La mitad de la población sufre somnolencia en el cine o el trabajo por dormir poco

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Madrid, 22 oct (EFE).- El 54 % de la población española duerme menos de las 7 horas diarias recomendadas, lo que ha llevado a la mitad a haber tenido problemas de somnolencia en horarios y lugares no habituales, sobre todo en el cine (18,8 %), el trabajo (16,7 %) o cuando conducían (6,8 %).

Así lo señala el estudio "Sueño & Mood de percepción sobre rutinas del sueño y su impacto en el día a día de los españoles" presentado este martes, que revela que un 23 % de la población se va a dormir pasada la medianoche entre semana, porcentaje que se eleva al 48 % los fines de semana.

Elaborado por la compañía Bayer con una muestra de más de 2.000 entrevistas, el informe desvela que, por lo general, los solteros, los estudiantes y las personas con alto nivel de estudios son las que se acuestan más tarde.

También influye el entorno geográfico: los que viven en el litoral son los que se van a dormir más avanzada la noche (el 67,7 % pasadas las 23 horas), seguidos de los que viven en zonas urbanas (64,2 %); rurales (57,2 %) y en la montaña (22,4 %).

Por comunidades, la más noctámbula es Madrid (el 71,2 % de sus habitantes se va a dormir después de las 11 de la noche), seguida de cerca por Andalucía (70,6 %) y, a más distancia, Cataluña (62,3 %). El resto oscila entre el 59,1 % y el 59,9 %.

Ocho de cada diez ven la televisión o series antes de acostarse, sobre todo los 'baby boomers', que alcanzan un porcentaje del 86,4 %; mientras, un 49,2 % usa el móvil o la tablet, una actividad que hacen más la generación Z o nacidos a finales de los 90 (64,8 %) y los 'millennials' o nacidos a principios de los 80 (60,1 %).

Con todo, el informe constata como más de la mitad de los españoles duermen menos de 7 horas, lo que ha llevado a uno de cada dos a tener algún problema de somnolencia fuera de los horarios o lugares habituales, sobre todo en el cine (18,8 %) y en el trabajo (16,7 %), pero también cuando conducían (6,8 %).

Estos episodios son más comunes entre los más jóvenes (el 56,9 % de las personas de 18 a 29 años) y el 55,9 % en los de 30 a 43, frente al 42,8 % de los que tienen más de 75.

Como consecuencia, el 62,4 % siente cansancio y un 35,4 % baja su rendimiento, aunque dormir mal también tiene un impacto en la salud: el 38,3 % tiene estrés y ansiedad (23,5 %), problemas de concentración (15,2 %), de memoria (11,6 %) y neurológicos (11,4 %) y a un 23,3% le ha supuesto cambios en sus hábitos alimenticios.

No obstante, los fines de semana recuperan el sueño perdido, con dos tercios de los encuestados que dicen superar las 7 horas de sueño.

Con todo, un 44 % considera que tiene una mala calidad del sueño, más ellas (48 %) que ellos (40 %), y la inmensa mayoría (86,7 %) presenta problemas de conciliación o, principalmente, de interrupción del sueño. Casi dos tercios se despierta una o dos veces cada noche.

Los factores que más les afectan son la temperatura de la habitación (42 %), los problemas personales (39,5 %), el ruido ambiental (33,4 %) y el estrés laboral (33,3 %), por delante de los cambios horarios (16,9 %), el uso de pantallas antes de dormir (14,6 %), las pesadillas (12,8 %), la mala alimentación (12,3 %) y el consumo de cafeína y/o alcohol (12,3 %).

El 40,7 % ha sido diagnosticada de insomnio o algún otro trastorno del sueño, como apnea, síndrome de piernas inquietas u otros, algo que es más frecuente en personas con más edad, separados y divorciados (46 %), en hogares de 5 o más personas (52,2 %) y de clase baja (47 %).

Sin embargo, la gran mayoría (84,4 %) no ha consultado nunca a algún profesional de la salud sobre la calidad del sueño y, de los que lo hacen, generalmente recurren a un médico general.

Algo más de la mitad (54,5 %) ha implementado algún cambio en su rutina o estilo de vida para mejorar su sueño, especialmente reducir el uso de pantallas (19,8 %) y hacer ejercicio regularmente (19,5 %). EFE

ada/jdm

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