En 8 de cada 10 kioscos escolares venden gaseosas: preocupa el aumento de la obesidad infantil en el país

Los ministerios de Salud y Desarrollo Social y de Educación presentaron la Guía de Entornos Escolares Saludables con el fin de establecer recomendaciones destinadas a transformar entornos obesogénicos en saludables. Cuáles son las 15 recomendaciones para una educación alimentaria

La situación epidemiológica de sobrepeso y obesidad infantil en Argentina es muy preocupante (Getty)

Actualmente muchos niños, niñas y adolescentes (NNyA) crecen en entornos obesogénicos, que favorecen el sobrepeso y la obesidad. Y bien sabido es que la salud de está fuertemente condicionada por el ambiente en el que una persona se desarrolla. De allí que la institución educativa es un escenario privilegiado para promover la salud y el desarrollo de una alimentación y estilos de vida saludables, dado que la escuela desempeña una importante función en la vida de los NNyA, por ser el lugar de enseñanza, desarrollo y socialización, y donde pasan -en muchos casos- la mayor parte del día.

Un conjunto de recomendaciones para establecer criterios nutricionales de alimentación y prohibir la venta de bebidas azucaradas y alimentos altos en azúcares, grasas y sodio en las escuelas. Eso es la Guía de Entornos Escolares Saludables presentada ayer por los ministerios de Salud y Desarrollo Social y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y publicada hoy en el Boletín Oficial.

Con el fin de establecer recomendaciones basadas en evidencias científicas que constituyen estándares para orientar el proceso de sanción de leyes e implementación de programas destinados a transformar entornos obesogénicos en saludables, la guía se enmarcara dentro del plan nacional de prevención del sobrepeso y obesidad infantil de pronto lanzamiento.

Las recomendaciones fueron elaboradas tras un análisis minucioso de la situación epidemiológica de los escolares en la Argentina, que da cuenta -según un estudio realizado por el Programa Nacional de Salud Escolar (PROSANE) en 2019- de las variaciones de datos antropométricos en una cohorte retrospectiva de 10.961 niños y niñas que fueron controlados en primer grado (2012) y sexto grado (2017). Los resultados mostraron que el sobrepeso aumentó de 21,1% a 26,6% y la obesidad, de 14,5% a 22,7% entre los NNyA argentinos.

Las recomendaciones fueron elaboradas tras un análisis minucioso de la situación epidemiológica de los escolares en la Argentina

"Esta guía es uno de los primeros frutos de la colaboración gubernamental e interministerial destinados a empezar a controlar y prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil", indicó durante el acto de presentación, el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein, quien agregó que "es muy importante generar políticas articuladas en donde no hay una incumbencia específica de salud, de desarrollo social, de educación o de producción".

Según el funcionario, "el objetivo de toda esta estrategia interministerial e intersectorial tiene que ver con trabajar hoy en la agenda futura de lo chicos que van a ver en buena medida hipotecado su futuro, no sólo el individual, sino el que tendremos como país dentro de 30 años si no tomamos algunas decisiones ahora".

Además, afirmó que las guías son un ejemplo muy claro de poder trabajar en la promoción de entornos saludables en la escuela en "donde los niños y adolescentes pasan la mayor parte del tiempo, donde tienen modelos de referencia y de rol y en donde les debieran enseñar no solamente las habilidades que tienen que ver con el aprendizaje tradicional sino también cuestiones tan importantes como la alimentación saludable, la actividad física y los buenos hábitos y estilos de vida".

La guía establece lineamientos generales para la implementación de estrategias de entornos escolares saludables

Por su parte, el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, Alejandro Finocchiaro, aseguró: "Nos llena de orgullo haber podido trabajar en esta Guía de Entornos Escolares Saludables en conjunto con Salud y Desarrollo Social. Sabemos que desde la escuela hay muchísimo para hacer y por eso vamos a hacer llegar esta guía a las 24 jurisdicciones a través del Consejo Federal de Educación, para poner máximo énfasis en esto porque los chicos pasan muchas horas en las escuelas y es allí donde nacen los hábitos, la educación y el cambio cultural para una alimentación saludable".

Por otro lado, la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Verónica Schoj, de la Secretaría de Gobierno de Salud, advirtió que "la situación epidemiológica de sobrepeso y obesidad infantil en Argentina es muy preocupante. Es una epidemia que está creciendo y que hoy afecta a más de uno de cada tres niñas, niños y adolescentes".

