¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando no se sale de casa en todo el día?

El simple hecho de quedarse en casa desde la mañana hasta la noche no deja de tener un impacto en el cuerpo y la cabeza. La explicación de los especialistas

Estar aislado socialmente activa un área del cerebro que es la misma que se activa cuando uno se lastima. Estar solo durante mucho tiempo es, por tanto, parecido a un verdadero dolor físico

Es indiscutible que cuando uno esta en casa se mueve menos. Con la pandemia, el estilo de vida sedentario se ha convertido en un problema importante. Se sabe que 30 minutos de ejercicio físico al día pueden reducir en un 40% el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares o Alzheimer. Además de proteger frente a enfermedades, el deporte secretará endorfinas, responsables de un bienestar más general. Y reforzará el sistema inmunológico, que luego nos defenderá mejor frente a cualquier tipo de infección. No salir de casa también repercutirá en la forma física, ya que al permanecer de manera permanente, se expone al aumento de peso.

Según Norberto Debbag, médico cardiólogo y deportólogo (M.N. 51.320), ahora es totalmente distinto el estado nuestro de salud. “¿Por qué? Por muchos factores. Uno de ellos es haberse quedado en la casa. De tener ese sedentarismo. Algunos que podían salir, pero salían menos. Entonces, psicológicamente influye muchísimo estar encerrados. El que tiene una casa tiene mayor movimiento, pero aquellos que viven en un departamento de un ambiente, dos ambientes, realmente hay un deterioro importante que afecta la psiquis notablemente”, afirmó el especialista.

“En segundo lugar tenemos un factor de riesgo importante que es el sedentarismo. Se pierde la forma física porque antes salías a correr, a caminar, a dar una vuelta a la plaza, simplemente ibas al trabajo, o ibas a hacer más compras y te gustaba mirar vidrieras. Existía otro tipo de relación. Más que nada te diría también que la relación social es muy importante”, indica Debbag.

En la cuarentena aumentó el riesgo cardiovascular por todas las enfermedades que se incrementaron, como la diabetes, el sedentarismo, el aumento de peso y a híper tensión arterial

Pero otro de los factores que se vieron afectados está relacionado con el trastorno del sueño. El doctor Facundo Nogueira, neumonólogo y especialista en medicina del sueño del Hospital de Clínicas (M.N. 84.970), manifiesta que el principal efecto del confinamiento en un domicilio, sin salir a la calle, es la falta de exposición a la luz solar. Eso tiene como efecto directo, la falta de exposición a la luz solar, lo que produce es una disminución en la producción de vitamina D. “Esta se produce a partir de la exposición del cuerpo a la luz del sol. Pero también se relaciona con otros aspectos de nuestra salud. El sistema inmunológico, el envejecimiento, el control de la presión arterial. En fin, varios aspectos que están vinculados con esta vitamina. Por eso es importante que su producción sea adecuada”, afirma Nogueira.

No salir de casa también repercute en nuestro estado físico, ya que al permanecer confinado, uno está expuesto al aumento de peso. Entonces la forma física se pierde y cuando hay sedentarismo, sin movimiento, te toma la ansiedad que hay y en algunos casos depresión.

“Muchos de mis pacientes -asevera Debbag- han aumentado cinco kilos, seis y algunos hasta diez kilos en toda esa cuarentena. Pero el riesgo cardiovascular de muchos de ellos aumentó mucho más. Alguno tenía riesgo cardiovascular aumentado porque eran hipertensos, diabéticos, tenían alguna otra afección cardíaca, una insuficiencia cardíaca, o cualquier otro tipo de enfermedad. Hay gente que fumaba y ahora habrá fumado mucho más. Nos encontramos con que el aparato cardiovascular empieza a sufrir”.

“Los últimos meses, a partir de octubre se empezaron a hacer consultas, pero habían bajado un 70% las consultas cardiológicas por miedo a contagiarse de COVID-19 en los institutos médicos, en los hospitales y entonces no iban. Ahí también aparecía el otro riesgo que era que no sabía qué medicación tomar, si tenía que aumentar la dosis, no tomarla, reforzarla y entonces hubo problemas. Así que el aparato cardiovascular realmente no estaba acondicionado. Es por eso que la consulta, aunque sea virtual con el médico, era muy importante”, señala el cardiólogo.

