Un estudio reveló el impacto de la luz solar matutina en la calidad del sueño

La investigación revela cómo la exposición al sol durante las primeras horas del día mejora el descanso nocturno en gran manera. Sus hallazgos revolucionan la comprensión del sueño reparador

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La luz solar matutina ayuda a regular los ritmos circadianos y mejorar la calidad del sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)
La luz solar matutina ayuda a regular los ritmos circadianos y mejorar la calidad del sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante mucho tiempo, la calidad del sueño ha sido un tema de interés creciente, debido a su impacto directo en la salud general y el bienestar. Un nuevo estudio publicado en el Journal of Health Psychology destaca la relación entre la exposición a la luz solar por la mañana y la mejora de la calidad del sueño. Según los resultados, quienes pasan tiempo bajo el sol durante la mañana tienden a dormir mejor, lo que sugiere que el horario de exposición a la luz es más relevante que la cantidad total de luz solar recibida a lo largo del día.

Importancia de la exposición a la luz solar

El sueño, reconocido cada vez más como un pilar fundamental para la salud, puede influir en diversas áreas, como el riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión y depresión, así como en el bienestar general. Sin embargo, en la población actual se observa una tendencia hacia la disminución de la duración y calidad del sueño, y cada vez más personas informan que no descansan lo suficiente.

Las investigaciones han estudiado diversos factores que influyen en la calidad del sueño, como la dieta, la actividad física y el entorno socioeconómico. Dentro de estos factores, la exposición a la luz solar desempeña un papel importante, ya que regula los ritmos circadianos y la producción de melatonina, la hormona que facilita el sueño.

Un estudio de 70 días con 103 adultos demostró los efectos positivos de la luz solar matutina en el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)
Un estudio de 70 días con 103 adultos demostró los efectos positivos de la luz solar matutina en el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

Metodología del estudio

Para explorar la influencia de la exposición a la luz solar en diferentes momentos del día sobre la calidad del sueño, los investigadores llevaron a cabo un estudio de 70 días con 103 adultos de entre 18 y 80 años, con una representación equitativa por género y edad. Los participantes fueron reclutados en línea y, a lo largo del estudio, completaron un diario entre las 8:30 p.m. y la medianoche para reportar su tiempo de exposición al sol y su calidad de sueño. La exposición a la luz solar fue clasificada según el momento del día: mañana, mediodía o tarde. Por otro lado, la calidad del sueño se evaluó con una versión modificada del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh, un método ampliamente utilizado para medir aspectos como el tiempo total de sueño, la facilidad para quedarse dormido y la percepción subjetiva de la calidad del descanso.

El estudio también consideró otros factores que podrían influir en la calidad del sueño, como la edad de los participantes, su estado de salud y si el día era un fin de semana o un día laborable. Para analizar estos datos, se utilizó una técnica estadística conocida como modelado multinivel, que permitió distinguir entre los patrones a largo plazo (cambios en la calidad del sueño a lo largo del estudio) y las fluctuaciones diarias (cómo la exposición al sol de un día específico afectaba el sueño esa misma noche).

La calidad del sueño se evaluó utilizando una versión modificada del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (Imagen ilustrativa Infobae)
La calidad del sueño se evaluó utilizando una versión modificada del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (Imagen ilustrativa Infobae)

Resultados clave del estudio

El hallazgo más destacado del estudio es que la exposición a la luz solar matutina se asocia con una mejor calidad del sueño esa misma noche. Las personas que pasaron tiempo al aire libre durante la mañana informaron que se quedaban dormidas más rápido, dormían durante más tiempo y experimentaban menos despertares durante la noche. Además, su eficiencia del sueño (la proporción de tiempo en cama que realmente se pasa durmiendo) era notablemente más alta.

Lo interesante es que estos beneficios se mantenían incluso al considerar otros factores como la calidad del sueño de la noche anterior, la cantidad de luz solar recibida el resto del día y variables personales como la salud o el estilo de vida. A diferencia de la luz matutina, la cantidad total de exposición al sol durante el día no mostró un impacto importante en la calidad del sueño, lo que indica que es el momento de la exposición y no la duración lo que juega un papel crucial en la mejora del descanso.

Aunque se encontraron algunas relaciones secundarias, como una tendencia a despertar más temprano en la mañana tras la exposición a la luz del sol durante la tarde, fue la luz solar de la mañana la que se mostró consistentemente relacionada con una mejor calidad de sueño general.

