Receta de cena fácil y saludable para el verano: salpicón de pollo con verduras frescas

No muchos platos pueden presumir de formar parte del recetario del mismísimo Quijote. El salpicón, puede. “Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda”, escribía Cervantes en la primera página del primer capítulo de su obra maestra, plasmando una suerte de foto fija de lo que era la gastronomía española allá por el siglo XVII.

Gracias a esta frase, ponemos la atención sobre una de las recetas más antiguas y sencillas del recetario español, un plato que seguimos consumiendo a día de hoy versionado de cientos de maneras pero que ya se disfrutaba en las noches castellanas hace más de cuatro siglos. Con las sobras de la olla o ‘cocido’, de carne, tocino, verduras y legumbres, que se disfrutaba entonces casi a diario, se preparaba el salpicón, un fiambre frío a base de los restos de la carne de vaca, picada con cebolla y aderezada con vinagre, pimienta y sal.

A día de hoy, el salpicón puede ser de carne de ternera, de pollo, pescado o mariscos, ingredientes a los que se añaden vinagre, sal, pimienta y algunas verduras frescas como rábano, cebolla, tomate, lechuga o cilantro. Es un plato que suele servirse en frío y que funciona a la perfección como entrante o incluso como plato principal. Concretamente, el salpicón de pollo tiene sus orígenes en la cocina española, aunque ha sido adoptado y adaptado en diversos países de América Latina, cada uno agregando su toque particular. En México, por ejemplo, se suele preparar con chile jalapeño y se sirve con tostadas, mientras que en Colombia y Venezuela se añade aguacate y se acompaña con arepas o pan.

Sea como sea, el salpicón de pollo es una receta refrescante y versátil, ideal para los días calurosos o como plato ligero durante todo el año. Esta preparación se caracteriza por su combinación de pollo desmenuzado con una variedad de vegetales frescos y crujientes, aderezados con una vinagreta que realza todos los sabores. Es una opción perfecta para aprovechar el pollo sobrante de otras comidas y convertirlo en un plato nuevo y completo, perfecto para solucionar una cena veraniega o como entrante para compartir.

Tiempo de elaboración: 40 minutos

Raciones: 4 personas

Ingredientes:

• 2 pechugas de pollo
• 1 cebolla morada
• 1 pimiento rojo
• 1 pimiento verde
• 2 tomates
• 1 pepino
• 1 zanahoria
• 1 aguacate
• 1/4 taza de jugo de limón
• 1/4 taza de aceite de oliva
• 1 cucharadita de sal
• 1/2 cucharadita de pimienta negra
• 1/4 taza de cilantro fresco picado

Elaboración:

1. Cocina las pechugas de pollo en agua con sal hasta que estén bien cocidas, aproximadamente 20 minutos. Deja enfriar y desmenúzalas.
2. Pela y pica la cebolla morada en juliana fina.
3. Lava y corta los pimientos (rojo y verde) en tiras finas.
4. Lava y pica los tomates en cubos pequeños.
5. Pela y corta el pepino en rodajas finas.
6. Pela y ralla la zanahoria.
7. Corta el aguacate en cubos.
8. En un bol grande, mezcla todos los vegetales con el pollo desmenuzado.
9. En un recipiente pequeño, bate el jugo de limón con el aceite de oliva, la sal y la pimienta para hacer la vinagreta.
10. Vierte la vinagreta sobre el pollo y los vegetales, mezclando bien para que todo quede bien aderezado.
11. Espolvorea el cilantro fresco picado por encima antes de servir.