El aceite de oliva, conocido desde la antigüedad por sus beneficios para la salud y su versatilidad en la cocina, se ha convertido en un elemento indispensable en la gastronomía mundial. Este producto, extraído principalmente en regiones del Mediterráneo, destaca por su sabor, aroma únicos y propiedades nutritivas que lo hacen una opción saludable
Cuáles son los beneficios del aceite de oliva para la salud
El consumo de aceite de oliva ha sido objeto de estudios recientes debido a su potencial para ayudar en la pérdida de peso y su relación con la salud cardiovascular. Según las investigaciones, la incorporación de este aceite en una alimentación saludable puede promover la redistribución de la grasa abdominal, especialmente en personas con afecciones metabólicas como el síndrome metabólico o la esteatosis hepática. Esta genera muchos beneficios importantes para la salud.
El aceite de oliva contiene un alto porcentaje de grasa monoinsaturada, que es beneficiosa para reducir el colesterol LDL y aumentar el colesterol HDL, conocido como el “colesterol bueno”. Estas propiedades contribuyen a mejorar la salud cardiovascular y a proteger las arterias. Además, el aceite de oliva posee propiedades antioxidantes que protegen las células del cuerpo, incluyendo las neuronas, y promueve una mejor coagulación sanguínea, lo que ayuda a prevenir la formación de trombos.
Más allá de estos beneficios, el aceite de oliva también juega un papel significativo en mantener la presión arterial dentro de rangos saludables. Este aceite disminuye las sustancias inflamatorias en la sangre, que tienden a aumentar en situaciones de estrés, ansiedad o depresión.
Otro aspecto a considerar es su efecto positivo en la microbiota intestinal. Consumir aceite de oliva ayuda a mantener la flora intestinal en óptimas condiciones, actuando casi como un fertilizante para los microbios y bacterias beneficiosas presentes en el intestino, lo que es crucial para la salud general.
En términos de longevidad, un estudio divulgado en 2022 por el Journal of the American College of Cardiology reveló que las personas que consumían más de media cucharada al día de aceite de oliva tenían tasas más bajas de muerte prematura por enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Alzheimer y otras causas, en comparación con quienes raramente lo consumían.
Además de los beneficios ya mencionados, el aceite de oliva también puede contribuir a la pérdida de peso debido a su contenido de grasas saludables, que pueden aumentar la sensación de saciedad y ayudar a controlar el apetito. Asimismo, sus propiedades antiinflamatorias son conocidas por reducir la inflamación crónica, muy común en diversas enfermedades.
Cómo ayuda el aceite de oliva a bajar de peso
Una investigación publicada en MDPI (Multidisciplinary Digital Publishing Institute) ha revelado que el consumo de aceite de oliva puede reducir el riesgo de obesidad y facilitar la pérdida de peso. Esto se debe a sus grasas saludables y antioxidantes, que desempeñan un papel crucial en la aceleración del metabolismo, la reducción de la inflamación y la promoción de los procesos digestivos naturales del cuerpo, contribuyendo así a un estado general de salud más equilibrado.
El estudio señala que las grasas monoinsaturadas presentes en el aceite de oliva son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo. Estas grasas ayudan a controlar los niveles de colesterol en la sangre y mejoran la sensibilidad a la insulina, lo que es beneficioso para el control del peso.
Cómo ayuda el aceite de oliva con la inflamación y la memoria
Investigaciones recientes han resaltado los beneficios del aceite de oliva virgen extra y la luteolina en la protección del cerebro y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. Un estudio en la revista Frontiers in Neuroscience investigó la luteolina, un flavonoide antioxidante, y concluyó que podría ayudar en el tratamiento de enfermedades neuropsiquiátricas y neurodegenerativas.
La doctora Uma Naidoo, psiquiatra nutricional y miembro del cuerpo docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, recomendó “dieta antiinflamatoria” en su libro “Este es tu cerebro en la comida”. Según Naidoo, “la inflamación es la base de muchas afecciones de salud mental y ahí es donde la comida también se vuelve importante.” Por ello, es esencial consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, presentes en frutos secos, salmón y aceite de oliva.
Por otro lado, un estudio de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia, sugiere que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) no solo ofrece beneficios contra el envejecimiento y las enfermedades cardiovasculares, sino que también preserva la memoria y protege el cerebro contra el alzhéimer. Este hallazgo, publicado en la revista Aging Cell, indicó que el AOVE puede defenderse contra la demencia frontotemporal, relacionada con la taupatía.
Además, el estudio realizado por la revista Frontiers in Neuroscience resaltó que la luteolina, presente en diversas verduras, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Los investigadores encontraron que “la luteolina liposomal en extracto de oliva mejoró la atención en niños con TEA y niebla mental en pacientes con mastocitosis”.
El estudio de Temple añadió que el AOVE protege contra síntomas y enfermedades relacionadas con el envejecimiento, incluyendo las taupatías, que llevan a la disminución de las funciones mentales o demencia. Esta protección incluye las sinapsis, las uniones donde las neuronas se conectan para intercambiar información.
Además a en torno a la inflamación, una investigación posdoctoral de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) ha demostrado que el consumo de aceite de oliva tiene un efecto significativo en la expulsión y muerte de la bacteria Helicobacter pylori, responsable de varias enfermedades gástricas graves como inflamación, gastritis crónica, úlceras y cáncer gástrico.
El objetivo inicial de la investigación fue identificar compuestos naturales que pudieran inhibir la infección gástrica causada por esta bacteria, que generalmente se contrae durante la niñez y cuyos síntomas suelen manifestarse en la adultez. La prensa de la UNSL reporta que se buscó algo que no solo eliminara el microorganismo, sino que también bloqueara la respuesta inflamatoria primaria.
La Helicobacter pylori provoca una inflamación crónica en la mucosa gástrica. La capacidad del aceite de oliva virgen extra para gestionar esta inflamación y reducir los niveles de colesterol, así como su efecto protector contra enfermedades cardíacas, había sido también documentada en investigaciones anteriores. Un estudio del CSIC de España en 2007 encontró evidencia de la actividad antimicrobiana del aceite de oliva contra esta bacteria.
El enfoque de la investigación actual en la UNSL se centra en aprovechar estas propiedades beneficiosas del aceite de oliva. Los mastocitos, células responsables en parte de la respuesta inflamatoria, liberan compuestos que atraen otras células inflamatorias. Por ende, se necesitaba un complemento que no solo buscara eliminar la bacteria sino también bloquear esta respuesta celular inicial.
Este hallazgo amplía el uso del aceite de oliva virgen extra más allá de sus beneficios cardiovasculares y antioxidantes, reconociendo su efecto antimicrobiano y abriendo nuevas vías de tratamiento para infecciones gástricas. El consumo de aceite de oliva, básico en la dieta mediterránea, se correlaciona frecuentemente con una menor incidencia de enfermedades crónicas. Ahora, con este nuevo hallazgo, se refuerza su rol no solo en la salud cardiovascular sino también en la gástrica.