La vitamina D es un nutriente esencial para el organismo, clave en el mantenimiento de la salud ósea y muscular. Los expertos subrayan su papel fundamental en la absorción de calcio, un mineral indispensable para conservar la fortaleza de los huesos y prevenir afecciones como la osteoporosis.
La capacidad de la piel para sintetizar vitamina D se reduce con la edad debido a diversos factores. Uno de los principales es la disminución de los niveles de 7-dehidrocolesterol, el precursor de la vitamina D3 en la piel, que se convierte en vitamina D3 al exponerse a la radiación UVB del sol.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
La disminución en la capacidad de síntesis de vitamina D con el envejecimiento aumenta la probabilidad de desarrollar un déficit de esta vitamina, especialmente en personas mayores. Por tanto, y siendo consciente de los problemas asociados a este déficit vitamínico, es importante hacerse revisiones de forma periódica y contemplar los distintos métodos que existen para aumentar esta vitamina de forma natural.
Qué puede pasar si tienes baja la vitamina D
La falta de vitamina D puede provocar una disminución en la densidad ósea, lo que incrementa el riesgo de padecer osteoporosis y sufrir fracturas. Este déficit afecta directamente la capacidad del cuerpo para absorber el calcio, debilitando los huesos.
En casos de deficiencia grave, pueden surgir otras enfermedades. En los niños, la carencia de vitamina D puede causar raquitismo, una enfermedad poco común que provoca el ablandamiento y deformación de los huesos.
En los adultos, la deficiencia grave de vitamina D puede derivar en osteomalacia, una afección que se caracteriza por la debilidad de los huesos, dolor óseo y debilidad muscular, lo que puede afectar significativamente la calidad de vida. Mientras tanto, ante la presencia de síntomas como fatiga, dolor muscular y óseo y alteraciones en el estado anímico, conviene consultar a un profesional de la salud.
Qué alimentos son ricos en vitamina D
La vitamina D puede ser sintetizada por el cuerpo a través de la piel cuando nos exponemos a la luz solar, siendo esta la principal fuente de obtención. Sin embargo, pasar muchas horas a las radiaciones solares también trae consigo una serie de riesgos para la salud. Por ello, saber incorporar alimentos ricos en vitamina D en la dieta es algo fundamental.
Entre los alimentos ricos en vitamina D que contribuyen a mejorar los niveles en el organismo se destacan los pescados como el salmón, atún, caballa, sardina, boquerón, jurel, pez espada, arenque, dorada, palometa, bacalao, así como los langostinos y el caviar. También son fuente de esta vitamina los aceites de pescado, como el aceite de hígado de bacalao, el bonito en aceite y las anchoas en aceite. Algunas verduras, como los níscalos, champiñones y borraja, también aportan vitamina D.
Del mismo modo, entre los productos de origen animal, el huevo es una opción importante, mientras que en el ámbito de los lácteos destacan la leche entera, el yogur entero y los quesos enteros. Además, ciertos alimentos fortificados, como los cereales para el desayuno y las bebidas de soja, almendra y avena, ofrecen una fuente adicional de vitamina D.