Un experto explica qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando dejamos la cafeína

Este compuesto se encuentra no solo en el café o el té, también en el chocolate y en algunas bebidas gaseosas

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Una taza de café (Unsplash)
Una taza de café (Unsplash)

La cafeína es el compuesto psicoactivo más consumido en todo el mundo, pues, al contrario de lo que podamos pensar, se encuentra en muchos otros alimentos además de en el café o el té: las bebidas gaseosas, el chocolate e incluso algunos medicamentos para el resfriado contienen cafeína. Su rápida absorción y efecto también ayudan a que el café sea una de las bebidas más consumidas.

Este compuesto químico, que no se acumula en el torrente sanguíneo y que se expulsa mediante la orina aproximadamente nueve horas después de tomarla, excita al cerebro y al sistema nervioso, lo que la convierten el café en una de las bebidas predilectas para luchar contra la somnolencia o la fatiga. Lo recomendable es no consumir más de 400mg al día de cafeína (unas cuatro tazas de café), ya que un exceso podría provocarnos temblores musculares, taquicardia, dolor de cabeza o náuseas.

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Sin embargo, para algunas personas un par de tazas de café les provoca estos efectos secundarios u otros como irritabilidad o dificultad para conciliar el sueño por la noche. Es por ello que cada vez son más quienes deciden dejar la cafeína. Adam Taylor, profesor y director del Centro de aprendizaje de anatomía clínica de la Universidad de Lancaster, explica qué ocurre en nuestro cuerpo cuando dejamos la cafeína.

Una cafetera italiana (Unsplash)
Una cafetera italiana (Unsplash)

Dolor de cabeza y cansancio

La abstinencia de cafeína puede provocarnos dolores de cabeza y cansancio. La cafeína se une a unos receptores del cerebro que retrasan la fatiga, por lo que si dejamos de consumirla, el cerebro genera un exceso de receptores. El dolor de cabeza ocurre porque, como la cafeína estrecha los vasos sanguíneos, al dejar de tomarla estos vuelven a ensancharse y aumenta el flujo sanguíneo. En conjunto, dejar la cafeína puede provocar a corto plazo y temporalmente una mayor sensibilidad al dolor.

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Salud cardiovascular e intestinal

Si reducimos o eliminamos la cafeína, podemos sentir alivio estomacal, puesto que esta induce la secreción de ácido en el estómago y favorece la indigestión. Además, también puede ayudar a reducir la presión arterial y la frecuencia cardiaca, aunque quizás no sean cambios muy notables si se ha consumido cafeína de manera regular durante muchos años.

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Ir menos al baño

A pocos les sorprenderá leer que el café es un estimulante para defecar. Esto se debe a que la cafeína actúa sobre el colon, haciendo que los músculos se contraigan y tengamos la necesidad de ir al baño. Por ello, si reducimos la cantidad de cafeína que consumimos también experimentaremos menor necesidad de defecar y una consistencia distinta en las heces.

Del mismo modo, la cafeína aumenta la producción de orina de nuestro cuerpo y también provoca que orinemos con más frecuencia, puesto que existen evidencias de que irrita la vejiga.

Dientes más blancos

No se trata tanto de la cafeína, sino del café y el té. Estas bebidas llevan compuestos que dañan el esmalte de los dientes y los amarillenta, además de reducir la cantidad de saliva que segregamos. Al igual ocurre con el azúcar de las bebidas energéticas o el tabaco.

Beneficios de la cafeína

Como ocurre con todos los alimentos, la cafeína no es dañina de por sí si la consumimos con moderación. De hecho, tiene muchos beneficios para nuestra salud. Como recoge la Sociedad Española de Nutrición y Dietética, el café mejora nuestro rendimiento físico y cognitivo, contiene antioxidantes, ayuda a mejorar el estado de ánimo e incluso podría ayudar a la pérdida de peso.

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