Cañihua: el superalimento de los Andes peruanos que aumenta la masa muscular, es libre de gluten y combate la anemia

En las remotas regiones del altiplano peruano, se cultiva un cereal ancestral de los incas que, aunque menos conocido que la quinua, tiene un valor nutritivo igualmente impresionante: la cañihua. Con un contenido proteico que duplica el de cereales comunes como el trigo, el arroz o la avena, la cañihua ha ganado un lugar importante en la dieta de las comunidades andinas.

Este grano es esencial para la seguridad alimentaria de las poblaciones que lo cultivan debido a que la cañihua tiene una notable capacidad para resistir condiciones extremas. Este cereal puede germinar a temperaturas tan bajas como 5°C, florecer a 10°C y desarrollar semillas a 15°C. Estas características hacen posible que la cañihua sobreviva y prospere en entornos donde otros cultivos no resisten las heladas, sequías y bajas temperaturas.

Según el portal oficial del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la cañihua es una excelente alternativa nutricional, especialmente para niños y adultos mayores. Su destacada calidad de proteínas y minerales la convierte en un componente valioso en la dieta que sirve para aumentar la masa muscular, es libre de gluten y combate la anemia.

La cañihua, cuyo nombre científico es Chenopodium pallidicaule, es una especie similar en su composición a la quinua. Su nombre proviene del quechua “qañiwa” y es una planta anual que mide entre 20 y 90 cm de altura. Su tallo y hojas presentan manchas rojas y amarillas, siendo más grandes en la parte inferior de la planta. Sus numerosas semillas, de aproximadamente 1 mm de diámetro, tienen una cubierta rugosa y varían en color desde el marrón oscuro hasta el negro.

Originaria de la región andina, la cañihua cuenta con más de 200 variedades y se cultiva en el altiplano andino, especialmente en Perú y Bolivia, desde hace miles de años. Entre sus características destacadas se encuentran su tolerancia a las condiciones de alta montaña, su elevado contenido de proteínas y fibra dietética. Además, es particularmente resistente a condiciones extremas como sequías e inundaciones.

En Perú, la mayor producción de cañihua se concentra al norte del lago Titicaca, en regiones como Huancavelica, Huancayo, Cusco y Puno.

La cañihua es un cereal rico en proteínas, que proporciona 7 gramos de proteína por porción con solo 160 calorías. Esto la convierte en una excelente opción tanto para veganos y vegetarianos como para carnívoros que buscan una fuente de proteína más saludable sin necesidad de consumir grandes cantidades de carne. De hecho, la cañihua contiene más proteína que el arroz integral o la quinua.

Debido a que se trata de un alimento que contiene proteínas con una alta concentración de aminoácidos esenciales en sus semillas, la cañihua contribuye al aumento de la masa muscular y al fortalecimiento de los músculos.

Los aminoácidos esenciales son moléculas que se combinan para formar proteínas. Debido a que el cuerpo no puede sintetizarlos por sí mismo, la única manera de obtener los aminoácidos esenciales es a través de la ingesta directa en la dieta y la cañihua es una excelente opción.

La cañihua es un alimento libre de gluten, lo que la convierte en una alternativa ideal para personas con sensibilidad al gluten o con enfermedades celíacas. El gluten es una proteína presente en el trigo, la cebada, el centeno y otros cereales que desencadena la enfermedad celíaca.

La enfermedad celíaca es un trastorno crónico tanto digestivo como inmunitario que afecta al intestino delgado. Este daño puede impedir que el cuerpo absorba adecuadamente vitaminas, minerales y otros nutrientes de los alimentos, lo que puede llevar a desnutrición y otros problemas de salud graves.

La cañihua es un cereal rico en hierro, proporcionando el 60% del valor diario recomendado en una sola porción, superando lo que ofrecen la quinua o el trigo. Por lo tanto, la cañihua es un gran aliado para tratar y prevenir la anemia en las poblaciones andinas desde tiempos milenarios.

La anemia es una condición que ocurre cuando la sangre produce una cantidad menor a la normal de glóbulos rojos saludables. Si una persona tiene anemia, su cuerpo no recibe suficiente sangre rica en oxígeno. Esta deficiencia de oxígeno puede causar sensación de cansancio o debilidad, dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza o latidos cardíacos irregulares.

Cuando una persona sufre anemia se le recomienda el consumo de alimentos ricos en hierro, como la cañihua, porque el cuerpo emplea este mineral para producir la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos que se encarga de transportar el oxígeno desde los pulmones hacia diversas áreas del organismo. El cuerpo también utiliza el hierro para crear la mioglobina, una proteína que proporciona oxígeno a los músculos.

Más información:

En el Perú, la cañihua se consume en forma de harina tostada, mezclada con leche en el desayuno. También se prepara en ensaladas después de someterla a cocción, combinándola con verduras y frutas como tomate, palta o manzana, sin necesidad de lavarla previamente.

En las comunidades andinas, la cañihua se utiliza en diversas preparaciones, como refresco de pito, kispiña o galleta, pesque, sopa de granos y piri, a los cuales se les atribuyen propiedades curativas.

Es importante destacar que las hojas de la planta se usan tradicionalmente para alimentar al ganado.

En cada 100 gramos de cañihua se pueden encontrar las siguientes vitaminas y minerales:

• Calcio: 87 mg
• Fósforo: 335 mg
• Hierro: 10.80 mg
• Vitamina B1: 0.62 mg
• Vitamina B2: 0.51 mg
• Vitamina B3: 1.20 mg
• Vitamina C: 2.20 mg

Se dispone de muy pocas evidencias arqueológicas sobre los orígenes de la cañihua, lo que dificulta precisar la antigüedad de su cultivo. No obstante, varios historiadores vinculan su cultivo con la cultura Tiahuanaco, que se desarrolló en el altiplano de Perú y Bolivia. Actualmente, esta región sigue siendo la principal área de cultivo de esta especie.

El registro más antiguo sobre el consumo de la cañihua data del año 1586, cuando Diego Cabeza la menciona como parte de la dieta de los indios Urus, que vivían al sur del Lago Titicaca. Del mismo modo, el cronista español Pedro Mercado de Peñaloza la documentó en la región de Pacajes, en Bolivia.

Al ser un cultivo nativo del altiplano, esta área geográfica alberga la mayor variabilidad genética de la especie. En los bancos de germoplasma, o bancos de semillas, del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA 2002) y de la Universidad Nacional del Altiplano UNA-Puno, se conservan alrededor de 800 muestras, protegiendo y confirmando su diversidad genética.

La cañihua, un cultivo autóctono de los Andes, destaca por su adaptabilidad a climas extremos y su excepcional valor nutritivo. La siembra comienza al concluir la temporada de lluvias, en terrenos previamente arados y enriquecidos con fertilizantes orgánicos. Las semillas se plantan directamente en surcos, con una separación de unos 30 cm entre cada planta.

Durante su desarrollo, la cañihua requiere un manejo agronómico cuidadoso, como el control de malezas y el riego adecuado en períodos de sequía. Podar flores y hojas es una práctica que permite concentrar los nutrientes en la formación de semillas. La recolección se lleva a cabo manualmente entre mayo y junio, cuando las plantas han alcanzado su madurez y las semillas adquieren un tono rojizo-marrón. Tras la cosecha, las semillas se secan al sol antes de ser limpiadas y almacenadas para su posterior consumo o venta.