Las altas temperaturas ya reinan el día a día y el calor es una constante tanto en las ciudades como en los centros turísticos. Ante esta situación, la alimentación se puede convertir en un aliado imprescindible.
Cuando hay un aumento de la temperatura, el cuerpo transpira para enfriarse. Sin embargo, en algunos momentos este sistema puede “sobrecargarse”, generando consecuencias para el organismo.
Este impedimento de regular la temperatura también se evidencia cuando el ambiente es húmedo, ya que “el sudor no se evapora lo suficientemente rápido, lo que impide que el cuerpo libere el calor con rapidez”, indicaron desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
En el momento en que la temperatura llega a niveles muy altos, e incluso cuando este fenómeno se extiende en el tiempo, existe el riesgo de padecer un golpe de calor. En estos casos, “el cuerpo podría subir a los 106 °F (41 °C) o más en unos 10 a 15 minutos”, resaltaron desde los CDC y advirtieron que esta condición “puede provocar la muerte o una discapacidad permanente si no se proporciona tratamiento de emergencia”.
Ante este riesgo, los alimentos pueden ser un aliado esencial. En ese sentido, el médico argentino especialista en obesidad, Alberto Cormillot, señaló a Infobae que “las frutas y las verduras, además de contar con un alto valor de saciedad, son muy ricas en agua, fibra, vitaminas y minerales. Son una buena ayuda no sólo en los planes de alimentación para bajar de peso sino también para hidratarse durante los meses de verano”.
Es que los alimentos ricos en agua, como son las frutas y las verduras, no solo colaboran con el consumo de líquidos, sino que además ayudan a mantener la piel hidratada, reestableciendo su nivel hídrico sobre todo luego de una prolongada exposición al sol o clima seco.
En ese sentido, las ensaladas son las grandes elegidas durante estas fechas. Y en este caso, no importa qué verdura elegir, ya que tanto tomates, lechuga, pepino, chaucha, remolacha, zanahoria, repollo, apio, berro, radicheta, rúcula y espinaca, por nombrar algunas, son ideales ante el aumento de la temperatura. “Y si las combinamos con proteínas en forma de pollo, queso, huevo o atún, tendremos un alimento completo”, agregó Cormillot.
Es más, según el experto, a estas ensaladas, además de proteínas, se le pueden “agregar legumbres como lentejas, porotos, garbanzos o cereales integrales como arroz o pastas”, elevando aún más no solo la calidad nutricional, sino también el sabor.
Ahora, cuando se trata de postres (que también pueden aplicarse a las colaciones), la fruta es la mejor opción. “Las típicas de estación suelen ser las mejores para refrescarse. Por ejemplo, la sandía y el melón tienen alto contenido de agua y poseen pocas calorías (apenas 30 calorías en 100 gramos)”, detalló el experto a Infobae y agregó: “Los frutos rojos, los cítricos y el kiwi son opciones excelentes para el calor, sobre todo por su elevado aporte de vitamina C, una sustancia que entre muchos beneficios es antioxidante”.
“Una forma de incorporar frutas es como batidos o licuados, a los que se les puede agregar yogur descremado o leche descremada y así incorporar calcio y vitamina D a la preparación”, añadió el experto.
Además de incorporar estos alimentos, Cormillot advirtió que es importante “realizar las 6 comidas diarias. Efectuar ingestas cada una hora y media y hasta tres horas. Esto facilita el descenso de peso, ya que activa el metabolismo en general y permite llegar con menos hambre a la próxima comida”.
Además, indicó que se debe “beber abundante líquido: entre 2,5 a 3 litros de líquidos diarios”. “Se puede elegir entre agua, soda, agua mineral con o sin gas, infusiones sin azúcar o endulzadas con edulcorante, gaseosas y jugos light, aperitivos de hierbas light, caldos caseros desgrasados y caldos light. Estas bebidas se pueden consumir en cualquier momento del día, antes, durante y después de la comida”, agregó.
En lo que se refiere a la preparación de las ensaladas, la preparación más elegida durante el verano, Cormillot aseguró que se debe “incluir diariamente aceite como condimento o aderezo, siempre en crudo y en cantidades moderadas (1 cdita. tamaño té en el almuerzo y otra en la cena) y utilizar para la cocción el rocío vegetal en aerosol para evitar frituras”.
Al tiempo que aclaró que “se puede reemplazar el aceite por aderezos en sus versiones light (mayonesa y salsa golf). También se puede utilizar para condimentar ensaladas y otras preparaciones mostaza, ketchup, vinagre, aceto balsámico o jugo de limón y sal con moderación” y completó: “Se debe moderar el consumo de sal. Se recomienda utilizar para realzar el sabor de las comidas especias y hierbas aromáticas”