El lujoso vino robado en la bodega del restaurante Atrio: era el favorito de Stalin y tiene un precio de 300.000 euros

Antes del robo, la codiciada botella había pasado por dos siglos de trepidante historia

Guardar
Dos ladrones se colaron a la bodega del restaurante Atrio y robaron 45 botellas. Entre ellas se encontraba la joya del restaurante: el Château d'Yquem de 1806

La madrugada del 27 de octubre de 2021, dos ladrones entraron al restaurante Atrio en Cáceres y robaron 45 botellas de vino, valoradas en 1.648.500 euros. Se colaron en la bodega de este establecimiento, con tres estrellas Michelin, distrayendo al recepcionista, una estrategia que les permitió llevarse las lujosas botellas, que más tarde trasladaron hasta los Países Bajos para venderlas en el mercado negro. Entre las 45 botellas robadas se encontraba una muy especial, la joya de esa bodega: el Château d’Yquem de 1806, un vino blanco valorado en ese momento en más de 300.000 euros.

El Château d’Yquem es un vino blanco dulce de Sémillon y Sauvignon Blanc elaborado por Château d’Yquem, considerada la mejor bodega de Sauternes y una de las mejores del mundo. Elabora vinos blancos licorosos a partir de racimos afectados por la apreciada podredumbre noble, una característica que le aporta sabores excepcionales.

Te puede interesar: La receta perfecta para soportar el calor, según el chef José Andrés: “Un plato fácil, rápido, fresco y delicioso”

El prestigio de este vino viene de largo. Para la Exposición Universal de París de 1855, el emperador Napoleón III pidió un sistema de clasificación para los mejores vinos de Burdeos de Francia que iban a mostrarse a los visitantes de todo el mundo. En esta clasificación oficial del vino de Burdeos, elaborada en 1855, Château d’Yquem fue el único Sauternes al que se le dio esta categoría, indicando así su superioridad respecto al resto de los vinos de su tipo y condicionando su alto precio.

Château d'Yquem (Wikimedia Commons)
Château d'Yquem (Wikimedia Commons)

Una botella rota, joyas de cristal y 300.000 euros

La botella que los dueños de Atrio guardaban en su bodega no era un Château d’Yquem al uso. Este ejemplar, elaborado en 1806, era la botella más antigua que se conserva de esa bodega, una reliquia por la que los dueños del restaurante pagaron 12.000 euros. Fue en Londres, en el año 2000, cuando Toño Pérez y José Polo acudieron a la casa de subastas Christie’s para hacerse con este lujoso vino, que más tarde trasladaron hasta España.

Bodega de Atrio (Restaurante Atrio)
Bodega de Atrio (Restaurante Atrio)

Pero, durante este trasporte, un accidente que provocó que la botella se resquebrajara, poniendo en peligro el exquisito líquido que guardaba en su interior. Todas las botellas estaban envueltas en un papel film transparente, por lo que el problema no llegó más allá. Los dueños no dudaron en viajar hasta la región de Sauternes, en la parte meridional del viñedo de Burdeos, para tratar de arreglar la botella dañada.

Una vez los expertos certificaron que el vino era original, les ofrecieron una nueva botella donde almacenarlo. Para sustituir el vino que se había perdido por el camino, la bodega propuso una solución: rellenarla con unas bolitas de cristal para que el vino siguiera tocando el corcho y no perdiera su exclusiva calidad. Este detalle hace que la botella que se guardaba en Atrio haya multiplicado su precio: a día de hoy, los expertos la valoran en 300.000 euros.

Un vino muy apreciado en Rusia

Entre los expertos hay consenso sobre quién ha orquestado el robo de esta lujosa botella. Paco Berciano, experto en vinos y asesor del restaurante Atrio, contaba en el programa Anatomia de de La Sexta la teoría detrás de esta trepidante historia. Según el experto, la mafia rusa estaría detrás del robo de las botellas de Atrio.

El Château d’Yquem, según cuenta Berciano, “es un vino muy apreciado en Rusia”, por lo que su valor allí se multiplicaría. La razón se encuentra en que Stalin, amante del vino, tenía este entre sus preferidos. “Stalin era un enamorado del Château d’Yquem, hasta tal punto que visitó la bodega y cogió unas cepas para llevarlas a Georgia porque quería intentar hacer ese vino allí, cosa que era inviable”, explicaba el experto en vinos durante su entrevista. Este vino era uno de los que más abundaba en la bodega personal del dirigente ruso, algo que podría haber llamado la atención sobre él en el país.

Seguir leyendo:

Guardar