El café torrefacto, que es aquel que está tostado con azúcar a altas temperaturas, se continúa comercializando en algunos lugares como España o Portugal, pese a que su consumo está prohibido en la muchos países europeos. Este café puede identificarse en los supermercados españoles a través de la palabra “mezcla” y, pese a que es de peor calidad y los expertos han desaconsejado su consumo, muchas familias continúan eligiéndolo porque suele ser más económico que otras variedades.
Recientemente, el programa de Telecinco TardeAR ha elaborado un reportaje sobre los efectos adversos y los peligros del café torrefacto: “La gente no sabe que, cuando está consumiendo torrefacto, está consumiendo azúcar”, indicó Alexander Grajales, responsable de una marca de café. Esto ya de por sí resulta perjudicial para la salud, ya que consumir azúcar en grandes cantidades no es saludable para nuestro organismo; además, “como todo producto quemado, genera acrilamida, producto cancerígeno”.
Según explica la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), este componente químico se genera de forma natural en los alimentos que se elaboran a altas temperaturas, principalmente a partir de los azúcares y los aminoácidos. Esto es precisamente lo que ocurre con el café torrefacto. Sin embargo, otros expertos, como Beatriz Robles, que fue entrevistada recientemente en la Cadena SER, ha negado que este tipo de café sea venenoso: “Encontramos mensajes parecidos sobre muchos otros alimentos, pero lo único que buscan es llamar la atención usando el miedo como palanca”. La EFSA señala que existen otros alimentos que comemos habitualmente en los que también puede observarse la presencia de la acrilamida: patatas fritas, pan de molde, galletas, pan tostado...
“En la actualidad, los estudios en seres humanos han aportado pruebas escasas y poco consistentes en cuanto al incremento del riesgo de padecer cáncer”, explica la organización europea. Sin embargo, las pruebas en animales de laboratorio sí han demostrado que aumenta la probabilidad de desarrollar tumores en diversos órganos y mutaciones génicas, lo que se puede extrapolar a los seres humanos de todos los grupos de edad. Por esta razón, es importante tomar conciencia sobre el consumo de estos alimentos y reducirlos en nuestra dieta en la medida de lo posible, algo que ya han comenzado a hacer otros países europeos con la prohibición del café torrefacto
Cómo distinguir el café torrefacto
En TardeAR, el experto en café ha querido demostrar en qué se diferencia el café natural y el café torrefacto a simple vista: los granos tostados con azúcar tienen un color mucho más oscuro, algo que también se nota después en la leche. Para ponerlo a prueba, ha puesto en una taza granos de café natural y en otra los del torrefacto; al servir agua caliente, mientras que el natural no cambia de color, el café torrefacto tiñe el agua rápidamente, algo que ocurre también con la leche caliente.
Álex Rodríguez, barista y formador de la empresa Baqué, señala que en España se está viviendo una transición hacia el café natural: “Hace 15 o 16 años, en hostelería, el 30 % trabajaban con café mezcla, pero hoy ya son menos del 3 %. Ahora optamos por mejores calidades, mejores orígenes y mejores tuestes”. Sin embargo, el torrefacto continúa vendiéndose en los supermercados españoles, lo que provoca que aún sea una variedad ampliamente elegida en nuestro país pese a ser de menor calidad y más perjudicial para la salud.