El insomnio muchas veces es el marcador de la presencia de depresión. A veces es el síntoma más claro, o es el más trascendente o mas preocupante para el paciente y lo importante es cómo se llega al paciente en esa situación

Con respecto al deterioro inmunológico, cuando hacemos actividad física hay mejor acondicionamiento y aumentan las defensas. “No digo con ejercicios de intensidad grande. Con salir a caminar, trotar, andar en bicicleta o nadar. Eso favorece que el sistema inmunitario aumente sus defensas. Estar en casa nos perjudicó bastante. La sociabilidad se perdió y eso es fundamental. No poder verte con un amigo para ir a tomar un café, un agua o una cerveza, se perdió. A la familia no la podías ver. En la cuarentena aumentó el riesgo cardiovascular por todas las enfermedades que aumentaron como pudo haber aumentado la diabetes, el sedentarismo, el aumento de peso y la híper tensión arterial”, explicó el deportólogo.

Por otro parte, Nogueira manifestó: ”Para sincronizar nuestro reloj biológico del sueño es muy importante que durante el día y sobre todo a la mañana cuando nos levantamos, nos expongamos a la luz solar. No es lo mismo la luz del sol que la de un domicilio cerrado. De hecho, a los pacientes que tienen dificultades para conciliar el sueño o que tienen cambios en los ritmos de descanso, una de las recomendaciones es que al levantarse a la mañana temprano se expongan directamente a la luz solar, ya sea que vayan a la terraza, salgan al balcón o a caminar unas cuadras. Eso los activa y eso permite mejorar el control del sueño”.

Como contrapartida, la iluminación excesiva artificial a la noche perturba el ritmo de descanso. Ese estímulo lumínico lo que va a hacer es inhibir a la glándula pineal. Esa glándula que está en la base del cerebro, está conectada con la vista y con la corteza del encéfalo, y la función más importante es precisamente la de regular el ritmo del descanso y la vigilia. “Si un paciente se expone a una luz artificial muy intensa, que puede ser una pantalla de una tablet, una netbook, un televisor o un celular, el nervio óptico va a llevar información a la glándula pineal de que hay una luz muy intensa y que no es capaz de discriminar si es solar o si es artificial, entonces se va a retrasar o se va a disminuir la producción de melatonina y eso puede retrasar el inicio del sueño”, señala Nogueira.

30 minutos de ejercicio físico al día pueden reducir en un 40% el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares o alzheimer

La pérdida de horas de sueño, tiene efectos deletéreos sobre nuestro organismo. Más allá del cansancio residual que es fácilmente comprensible que se va a producir porque el cerebro necesita las horas de sueño, siete, ocho, nueve horas como para estar bien al día siguiente y tener todas las capacidades cognitivas a pleno. Pero también durante el sueño se contra balancea la actividad cardiovascular. Durante la noche baja la presión arterial y baja la frecuencia cardíaca. De modo tal que funciona o sirve como un momento de descanso para el aparato cardiovascular.

“Si restamos horas de sueño, estamos restando horas de descanso al aparato cardiovascular. También durante el sueño en los chicos, por ejemplo, se produce la hormona de crecimiento. Por eso también es importante que los chicos duerman adecuadamente. El sueño está vinculado con múltiples funciones y está sincronizado con la producción de múltiples hormonas y con el funcionamiento de varios sistemas fisiológicos, por eso es importante, es muy complejo el entramado de funciones y es extremadamente importante que el sueño sea adecuado”, dice el especialista en medicina del sueño del Hospital de Clínicas.

Es por ello que es importante mantener el ritmo. Salir una hora al día para absorber la mayor cantidad de luz posible, sentarse en un rincón de luz para levantar la moral y sobre todo, obligarse al ejercicio físico, al menos durante 30 minutos al día.

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