El modelado multinivel permitió distinguir patrones a largo plazo y fluctuaciones diarias en la calidad del sueño (Imagen ilustrativa Infobae)
El modelado multinivel permitió distinguir patrones a largo plazo y fluctuaciones diarias en la calidad del sueño (Imagen ilustrativa Infobae)

Ritmos circadianos y la luz solar

Estos resultados respaldan la importancia de los ritmos circadianos, que son los ciclos naturales de 24 horas que regulan muchas funciones biológicas, incluido el ciclo de sueño-vigilia. Los ritmos circadianos son fuertemente influenciados por señales ambientales, y la luz solar es uno de los factores más potentes para sincronizarlos. La luz de la mañana, en particular, actúa como un “reinicio” para el reloj biológico, ayudando a establecer un patrón diario estable de sueño y vigilia. Esto facilita que el cuerpo se sienta somnoliento por la noche y alerta durante el día.

El estudio sugiere que, al exponerse a la luz solar durante las primeras horas del día, se envían señales claras al cerebro para que ajuste el ciclo circadiano, lo que contribuye a conciliar el sueño más fácilmente, permanecer dormido por más tiempo y experimentar una mayor calidad general del descanso. Esta sincronización parece ser más efectiva con la luz matutina que con la luz de mediodía o la luz de la tarde, lo que refuerza la idea de que el timing de la exposición a la luz es fundamental.

Factores no relacionados y resultados secundarios

El estudio no encontró asociaciones consistentes entre la exposición a la luz solar de mediodía o de tarde y la calidad del sueño. Esto resalta que no es la cantidad total de luz solar recibida a lo largo del día lo que impacta el descanso nocturno, sino más bien el momento específico de esta exposición. Aun así, se identificaron algunos resultados secundarios: por ejemplo, las personas que se exponían a la luz del sol en la tarde tendían a despertar más temprano al día siguiente. Sin embargo, este hallazgo no fue suficiente para sugerir una mejora en la calidad del sueño, como sí sucedió con la exposición matutina.

La exposición a la luz solar matinal se asocia con un sueño más profundo y menos despertares nocturnos (Imagen Ilustrativa Infobae)
La exposición a la luz solar matinal se asocia con un sueño más profundo y menos despertares nocturnos (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio se centró en el efecto inmediato de la luz solar sobre el sueño de la misma noche, por lo que estos resultados no descartan la posibilidad de que la luz de otras partes del día pueda tener otros efectos beneficiosos, aunque menos evidentes. De todos modos, los datos son claros al señalar que el sol matutino tiene el mayor impacto positivo en el descanso nocturno.

Limitaciones y futuras investigaciones

Como cualquier estudio, esta investigación tiene ciertas limitaciones que es importante considerar. En primer lugar, los datos sobre la exposición al sol y la calidad del sueño fueron autoinformados por los participantes, lo que puede introducir sesgos en los resultados debido a la percepción subjetiva y la precisión de los informes. Además, el estudio no consideró algunas variables que podrían influir en el impacto de la luz solar, como la intensidad de la luz, las condiciones meteorológicas o la exposición a luz artificial (por ejemplo, el uso de pantallas electrónicas por la noche), factores que podrían afectar significativamente los ritmos circadianos y, en consecuencia, el sueño.

Asimismo, la muestra del estudio fue bastante diversa en términos de edad y género, pero la investigación no abordó si ciertas poblaciones podrían beneficiarse más o menos de la exposición a la luz solar matutina. Por ejemplo, las personas que viven en climas más fríos o en regiones con días más cortos durante el invierno podrían experimentar efectos diferentes a aquellos que residen en zonas más tropicales con luz solar constante durante todo el año.

La sincronización del ciclo circadiano con la luz matutina facilita conciliar el sueño y mejora el descanso nocturno (Imagen ilustrativa Infobae)
La sincronización del ciclo circadiano con la luz matutina facilita conciliar el sueño y mejora el descanso nocturno (Imagen ilustrativa Infobae)

Estos aspectos abren interesantes líneas para futuras investigaciones. Una de las posibles áreas de estudio sería analizar cómo la exposición a la luz matutina podría variar en función de la localización geográfica, la pigmentación de la piel (ya que diferentes tipos de piel pueden reaccionar de forma distinta a la luz solar) o la estación del año. Asimismo, dado el creciente uso de luces artificiales y pantallas, se podría investigar cómo estas fuentes de luz interactúan con la luz solar y si es posible replicar los beneficios de la luz natural de la mañana a través de la exposición controlada a luces artificiales.

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