Para los amantes de los postres, hay ciertas recetas que son un verdadero imprescindible. Delicias como la tarta de queso, un sencillo pero clásico bizcocho, unas galletas con chocolate… Entre las elaboraciones más populares se encuentra también la tarta de zanahoria, un pastel sencillo y muy rico que le da protagonismo a esta hortaliza naranja.
Icono de las recetas de repostería americana, las carrot cake o tartas de zanahoria tienen un origen disputado. Muchos historiadores del mundo de la gastronomía creen que la tarta de zanahoria tiene su origen en los puddings de zanahoria que comían los europeos en la Edad Media, un momento en el que el azúcar y los edulcorantes eran caros y escasos y, como sustituto, se utilizaban ingredientes como las zanahorias.
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Para aprender a hacer este postre, nada como aprender de los mejores chefs, aquellos cocineros con experiencia que conocen cada detalle de este minucioso proceso. Aunque el mundo de lo salado sea su especialidad, Jordi Cruz es también un experto en el mundo de lo dulce. Además de su labor como presentador y juez y su trabajo en sus cuatro restaurantes de alta cocina, el cocinero comparte en sus redes sociales algunas de sus mejores recetas.
El cocinero catalán ha tenido una carrera llena de éxitos, que le ha llevado a ser el tercer chef con más estrellas Michelin en España. Su carrera está basada en la ciudad de Barcelona, con cuatro restaurantes en total, donde sirve una cocina que él mismo define como “evolutiva e inquieta, basada en el producto, en la que tiene cabida la creatividad y la tradición”. Dejando a un lado su labor en la alta cocina, el chef conoce los secretos de esas recetas tradicionales que todos podemos recrear en casa, como es el caso de esta tarta de zanahoria casera, con un delicioso frosting de queso crema.
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Receta de tarta de zanahoria de Jordi Cruz
Tiempo de elaboración: 1 hora y 30 minutos
Raciones: 6 personas
Ingredientes:
Para la masa
- 225 g harina
- 250 g azúcar moreno
- 250 g zanahorias
- 150 ml aceite de girasol
- 5 huevos enteros
- 5 g canela en polvo
- 2 g nuez moscada rallada
- Clavo de olor (opcional)
- 10 g levadura en polvo
Para el relleno y cobertura:
- 300 ml nata para montar
- 250 g queso crema
- 150 g azúcar glas perfumado con vainilla
Elaboración:
- En un bol agregamos 225 g de harina de repostería y echamos 10 g de levadura química, una pizca de sal, 4 g de canela molida, 1 g de nuez moscada y 1 g de clavo molido, mezclamos bien y reservamos.
- Pelamos las zanahorias, las troceamos y las trituramos junto a 150 g de aceite de girasol. Reservamos.
- En el bol de la batidora cascamos 5 huevos y batimos con las varillas de globo. Incorporamos 250 g de azúcar moreno y seguimos batiendo. Batimos hasta doblar su volumen. Incorporamos la mezcla de zanahoria y aceite que teníamos reservada.
- Ahora, incorporamos los ingredientes secos a la masa. Para ello, los pasamos por un colador, tamizándolos a la par que los vamos incorporando. Vamos mezclando poco a poco, añadiendo los secos por tandas, con movimientos envolventes y con ayuda de una espátula.
- Una vez mezclado, rociamos con spray un molde desmontable de 23 cm. Echamos la masa y la llevamos al horno que tenemos precalentado a 175 °C con calor arriba-abajo y aire. Horneamos durante 45 minutos aproximadamente, cuando lleve 30 minutos, si vemos que el bizcocho está muy dorado, lo tapamos con papel de aluminio. Antes de sacarlo, pinchamos el centro con un palillo para comprobar que está totalmente hecho. Sacamos del horno, dejamos reposar 10 minutos y desmoldamos. Lo pasamos a una rejilla y lo dejamos enfriar totalmente.
- Mientras se hornea el bizcocho, preparamos el frosting. Echamos una cucharadita de vainilla sobre el queso crema, incorporamos 75 g de azúcar y batimos con unas varillas. Una vez bien mezclado, reservamos.
- Por otro lado, añadimos 300 ml de nata para montar muy fría en un bol. Echamos media cucharadita de vainilla y montamos con unas varillas eléctricas a la par que incorporamos el azúcar glas. Montamos la nata hasta conseguir picos suaves, no tiene que estar muy dura. En este momento, incorporamos el queso a la nata por tandas, con ayuda de una espátula y movimientos envolventes. Ya tendremos preparado el frosting.
- Una vez hayamos sacado el bizcocho y se haya enfriado, lo partimos por la mitad con un cuchillo de sierra. Colocamos una de las mitades en un plato y rellenamos con parte del frosting. Tapamos con la otra mitad de bizcocho y cubrimos con el resto del frosting. Una vez bien extendido, podemos hacer unas sencillas decoraciones con ayuda de una cuchara. Acabamos poniendo unas nueces y ya estará listo.