Estas son las personas que no deberían comer frambuesas

Esta fruta que se produce en España en grandes cantidades cuenta con grandes beneficios para la salud pero no todo el mundo debe consumirla

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Frambuesas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Frambuesas (Imagen Ilustrativa Infobae)

La frambuesa es una fruta de gran valor tanto por sus propiedades nutricionales como por su origen histórico. Este pequeño alimento perteneciente a la familia de las rosáceas destaca por su alto contenido en antioxidantes, vitaminas y fibra, lo que lo convierte en esencial en dietas saludables. Además, España es junto a México el principal proveedor a nivel mundial, exportando entre ambos el 43% de esta fruta, según los datos compartidos por la revista Frutas y Hortalizas (F&H).

La planta del frambueso crece especialmente bien en claros de bosques o prados donde el fuego o las talas han dejado espacio, permitiendo que esta colonizadora oportunista se desarrolle con facilidad, según diversas fuentes de estudio botánico.

El frambueso es originario de Europa, con raíces específicas en Grecia. Del país heleno, la planta se extendió a Italia, los Países Bajos, Inglaterra y posteriormente a América del Norte. Hoy en día, las principales variedades comercializadas incluyen el frambueso rojo (Rubus idaeus) en Europa y las variedades de color rojo y negro en América del Norte, como el frambueso silvestre (Rubus strigosus), el frambueso negro (Rubus occidentales) y el frambueso púrpura (Rubus neglectus).

Una fruta antioxidante y propiedades anticancerígenas

(Pexels)
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Las frambuesas se cultivan y cosechan en diferentes épocas del año, pero la mayoría de las variedades fructifican en verano. En cuanto a su valor nutricional, las frambuesas destacan especialmente por su elevado contenido en fibra y vitamina C. “Una cucharada sopera de frambuesas aporta casi el 7% de las ingestas diarias recomendadas para esta vitamina”, explican en la documentación oficial del Ministerio de Pesca, Agricultura y Alimentación.

La composición de las frambuesas también incluye compuestos fenólicos como antocianinas, cianidinas, elagitaninos, ácido elágico e hidroxicinamatos. Estos, junto a las vitaminas C y E, le confieren una gran capacidad antioxidante. “Se ha demostrado que reducen la peroxidación lipídica (importante en la prevención de la enfermedad cardiovascular) y ejercen un efecto protector frente al cáncer,” añade. Asimismo, su bajo contenido calórico, apenas 40 kcal por cada 100 g, las hace ideales para dietas que buscan controlar la ingesta energética.

Quiénes no deberían tomar frambuesas

A pesar de todos sus beneficios para la salud, ciertas personas no deberían consumir las frambuesas. En primer lugar, las personas que sean alérgicas a su ingesta. Tal y como señalan desde la empresa de test de alergias Windly, entre los síntomas habituales se encuentran sarpullido, hinchazón, picor en la boca, dificultad para respirar y anafilaxis (reacción alérgica grave) en casos severos. En este sentido, en un estudio sobre casos concretos de anafilaxis por la frambuesa se detectó que otros síntomas comunes son el picor concentrado en las palmas de las manos y sonrojos.

Por otro lado, se ha popularizado la cetona de frambuesa, un complemento alimenticio que utiliza la cetona, sustancia química presente en esta fruta, y que presuntamente aumenta el metabolismo, es decir, la rapidez con la que el cuerpo quema la grasa, fomentando el adelgazamiento. Sin embargo, no estudios científicos que respalden esta afirmación, tal y como señala MedlinePlus.

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Desde la misma web del gobierno de EEUU indican que estos suplementos pueden tener efectos estimulantes. Si se toman en conjunto con otros, “pueden incrementar el riesgo de efectos secundario”, entre ellos aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial alta.

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