En un encuentro anterior, le hablé sobre un video que empezó a dar vuelta por las redes sociales en el que aseguraban que tomar agua con mucha sal, que produce diarrea entre otros factores, era bueno para adelgazar. Aunque, en resumidas cuentas, es perjudicial para salud. Pese a esta información, mucha gente lo realizó. Entonces, ¿qué es lo que pesa más en la mente de una persona? ¿La ciencia, las evidencias o las creencias? En algunos casos, la ciencia y la evidencia.
En la mayoría de los casos, las creencias. Una persona es hincha de un club de fútbol por sus creencias y, como dicen en la película “El Secreto de sus Ojos”, uno en la vida puede cambiar cualquier cosa, menos el club. Uno sigue teniendo la creencia de que su club es el mejor, aunque vaya último. Sigue amándolo.
Pero esto tiene que ver con las dietas. Por ejemplo, hay algunas dietas, como la vegana o la vegetariana, que tiene un componente de salud, que si uno las arma bien, una persona puede ser muy saludable consumiéndola. Pero hay otro tipo de dietas que no son tan saludables y, sin embargo, en la cabeza de la gente están mucho más instaladas.
Entonces, ¿qué es lo que nos pone en duda a los médicos? ¿Qué hacemos cuando una persona dice, “yo hago tal tipo de dieta”, que no tiene ninguna evidencia? Uno dice, ¿”no la comas”? o ¿procura adaptarse a lo que esa persona está comiendo procurando optimizar?
Lo que nosotros estamos optando, en este momento, es optimizar aquello que hay.
De todas maneras, le quiero recordar algunos nombres de estos métodos “mágicos” a ver si le suenan: terapia nutricional funcional, nutrición cuántica, bioretroalimentación, terapia de Gerson, régimen de González…
Realmente, todos esos son nombres muy atractivos. Como es atractivo el de la dieta Keto, que ya lleva casi 200 años con distintos nombres y uno podría decir: “Esto es un síndrome”, yo lo escuché a esto por ahí. Un síndrome alucinatorio oscilante.
¿Por qué un síndrome alucinatorio? Porque uno alucina que eso es bueno. Como si uno alucinara que si tiene una neumonía es bueno consumir un té de malva. Y oscilante porque las personas van haciendo turismo entre un tipo de alimentación y otra.
¿Es malo que la gente haga esto? Bueno, no es bueno para la salud. Pero lo que sí es recomendable es que los médicos tengamos una actitud distinta y no de pelearnos con la gente cuando traen estas ideas. Por le hablé de optimizar.
Es necesario realizar cambios de hábitos más que apelar a estas “recetas mágicas”, que ponen en peligro la salud de quienes las practican porque de esta clase de productos no hay ninguna demostración de que sean efectivos. No están dentro de la lista aprobada por las distintas asociaciones mundiales de obesidad o nutrición porque no se considera que haya estudios que realmente demuestren su eficacia.
Entonces, lo que estamos haciendo, la tendencia ahora médica, es a no enfrentar con eso, sino que la persona tiene que buscar el médico que la aconseje dentro de lo que está haciendo para ver qué es lo mejor que puede hacer.
Entonces recuerde, acá lo importante es que su médico va a recordar (sí, él sabe escucharlo), que, tanto en medicina como en otras cosas, lo ideal es enemigo de lo bueno.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
* Realización: Samuel Cejas / Edición: Rosario Benítez Chiarelli / Producción: Dolores Ferrer Novotný
Seguir leyendo: