Qué pasa si comes semillas de sésamo todos los días

Consumir semillas de sésamo todos los días puede ofrecer varios beneficios para la salud, ya que son una excelente fuente de nutrientes, compuestos bioactivos y antioxidantes. Estas semillas pequeñas son ricas en grasas saludables, proteínas, fibra, minerales y vitaminas, lo que las convierte en un superalimento versátil, como recoge la Fundación Española de Nutrición (FEN).

Las semillas de sésamo son ricas en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, especialmente ácido linoleico (omega-6), y también contienen fitoesteroles, que pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre. Según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, el consumo de sésamo puede disminuir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y aumentar el colesterol HDL (“bueno”) . Estos efectos se asocian a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y la arteriosclerosis.

El magnesio es un mineral esencial para la regulación de la presión arterial, y las semillas de sésamo son una fuente rica en este nutriente. Una revisión de estudios publicada en el Journal of Clinical Hypertension encontró que el consumo regular de magnesio puede ayudar a reducir la presión arterial en personas con hipertensión. Además, los lignanos del sésamo también tienen propiedades que ayudan a mejorar la elasticidad de las arterias, lo que puede reducir la resistencia vascular.

Las semillas de sésamo son una buena fuente de fibra dietética, algo crucial para una digestión saludable. Una dieta rica en fibra ayuda a prevenir el estreñimiento y promueve un tránsito intestinal regular. Según el American Journal of Clinical Nutrition, una ingesta adecuada de fibra está relacionada con una mejor salud intestinal y una menor incidencia de enfermedades gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable.

Uno de los beneficios más notables del consumo regular de semillas de sésamo es su contenido en antioxidantes, particularmente sesamina, sesamol y sesamolina. Estos compuestos no solo ayudan a combatir el daño oxidativo causado por los radicales libres, sino que también pueden tener efectos protectores contra enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes tipo 2.

Las semillas de sésamo pueden ser útiles en el control de la glucosa en sangre. Su bajo índice glucémico, junto con la presencia de lignanos, puede ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre. Un estudio en la Journal of Clinical Biochemistry and Nutrition mostró que la suplementación con sésamo ayudó a mejorar la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2. Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios también contribuyen a mejorar la salud metabólica en general.

El zinc presente en las semillas de sésamo también juega un papel importante en el mantenimiento de un sistema inmunológico fuerte. Este mineral es necesario para el desarrollo y la activación de las células inmunes, como los linfocitos T. Una revisión publicada en la revista Nutrients destacó que la deficiencia de zinc está relacionada con una disminución de la función inmune y un mayor riesgo de infecciones.