¿Cuántas horas pasamos sentados en la vida? Pensar la respuesta puede ser inquietante. Con solo calcular las horas de trabajo diarias y hacer la suma, sobre todo para quienes están en una oficina o sus casas frente a una computadora, nos da inmediatamente la pauta de un número elevado que hay que tener en cuenta.
En la rutina diaria moderna, gran parte del tiempo se pasa sentado, ya sea frente a una pantalla, en un transporte o en el sofá de casa. Aunque el ejercicio físico ha sido promovido como una clave para mantener la salud, un reciente estudio del Mass General Brigham (MGB) ha puesto en evidencia que el sedentarismo prolongado puede tener efectos adversos significativos sobre la salud cardiovascular, incluso entre quienes cumplen con las recomendaciones de actividad física.
El hallazgo, citado en una publicación de Harvard, destaca la importancia de no solo moverse más, sino también sentarse menos, y redefinir la manera en que se aborda el cuidado del corazón.
¿Qué es el sedentarismo?
El comportamiento sedentario se define como las actividades realizadas mientras se está despierto que implican un bajo gasto energético, tales como sentarse, reclinarse o estar acostado, excluyendo las horas de sueño nocturno.
Actividades como trabajar frente a una computadora, mirar televisión o conducir son algunos ejemplos típicos. Según el estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, permanecer sedentario durante más de 10,6 horas al día representa un umbral crítico a partir del cual el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta de manera considerable.
Este dato resalta la necesidad de prestar atención no solo a la cantidad de actividad física que se realiza, sino también al tiempo que se pasa sin moverse.
Riesgos cardiovasculares asociados al sedentarismo
El estudio examinó el vínculo entre el sedentarismo y cuatro de las enfermedades cardiovasculares más comunes: insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular, ataques cardíacos y mortalidad cardiovascular. Los hallazgos fueron contundentes: quienes permanecen sentados más de 10,6 horas diarias tienen un aumento del 40 al 60% en el riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular, incluso entre aquellos que realizan ejercicio regularmente.
El doctor Ezimamaka Ajufo, autor principal del estudio y becario de cardiología en el Brigham and Women’s Hospital, explicó: “El riesgo de sedentarismo se mantuvo incluso en personas altamente activas, lo cual es importante porque muchos de nosotros pasamos mucho tiempo sentados y pensamos que si podemos salir al final del día y hacer algo de ejercicio podemos contrarrestarlo. Sin embargo, descubrimos que era más complejo que eso”.
El equipo de investigación analizó datos de más de 89.530 participantes del UK Biobank, quienes utilizaron acelerómetros durante una semana para medir con precisión el tiempo sedentario y las actividades físicas. Además, emplearon un algoritmo de aprendizaje automático para clasificar las actividades y detectar patrones en los comportamientos sedentarios.
A pesar de que cumplir con las recomendaciones de 150 minutos de actividad física moderada o vigorosa por semana puede mitigar algunos riesgos, los efectos negativos del sedentarismo persistieron en enfermedades como la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular.
El doctor Shaan Khurshid, electrofisiólogo y coautor principal del estudio, señaló: “Nuestros datos respaldan la idea de que siempre es mejor sentarse menos y moverse más para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, y que evitar estar demasiado tiempo sentado es especialmente importante para reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca y muerte cardiovascular”.
El estudio también encontró que reasignar solo 30 minutos de tiempo sedentario diario a actividades más dinámicas puede reducir de forma significativa el riesgo de insuficiencia cardíaca, incluso entre quienes ya cumplen con las pautas de actividad física.
Estos resultados no solo refuerzan la importancia de moverse más, sino también de reducir el tiempo sedentario como un objetivo independiente. Los investigadores esperan que sus hallazgos sirvan para fundamentar futuras directrices de salud pública que promuevan medidas concretas para limitar las horas que las personas pasan sentadas.
El doctor Patrick Ellinor, cardiólogo y codirector del Corrigan Minehan Heart Center, enfatizó: “El ejercicio es fundamental, pero evitar estar demasiado tiempo sentado parece ser importante por separado. Nuestra esperanza es que este trabajo pueda empoderar a los pacientes y los proveedores al ofrecer otra forma de aprovechar las conductas de movimiento para mejorar la salud cardiovascular”.
El equipo de investigación ya trabaja en nuevas líneas para explorar cómo el sedentarismo afecta otras enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, la obesidad y ciertos tipos de cáncer, además de estudiar su impacto en períodos más prolongados. Estas investigaciones podrían ofrecer una visión más amplia sobre cómo las estrategias para reducir el sedentarismo pueden mejorar la salud general.
Con este marco, el sedentarismo emerge como un factor de riesgo clave que requiere atención urgente. Reducir las horas de inactividad no solo puede complementar los beneficios del ejercicio, sino también marcar una diferencia fundamental en la prevención de enfermedades cardiovasculares y en la mejora del bienestar general.