Estas son las personas que no deberían comer sandía

Es una de las frutas más populares del verano y cuenta con propiedades muy beneficiosas para la salud. Sin embargo, no todo el mundo debería ingerirla

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Cuál es la fruta que ayuda a perder peso y cuida el corazón.

La sandía es una de las frutas más consumidas durante el verano gracias a su alto contenido de agua y su habilidad para refrescar e hidratar el cuerpo. Con un 95% de agua en su composición, según los datos de la Fundación Española de Nutrición (FEN), esta fruta ayuda a reponer líquidos perdidos en climas calurosos y durante actividades físicas, previniendo la deshidratación.

Además de su contenido de agua, la sandía es rica en nutrientes esenciales. Es una buena fuente de potasio, un mineral que regula el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo, contribuyendo a mantener una presión arterial saludable y previniendo calambres musculares. Este mineral es particularmente beneficioso para personas activas y deportistas.

La sandía también contiene vitamina A, crucial para la salud ocular y la función inmunológica. Según la FEN, esta vitamina desempeña un papel importante en el mantenimiento de la salud de la piel y las membranas mucosas, actuando como una barrera contra infecciones.

Otro componente importante de esta fruta es el licopeno, un antioxidante que se ha estudiado por sus posibles beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, disminuyendo el daño celular y la inflamación.

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Sandía (Imagen Ilustrativa Infobae)
Sandía (Imagen Ilustrativa Infobae)

Con solo 30 calorías por cada 100 gramos, también es una opción ideal para quienes buscan perder peso o mantener uno saludable. Su alto contenido de agua y fibra ofrece una sensación de saciedad, lo cual puede ayudar a reducir la ingesta calórica total.

Asimismo, el consumo de sandía puede mejorar la digestión gracias a su contenido de fibra y citrulina, un aminoácido que mejora la circulación sanguínea y reduce la presión arterial, como sugiere un estudio de 2017 de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Pero como casi todo en la vida, también tiene su parte mala. El consumo de cualquier alimento en exceso es perjudicial para la salud y en el caso de la sandía hay una serie de personas que no deberían tomarla.

Cuidado con las personas diabéticas y la fruta

Las personas con diabetes tienen que tener cuidado a la hora de comer sandía. Esta fruta contiene azúcar de forma natural. En consecuencia, deberán contabilizarlo dentro de su menú diario. Asimismo, se recomienda consumir este alimento al natural, evitando licuarlo como zumo, ya que de este modo pierde la fibra y el cuerpo absorbe el azúcar de forma más fácil y aumentando el riesgo de tener un pico de glucosa. Por otro lado, las personas alérgicas a la sandía nunca deberían ingerirla en ninguna de sus formas. Tal y como señalan desde la web especializada en salud Healthline, los síntomas típicos de esta alergia son:

  • Urticaria.
  • Picor en la lengua, los labios o la garganta.
  • Tos.
  • Dolor o pinchazos en el estómago.
  • Vómitos.
  • Diarrea.

En un principio, la mayoría de personas comienzan a experimentar los síntomas en cuestión de minutos tras la ingesta de la fruta. No obstante, en ocasiones el tiempo de aparición se retrasa hasta unas horas.

Shock anafiláctico, una consecuencia grave

Una jugosa sandía, una fruta
Una jugosa sandía, una fruta llena de beneficios para la salud. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los casos menos graves, la alergia se trata con medicamentos antihistamínicos comunes que siempre debe recetar un médico tras conocer los síntomas. En el otro lado de la balanza, aquellas personas que padezcan una alergia grave pueden tener anafilaxia. Se trata de una reacción alérgica severa que puede poner en riesgo la vida de una persona debido a su capacidad para inducir un shock, descenso repentino de la presión arterial y problemas respiratorios. Según informa la Clínica Mayo, puede ocurrir en pocos minutos tras la exposición a un alérgeno, aunque en algunos casos podría haber una reacción retardada o incluso presentarse sin un desencadenante aparente.

Si te encuentras con alguien que muestra síntomas de anafilaxia, lo primero que debes hacer es llamar de inmediato al 911 o al número local de urgencias médicas. Pregunta a la persona si lleva consigo un autoinyector de epinefrina (como EpiPen o Auvi-Q). Si necesita usar el autoinyector, el dispositivo debe ser presionado contra el muslo de la persona para administrar el medicamento.

Es crucial que la persona afectada se recueste boca arriba y permanezca inmóvil. Afloja su ropa ajustada y cúbrela con una manta. No le ofrezcas nada para beber. En caso de que la persona vomite o presente sangrado por la boca, colócala de lado para evitar atragantamientos. Si no presenta señales de respiración, tos o movimiento, inicia de inmediato la reanimación cardiopulmonar (RCP) con compresiones torácicas ininterrumpidas a un ritmo de aproximadamente 100 por minuto, hasta que lleguen los paramédicos.

Las señales de anafilaxia incluyen reacciones cutáneas como urticaria, picazón y enrojecimiento o cambios de color en la piel. También se presenta hinchazón de la cara, ojos, labios o garganta y estrechamiento de las vías respiratorias que puede causar silbido del pecho, dificultad para respirar o tragar. Otros síntomas incluyen pulso débil y rápido, náuseas, vómitos, diarrea, mareos, desmayos o pérdida del conocimiento.

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