Preparación de un café espresso (AdobeStock)En las zonas azules, aquellos lugares del mundo donde buena parte de su población alcanza los 100 años, se comparten algunos patrones de alimentación que han llamado la atención de la comunidad científica internacional. Más allá de la genética, la longevidad depende casi mayoritariamente de nuestros hábitos de vida: la dieta, el ejercicio físico, el descanso y las relaciones sociales.
El doctor Krzysztof J. Filipiak, cardiólogo y director de la International Society of Cardiovascular Pharmacotherapy, ha observado qué alimentos tienen en común estas zonas azules. En muchas de ellas, el café es un denominador común, pero no uno cualquiera: el espresso.
Hace ya más de un siglo que se inventa en Milán esta forma de hacer café, cuyo nombre significa “café prensado” y hace referencia al agua que se empuja a través del café para ser molido a una presión muy alta. Esa es la diferencia clave de un café normal, pues este hace el filtrado más lento.
En la isla de Cerdeña, considerada zona azul, sus habitantes toman varias tazas al día, pero no le añaden ningún tipo de aditivos, como miel o azúcar. Según explica el doctor Filipiak, el espresso extrae los beneficios de los granos del café, que son los polifenoles. Los compuestos polifenólicos presentes en el café son conocidos por su capacidad antioxidante, que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres.
Además de sus propiedades antioxidantes, los polifenoles han mostrado tener efectos antiinflamatorios y potenciales beneficios para la salud cardiovascular. Su presencia en la dieta se asocia frecuentemente con una reducción del riesgo de diversas enfermedades crónicas, convirtiéndolos en un componente importante de una alimentación saludable y equilibrada.
Con un par de espressos diarios, nuestro cuerpo puede experimentar un retraso en el proceso de envejecimiento, así como un aliado para combatir el exceso de radicales libres y la inflamación. Así, los tejidos se vuelven más elásticos (menos arrugar) y cuidan la piel.
Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, el café ocupa el sexto lugar en una lista de los 50 alimentos más ricos en antioxidantes, después de las moras, las nueces, las fresas, las alcachofas y los arándanos.
Episodio: ¿El café hace mal? El efecto del café sobre el corazón depende de la cantidad y la frecuencia de su consumo. En personas que lo toman ocasionalmente, la cafeína y otros compuestos pueden provocar un aumento temporal en la presión arterial y la estimulación del sistema nervioso, lo que puede desencadenar alteraciones en el ritmo cardíaco, especialmente en individuos sensibles.
Sin embargo, en quienes consumen café de manera habitual y moderada, el organismo parece adaptarse, desarrollando mecanismos que mitigan estos efectos negativos y, en algunos casos, incluso brindan protección contra ciertas arritmias, explica el cardiólogo.
Otro aspecto positivo del café es su relación con la mejora de la sensibilidad a la insulina, lo que puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una condición que está estrechamente relacionada con enfermedades cardíacas. La diabetes es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, y el hecho de que esta bebida pueda ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre representa un beneficio adicional para la salud del corazón.