Hipócrates dijo: “Que la comida sea tu alimento y tu alimento, tu medicina”. ¿Y sabe qué? Las farmacias más populares son las verdulerías, donde compra verduras y frutas que, a fin de cuentas, son medicamentos.
Por eso, para lograr una alimentación sana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir al menos 400 gramos, o cinco porciones de frutas y verduras al día porque reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética.
Es que las frutas y verduras tiene múltiples nutrientes. Vitaminas, las que se imagine. Minerales importantísimos: calcio, fósforo, sodio, potasio. Además, los llamados oligoelementos, que son minerales en cantidades pequeñas, pero fundamentales.
Piense en el hierro, en el cobre, en el sodio, en el zinc. Tienen agua, la más natural que usted pueda creer. En resumidas cuentas, es agua en envase natural, directa de la naturaleza. Tiene fitoquímicos, como los flavonoides; los carotenoides, que tienen efecto antiinflamatorio, que tienen efecto antioxidante; tienen fibra, fibra que ayuda al sistema digestivo y fibras insolubles que ayudan a su microbiota. Esto vale oro.
Como con otros remedios, usted se preguntará “¿qué efectos tiene?”, “¿para qué está indicado?” o “¿para qué se lo receto?”. Comer frutas y verduras es beneficioso por un montón de razones médicas totalmente probadas.
Beneficios cardíacos, pero, además, el consumo regular de vegetales disminuye la posibilidad de sobrepeso porque son alimentos hipocalóricos. Por eso disminuye la evolución de la aterosclerosis. Tiene efecto anticancerígeno. Tiene efecto antirreumático y antienvejecimiento. Mejora la función inmunológica, todo su sistema de defensa. Y las vitaminas que tienen, las sustancias que generan, la síntesis y fabricación de sustancias hacen que el cerebro funcione mejor. Que mejoren sus funciones cognitivas.
Pero no sólo eso, los vegetales también poseen gran cantidad de antioxidantes y alto contenido de fibras. Hagámonos a la idea de que una fruta o una verdura es como si fuera un medicamento y que los distintos colores determinan las distintas composiciones de vitaminas que tienen.
“Dosis, doctor, dosis”. Muy simple: 400 gramos por día o más, de frutas y verduras, de distintos colores y distintas todos los días.
Con lo cual si usted me consulta qué frutas o verduras recomiendo consumir, mi respuesta es las de estación. ¿Por qué los vegetales de estación? Porque así, durante todo el año, usted va a ir incorporando las distintas frutas y verduras más frescas, y también las más económicas.
A fin de cuentas, en un año va a tener un tratamiento completo. Distintos colores de frutas y verduras, distintas composiciones. ¿Le gusta la manzana? Bien, pero no todo el día y todos los días manzana.
Para mejorar el consumo de frutas y verduras es recomendable:
- Incluir verduras en todas las comidas
- Como tentempié, snack o refrigerio, comer frutas frescas y verduras crudas
- Consumir los vegetales de estación que son más accesibles y económicos
- Hacer una selección variada de frutas y verduras, para obtener la mayor cantidad de vitaminas y minerales
¿Cuáles son las frutas y verduras del verano? Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, los vegetales de estación son: zapallo, calabaza, rabanito, tomate, espárrago, morrón, cebolla, chauchas, pepino, acelga, berenjena, choclo, frambuesa, mora, manzana, sandía, uva, limón, pelón, pera, arándanos, frutilla, higo, mamón, melón, naranja, ananá, ciruela, cereza, damasco, durazno.
Recuerde que es conveniente consumir los vegetales frescos o en licuados para conservar todas sus propiedades, si bien los jugos tienen mucho sabor, se pierde gran parte de la fibra de la fruta.
En fin, la cantidad de beneficios de incluir frutas y verduras en la dieta de todos los días es enorme. Por eso siempre digo, mezcle frutas y verduras porque son un medicamento. Pruébelo, y a las dos semanas, sienta los mensajes del cuerpo. Me lo va a saber agradecer.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.