La epidemia de obesidad tiene gravísimas consecuencias sanitarias en el largo plazo, ya que es un factor de riesgo de diabetes, cáncer y de enfermedad cardiovascular

Schoj expresó que esta epidemia tiene gravísimas consecuencias no sólo sanitarias en el largo plazo ya que la obesidad no sólo es un factor de riesgo de diabetes, de cáncer, de enfermedad cardiovascular sino también, en el corto plazo, de dificultades en la inserción social de los chicos, discriminación, bullying y reducción del rendimiento escolar. "Esta guía es un conjunto de medidas para que la escuela no sea un entorno que promueva la obesidad sino que promueva hábitos saludables en alimentación y actividad física adecuada".

En 2007 se implementó por primera vez en el país la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) que evalúa factores de riesgo en adolescentes. Se aplicó sobre estudiantes del país de entre 13 y 15 años. Dicha encuesta mostró que el 19% de los estudiantes presentaba sobrepeso y un 2,6% obesidad. En 2012 se repitió la encuesta y los datos no fueron alentadores: respecto de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los estudiantes, las cifras se elevaron a 22,7% y 5,9% respectivamente.

En cuanto al consumo de frutas y verduras los datos de la EMSE 2007 muestran que el 14,4% de los estudiantes dijo haber comido 5 o más veces al día frutas y verduras en los últimos 30 días, mientras que la misma consulta en la EMSE 2012 eleva el porcentaje a 17,6%. El escaso consumo de frutas y verduras desde la adolescencia es un hábito que parece instalarse con cifras aún más alarmantes en la edad adulta. La Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR)33 del año 2013 muestra que tan solo el 4,9% de los mayores de 18 años tienen este hábito diario.

La regulación de los entornos escolares debe ser integral para lograr el objetivo buscado (Getty)

Respecto del consumo de bebidas azucaradas, el 46,9% de los estudiantes las consumió dos o más veces por día durante los últimos 30 días, según datos de la EMSE 2012.

Además, los datos recabados por el Programa SUMAR durante, indican que entre los NNyA que se encuentran bajo la cobertura del programa, el 31,1% tenía sobrepeso y obesidad.

Por otro lado, en escuelas secundarias se analizaron aspectos referidos a la oferta de alimentos en los kioscos y comedores (EMSE 2012). Se observó que:

– En un 80,2% de los establecimientos observados había al menos un kiosco.

– Los alimentos disponibles eran, en su mayoría: sándwiches de embutidos (jamón, salame, mortadela, etc.), snacks (papas fritas, chizitos, palitos, maní, etc.), galletas saladas y dulces con y sin relleno, barritas de cereal, alfajores/budines/bizcochuelos, helados, caramelos/chupetines/chicles, gaseosas regulares, agua saborizada con y sin gas, jugos de fruta envasados.

Sólo en una de cada cuatro escuelas se dictan tres o más clases semanales de actividad física y en la mitad ofrecen actividades extracurriculares

8 de cada 10 escuelas observadas ofrecían gaseosas azucaradas en los kioscos dentro de la institución.

– En más de la mitad de los kioscos (58,6%) había carteles o publicidades de gaseosas.

– El 90,9% de los establecimientos contaban con agua segura, pero sólo el 5,6% de las escuelas incluidas contaba con bebederos en los patios o dispensers de agua segura gratuita.

– El 81% de los adolescentes es inactivo, es decir, no realizó actividad física acorde a lo recomendado por la OMS (al menos 60 minutos de actividad física moderada o vigorosa todos los días de la semana), (el 78,8% de los varones, 87,6% de las mujeres son insuficientemente activos).

– 50,3% de los encuestados declaró pasar al menos 3 hs diarias sentado, sin contar las horas que pasan sentados en las clases, que de por si se dictan en posición sedente (el comportamiento sedentario es mayor en mujeres 53,4% que en varones 47,1%).

Es importante que la prevención de la obesidad infantil comience en los primeros años de vida (Getty)

– Sólo en 1 de cada 4 escuelas se dictan 3 o más clases semanales de actividad física y en la mitad ofrecen actividades extracurriculares.

En este contexto, los lineamientos para el comedor escolar (criterios nutricionales, comensalidad); para la educación alimentaria; referidos a la infraestructura escolar; a la publicidad y a la venta de alimentos y bebidas dentro de los establecimientos escolares, recomiendan:

1- Establecer criterios nutricionales en la alimentación escolar. Entendiendo los criterios nutricionales como las pautas a seguir para cumplir con las recomendaciones establecidas.

2- Regular la venta de alimentos y bebidas al interior de los establecimientos educativos de todos los niveles y modalidades. Sobre la venta de alimentos y bebidas (en los casos en que haya kiosco básico, buffet o cantina).

3- Establecer estándares para los comedores, cantinas y buffetes saludables. Existen algunas recomendaciones relacionadas con el sector de elaboración y servicio de alimentos.

4- Capacitar a cocineros/as y ayudantes de cocina. Entendiéndose a los/as cocineros/as y ayudantes de cocina como el personal encargado de la producción y el servicio de alimentos.

