Despertarse en medio de la madrugada, especialmente a las 3 de la mañana, es una experiencia común y frustrante para muchas personas. Si alguna vez has experimentado este tipo de insomnio, sabrás lo molesto que puede ser no lograr volver a dormir, especialmente si ocurre de forma repetida noche tras noche. Este patrón de despertares nocturnos tiene una razón más allá de la superstición, y los expertos han identificado varias causas científicas detrás de este fenómeno.
En la mayoría de los casos, despertar entre las 3 y las 5 de la mañana puede estar relacionado con la arquitectura del sueño, un proceso natural que involucra diferentes etapas de descanso que atraviesa nuestro cuerpo a lo largo de la noche. Durante estas fases, especialmente en la transición entre el sueño profundo y el sueño ligero, es más fácil despertarse. Sin embargo, cuando este tipo de interrupciones ocurren de manera recurrente tiene un impacto directo en la salud física y mental.
Los expertos aseguran que una de las principales causas de estos despertares nocturnos podría ser un descenso en los niveles de glucosa en la sangre. Este bajón de azúcar provoca una serie de reacciones fisiológicas que afectan directamente el sueño. En primer lugar, el cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que alteran el poder dormir y pueden causar que nos despertemos de manera abrupta.
Para combatir este tipo de insomnio, los especialistas sugieren un enfoque preventivo basado en la alimentación. Comer un pequeño aperitivo antes de dormir puede ayudar a mantener los niveles de glucosa estables durante la noche, para ello se recomienda una merienda que contenga ciertos ingredientes específicos, como la miel natural, el colágeno y el aceite de triglicéridos de cadena media. Este tipo de aceite, común en las dietas cetogénicas, es una grasa saludable que se obtiene del coco o de la palma.
Además, los expertos sugieren que un cambio en los hábitos alimenticios a largo plazo podría mejorar el descanso nocturno. Una dieta rica en grasas saludables, proteínas moderadas y pocos carbohidratos puede contribuir no solo a regular los niveles de glucosa, sino también a reducir la inflamación y mejorar el rendimiento mental y físico. Alimentos como el aguacate, la mantequilla orgánica y las carnes de animales alimentados con pasto son opciones ideales.
Sin embargo, no todo depende de lo que comemos. Otros factores, como el estrés, la ansiedad y las alteraciones del ritmo cardíaco, también pueden interrumpir el sueño. Además, la exposición a pantallas electrónicas antes de acostarse puede dificultar la conciliación del sueño, ya que la luz azul emitida por dispositivos como celulares, tabletas y televisores activa el cerebro, impidiendo que nos relajemos.
Asimismo, ciertos medicamentos, como los utilizados para regular el corazón o tratar alergias, pueden alterar el ciclo del sueño. Trastornos como el insomnio o un ritmo sueño-vigilia irregular también son factores importantes a considerar cuando se busca una solución a los despertares nocturnos.