La Navidad es tiempo de grandes banquetes. Por ello, no es de extrañar que el pescado haya sido el plato principal de muchas cenas de Nochebuena, ni que vaya a volver a serlo en Nochevieja y Año Nuevo.
Rico en proteínas, ácidos grasos, omega-3, vitaminas D y B12, y minerales esenciales, el pescado es un producto más que beneficioso para la salud, y además se adapta con facilidad a todo tipo de recetas. Por ello, nutritivo y sabroso a partes iguales, se presenta siempre como una buena alternativa alimentaria. Ahora, a la hora de consumirlo, es importante tomar ciertas precauciones, especialmente si se compra fresco.
Por qué tienes que congelar el pescado fresco
La frescura del pescado comienza a disminuir desde el momento de su captura. Por ello, y con el objetivo de mantener su sabor, textura y valor nutritivo, los expertos recomiendan congelarlo inmediatamente después de la compra si no se va a consumir en las siguientes 24 a 48 horas. Este procedimiento no solo ayuda a mantener la calidad del producto, sino que también se convierte en una medida esencial para garantizar la seguridad alimentaria.
Congelar el pescado detiene el crecimiento de bacterias y parásitos que podrían provocar enfermedades. Entre todos ellos destaca el anisakis, un parásito responsable de la anisakiasis, una infección que se contrae al consumir pescado contaminado. Según las autoridades sanitarias, hasta un 20% del pescado congelado puede contenerlo, por lo que es fundamental seguir las recomendaciones sobre los tiempos de congelación y cocción para eliminar este riesgo.
Por su parte, los especialistas aconsejan congelar el pescado al menos durante cinco días para garantizar su seguridad. Si el congelador alcanza una temperatura de -20°C, bastarían 48 horas para eliminar el parásito. Sin embargo, dado que muchas veces no se controla con precisión la potencia del electrodoméstico, se recomienda aumentar el tiempo de congelación a cinco días.
Se puede cocinar el pescado congelado sin descongelar
Cocinar pescado congelado sin descongelarlo previamente es completamente seguro y puede ofrecer varias ventajas, aunque no sea el método más común. Ahora bien, para conseguir un buen resultado es importante seguir ciertas recomendaciones.
La clave está en alcanzar una temperatura interna adecuada. Por ello, el pescado debe cocinarse hasta llegar a 63 °C, medida que puede comprobarse con un termómetro de cocina. Esto garantiza que el alimento esté completamente cocido y reduce los riesgos de enfermedades.
Hay que tener en cuenta que no todos los pescados reaccionan de la misma forma cuando se les cocina estando congelados. Los filetes delgados, como los de tilapia, el lenguado o la merluza, son ideales para este método, ya que se cocinan rápidamente y de manera uniforme. Por el contrario, los de cortes más gruesos, como lomos de salmón o bacalao, aunque también pueden cocinarse congelados, necesitan más tiempo de cocción.
En estos casos, es necesario ajustar tanto la temperatura como el tiempo de cocción. Como regla general, se deben añadir algunos minutos adicionales. De este modo, un filete que normalmente se cocina en 10 minutos fresco podría necesitar entre 15 y 20 minutos si está congelado.