5- Garantizar el acceso al agua segura. El agua segura es aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas. El uso de agua segura ayuda a prevenir enfermedades diarreicas y el síndrome urémico hemolítico.

6- Garantizar una infraestructura escolar que facilite el acceso a una alimentación saludable. Las instalaciones de las escuelas son un factor clave para que la implementación de políticas de alimentación saludable y actividad física sean exitosas.

7- Promover hábitos saludables de comensalidad. La comensalidad refiere, entre otras cosas, a la posibilidad de compartir el momento de las comidas con otros, ideal para el encuentro y el diálogo.

Garantizar entornos escolares saludables constituye una obligación del  Estado y una oportunidad de articulación con actores sociales, académicos, que pueden contribuir a fortalecer los objetivos y los logros

8- Implementar una estrategia de Educación Alimentaria y Nutricional. La Educación Alimentaria y Nutricional (EAN) consiste en una variedad de estrategias educativas, implementadas en distintos niveles, que tienen como objetivo ayudar a las personas a lograr mejoras sostenibles en sus prácticas alimentarias. Va más allá de proveer información, y busca partir de las aspiraciones de las personas para mantener una vida saludable, conociendo más acerca de su alimentación.

9- Garantizar que la escuela sea un espacio libre de publicidad promoción y patrocinio de alimentos y bebidas. La publicidad (televisiva, digital, gráfica, en vía pública, en envases de alimentos, entre otros) influye especialmente en las preferencias alimentarias y las pautas de consumo de la población infantil, centrándose, por lo general, en productos ultraprocesados y con alto contenido de azúcar, grasas o sal.

10- Promover la lactancia materna en la escuela. La existencia de un "espacio amigo de la lactancia materna" en las escuelas implica un sector privado e higiénico, dotado de las comodidades mínimas y necesarias para que las mujeres en periodo de lactancia puedan extraerse leche.

En más de la mitad de los kioscos escolares hay carteles o publicidades de gaseosas (iStock)

11- Garantizar una adecuada cantidad y calidad de actividad física en el ámbito escolar. Las actividades escolares que forman parte del proyecto institucional de la escuela pueden subdividirse en actividades curriculares y extracurriculares.

12- Promover un enfoque inclusivo para el desarrollo de actividad física en los NNyA. Se trata de que la escuela tenga una mirada orientada a la diversificación de la oferta educativa y la personalización de las experiencias comunes de aprendizaje con el fin de lograr el mayor grado posible de participación de todos los estudiantes, sin perder de vista las necesidades de diversos grupos.

13- Promover la actividad física en el ámbito extraescolar. Respecto a las actividades que se dan dentro del marco extraescolar, fuera del horario de clases, el objetivo es promover el desarrollo de alianzas entre las escuelas y organizaciones, clubes deportivos comunitarios para potenciar la utilización del tiempo libre de los NNyA en la promoción de la práctica de un estilo de vida saludable y activo a lo largo de la vida.

14- Fomentar la formación docente. La formación docente está dirigida tanto a las carreras de grado (profesorados) como a los posgrados, en la formación continua y situada, para docentes de educación física como para los de otras materias, directivos y tomadores de decisiones en el ámbito escolar.

La educación es necesaria pero no suficiente si no se acompaña de una modificación comprehensiva del entorno institucional

15- Garantizar las Instalaciones, el equipamientos y los recursos para alcanzar el desarrollo de actividad física de calidad. Se requiere de instalaciones, equipamiento y recursos materiales para garantizar el acceso igualitario a todos los NNyA a la práctica de una actividad segura y eficaz, ya sea durante las actividades propuestas en el ámbito formal como en el no formal, siendo en este punto de vital importancia la vinculación con el entorno.

La presentación de la guía se da en el marco del próximo lanzamiento del Plan Nacional de Prevención del Sobrepeso y la Obesidad en niñas, niños y adolescentes que tiene como propósito consolidar y fortalecer una estrategia nacional intersectorial y en distintos niveles jurisdiccionales para detener dicha epidemia en el período comprendido entre 2019 y 2023.

Durante la presentación también estuvo presente el secretario de Promoción de la Salud y Control de Riesgos, Mario Kaler; el subsecretario de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad Daniel Espinosa, la directora de nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia, Diana Fariña y el especialista en Salud de UNICEF Argentina, Fernando Zingman.

Además, participaron equipos técnicos del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Nación, de la Secretaría de Gobierno de Salud y del Ministerio de Educación de Nación, como así también representantes de entidades profesionales y científicas, de organizaciones de la sociedad civil, de instituciones académicas, de organizaciones de consumidores, de cámaras industriales, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF, y FAO Argentina.

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