se le atribuyen, los cuales pueden contribuir a una vida más larga y saludable. Este apodo se basa en su contenido rico en antioxidantes, como los polifenoles y flavonoides, que pueden ayudar a reducir el daño celular y combatir el envejecimiento. Además, el té negro ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias y protectoras del corazón, contribuyendo a una mejor salud cardiovascular.
Estudios sugieren que el consumo regular de té negro puede mejorar la función del sistema inmunológico, regular los niveles de azúcar en sangre y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Estos efectos en conjunto pueden explicar por qué esta bebida es vista como un elixir para una vida prolongada y saludable.
Un estudio publicado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) indicó que las personas que bebían al menos dos tazas de té al día tenían un riesgo de muerte entre un 9% y un 13% menor que quienes no lo hacían.
¿Cómo ayuda el té negro a controlar la glucemia?
El té negro puede ayudar a controlar la glucemia mediante varios mecanismos. Los polifenoles presentes en el té negro, como las catequinas y las tea flavinas, tienen propiedades antioxidantes que pueden mejorar la sensibilidad a la insulina. Esto permite que las células del cuerpo utilicen la glucosa de manera más eficiente, reduciendo así los niveles de azúcar en sangre.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) y de la Universidad del Sureste de China y presentado en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), reveló que en comparación con los que nunca bebían té, los consumidores diarios de té negro tenían un 53% menos de riesgo de prediabetes y un 47% menos de riesgo de diabetes tipo 2.
Además, estudios sugieren que el consumo regular de té negro puede ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 al mejorar la función de las células beta pancreáticas, que son responsables de la producción de insulina. Incorporar té negro en la dieta diaria podría ser una estrategia complementaria para mantener un nivel saludable de glucosa en sangre.