Cómo dormir en el avión: consejos para un descanso en las alturas

Dormir en un avión, muchas veces, puede ser algo complicado de lograr, especialmente cuando se trata de un vuelo largo. Entre los sonidos del avión y la incomodidad de las butacas, conciliar el sueño a kilómetros de altura no es una tarea sencilla. Sin embargo, con los consejos adecuados, es posible lograr un descanso reparador.

Viajar en avión puede ser una experiencia agotadora, especialmente en vuelos largos donde el descanso es esencial para llegar fresco a tu destino. Dormir bien en un avión no solo es un desafío debido al espacio reducido y la falta de comodidad, sino también por los distintos factores que pueden interrumpir el sueño, como el ruido de los motores, las conversaciones de otros pasajeros y las luces del interior de la cabina.

El jet lag es una condición temporal que ocurre como resultado de los viajes rápidos a través de múltiples zonas horarias. Se produce porque el reloj interno del cuerpo, o ritmo circadiano, se desajusta debido al cambio abrupto en la programación del día y la noche. Los efectos del jet lag pueden variar en intensidad de una persona a otra.

Ajustar el reloj biológico al destino al que se viaja es crucial para minimizar los efectos del jet lag. Esto implica adaptar el ciclo de sueño al huso horario del lugar de llegada, lo que puede requerir permanecer despierto o intentar dormir a lo largo del vuelo, dependiendo de la hora de llegada. Por ejemplo, si nosotros dormimos en el viaje en avión pero al llegar a destino cuando el avión aterriza lo hacemos de madrugada o por la noche ya no podremos dormirnos nuevamente y esto afectará nuestro sueño posteriormente.

Preparar un kit de sueño es una recomendación práctica. Incluir elementos como una máscara para ojos, tapones para los oídos, una manta ligera y medias cómodas puede mejorar significativamente el confort y facilitar el descanso al bloquear la luz y el ruido del avión u otros pasajeros.

Elegir qué bebidas consumimos antes o durante el viaje en avión también es fundamental. Evitar la cafeína es otro punto importante. Optar por bebidas descafeinadas o infusiones relajantes antes del vuelo puede ayudar a conciliar el sueño de manera más efectiva cuando nos sea necesario.

Para lograr comodidad, debemos aflojar el cinturón de seguridad, sacarnos los zapatos y ajustar el asiento según las acciones recomendadas. Usar ropa holgada y llevar un chaleco puede ser útil para mantenernos abrigados si la cabina está fría.

La elección del asiento también juega un papel fundamental. Un asiento en el pasillo puede ser ideal para quienes necesitan estirarse, mientras que uno junto a la ventana es conveniente para aquellos que prefieren apoyar su cabeza. Además, es aconsejable evitar asientos cercanos a los baños por el ruido y el movimiento constante.

Una almohada de viaje, preferiblemente inflable o de espuma, puede ser nuestro compañero esencial para mantener una posición cómoda y prevenir dolores en el cuello además de apoyar nuestra cabeza en un lugar cómodo.

La postura adecuada para dormir es un factor crucial. Entre las posiciones recomendadas se incluyen inclinar el respaldo del asiento con una almohada en la parte baja de la espalda, apoyar la cabeza en el apoyacabezas con una almohada de cuello, sentarse en posición fetal o cruzar las piernas si hay suficiente espacio.

Dormir en un avión puede requerir algo de experimentación para encontrar la posición más cómoda, por lo que se recomienda ajustar y probar diferentes posturas durante el viaje.