Una ovejita… dos ovejitas… tres ovejitas… Intentar imaginar corderos blancos y peludos que saltan uno por uno sobre una cerca es un remedio bien conocido para combatir el insomnio. Esta una práctica famosa es usada por muchos, pero pocas personas saben de dónde proviene esta curiosa idea.
A lo largo de los años, diversos estudios y especialistas han analizado esta práctica, que ofrecieron nuevas perspectivas sobre cómo realmente funciona nuestro sueño y qué métodos son verdaderamente efectivos para lograr un descanso reparador.
Historia detrás del método
La respuesta a este enigma se encuentra en la historia. Supuestamente, el método era una técnica utilizada por pastores medievales, que debido a la falta de compañía humana durante semanas, se dormían cada noche al contar ovejas.
El concepto de contar ovejas para dormir es tan antiguo que se mencionó en una compilación de cuentos cortos del siglo XIII titulada “Cento Novelle Antiche”. En una de las novelas, un narrador al servicio de Messer Azzolino estaba tan somnoliento que le contó a su amo la historia de un granjero que trataba de cruzar un rebaño de ovejas por un río crecido en un pequeño bote.
La misma historia se contó en la obra anterior del siglo XII “Disciplina Clericalis” y se convirtió en parte del libro del siglo XVII “Don Quijote”. En esta versión, el escudero de Quijote, Sancho Panza, le dice que cuente cabras, no ovejas.
El estudio que desmitificó contar ovejas
La pregunta es: ¿realmente contar ovejas ayuda a dormir? Es común encontrar referencias a un estudio de 2002 que supuestamente probaba este método. Sin embargo, este no era el objetivo del estudio, según la autora principal Allison Harvey, profesora de psicología y directora del Golden Bear Sleep and Mood Research Clinic en la Universidad de California, Berkeley.
“Nuestro estudio de hace más de 20 años no trataba sobre contar ovejas; se trataba simplemente de usar imágenes para combatir el insomnio”, explicó Harvey, quien llevó a cabo la investigación mientras era profesora de psicología en la Universidad de Oxford.
Su investigación dividió a 50 personas en tres grupos. El primer grupo no recibió instrucciones sobre cómo dormir, mientras que a los miembros del segundo grupo se les dijo que se distrajeran de sus pensamientos, preocupaciones y problemas de la manera que quisieran.
El tercer grupo recibió la instrucción de realizar una tarea de imágenes interesante y atractiva, como crear o recordar un prado, una cascada, unas vacaciones o una tarde de verano bajo el sol. Aquellos que usaron imágenes informaron haberse dormido mucho más rápido que los otros dos grupos, y calificaron sus pensamientos, preocupaciones y problemas como menos incómodos y angustiantes que las personas en el grupo de distracción o sin instrucciones.
Dos de los participantes en el grupo de distracción contaron ovejas como una forma de dormirse “y de alguna manera la gente se agarró a eso, supongo porque pensaron que era divertido”, comentó Harvey.
Aunque el estudio no investigó específicamente contar ovejas como una forma de superar el insomnio, Harvey tiene una opinión basada en sus años como especialista en sueño: “Algo tan mundano como contar ovejas usualmente no funciona”, afirmó. “En cambio, trabajamos con un menú de opciones con las personas, porque cada uno es diferente y no una sola opción va a ayudar todo el tiempo.”
Consejos respaldados por la ciencia
Si bien contar ovejas puede no ser efectivo, existen métodos respaldados por la ciencia para ayudarte a vaciar la mente y dormir. Visualizar la relajación es una táctica probada. Imaginar un entorno agradable y atractivo funciona para muchas personas y es más exitoso cuando se involucran los cinco sentidos. “Intenta hacer tu imagen lo más vívida posible, preguntándote qué ves, qué oyes, qué hueles y, si aplica, qué saboreas”, recomendó Harvey.
Otro método es la gratitud, conocida por aumentar la felicidad. Contar bendiciones puede relajar y predisponer al sueño. Harvey sugiere pensar en tres cosas en la vida por las cuales estás agradecido y decírtelas a ti mismo antes de dormir.
El saboreo, primo hermano de la gratitud, consiste en revivir un momento maravilloso del día. Recordar lo que pasó, cómo se sintió y dejar que esos buenos sentimientos lleven al sueño.
Antes de dormir, se puede practicar la resolución de problemas. Hacer dos columnas en una hoja de papel: etiquetar una como “Preocupaciones” y la otra como “Soluciones”. Enumerar los problemas y tareas preocupantes y luego pensar en soluciones potenciales. Escribirlo en papel libera la mente y facilita el descanso.
Finalmente, llevar un diario puede no centrarse únicamente en la resolución de problemas. Puede ser un espacio para capturar bendiciones y recuerdos diarios o simplemente una forma de expresarte. Para aquellos que no son propensos a escribir, reservar tiempo para preocuparse antes de dormir puede ayudar a despejar la mente y permitir que el sueño llegue sin necesidad de contar ovejas.