En febrero de 2023, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) comunicó que el 30% de los pacientes que reciben atención en el servicio de Inmunoreumatología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza padecen osteoporosis, una enfermedad que, según explicaron, “se manifiesta a través de fracturas recurrentes en muñecas, rodillas, cadera y columna, especialmente en personas mayores de 50 años”.
Los problemas de salud ósea, como el debilitamiento de los huesos y los dolores en las articulaciones, afectan a millones de personas en todo el mundo. Además de la osteoporosis, condiciones como la osteoartritis y otros trastornos articulares pueden disminuir significativamente la calidad de vida.
Para prevenir estos problemas o reducir sus síntomas, una alimentación rica en nutrientes esenciales es clave. En este contexto, las semillas de chía han ganado popularidad como un superalimento capaz de fortalecer los huesos y aliviar molestias como el dolor de rodilla.
Las semillas de chía fortalecen los huesos
Las semillas de chía son una fuente excepcional de calcio y magnesio, dos minerales esenciales para la salud ósea. El calcio es fundamental para la formación y mantenimiento de huesos fuertes. De hecho, una porción de 28 gramos de chía proporciona aproximadamente el 18% de la ingesta diaria recomendada de calcio, lo que la convierte en una excelente alternativa para quienes no consumen productos lácteos.
El magnesio, por su parte, juega un papel crucial en la absorción de calcio y en el desarrollo de la estructura ósea. Este mineral también ayuda a mantener un equilibrio adecuado entre el calcio y el fósforo, lo que es esencial para la densidad mineral ósea. Además, las semillas de chía contienen fósforo, otro mineral que contribuye al fortalecimiento de los huesos.
Gracias a esta combinación de nutrientes, consumir semillas de chía de forma regular puede ayudar a prevenir la pérdida de densidad ósea, una de las principales causas de fracturas y osteoporosis en adultos mayores.
Las semillas de chía alivian el dolor de rodilla
El dolor de rodilla, a menudo causado por la inflamación asociada con artritis o lesiones articulares, puede ser debilitante. Las semillas de chía contienen altos niveles de ácidos grasos omega-3, conocidos por sus potentes propiedades antiinflamatorias. Estos ácidos grasos ayudan a reducir la inflamación en las articulaciones, aliviando el dolor y mejorando la movilidad.
Además, las semillas de chía son ricas en fibra, lo que favorece un sistema digestivo saludable y puede contribuir a controlar el peso corporal. Mantener un peso adecuado reduce la presión sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, lo que disminuye el riesgo de lesiones y el dolor asociado.
Otro beneficio de los omega-3 presentes en las semillas de chía es que ayudan a lubricar las articulaciones, mejorando su función y reduciendo la rigidez. Este efecto es particularmente útil para personas que sufren de artritis o que experimentan dolor recurrente en las rodillas debido al desgaste articular.
Cómo incorporar las semillas de chía en la dieta
Las semillas de chía son extremadamente versátiles y fáciles de incluir en la dieta diaria:
- En jugos: agregar una cucharada de semillas de chía a las bebidas favoritas para enriquecerlas con nutrientes esenciales.
- Como sustituto del huevo: mezclar una cucharada de semillas de chía con tres de agua y deja reposar por 15 minutos. Esta mezcla se puede usar como reemplazo del huevo en recetas de repostería.
- En ensaladas: espolvorear semillas de chía sobre ensaladas para darles un toque crujiente.
- En agua: remojar las semillas en agua y beberlas para hidratarse y nutrirse al mismo tiempo.
La importancia de la salud ósea
La salud ósea es esencial para mantener una vida activa y prevenir problemas como fracturas, osteoporosis y otras afecciones que pueden afectar la calidad de vida. Los huesos, además de proporcionar soporte estructural al cuerpo, protegen órganos vitales, almacenan minerales como el calcio y el fósforo, y participan en la producción de células sanguíneas.
A medida que envejecemos, la densidad ósea tiende a disminuir, lo que aumenta el riesgo de fracturas, especialmente en mujeres postmenopáusicas y personas mayores. Una dieta pobre en nutrientes esenciales, el sedentarismo y hábitos como fumar o consumir alcohol en exceso pueden debilitar los huesos.
Para mantener la salud ósea, es fundamental consumir alimentos ricos en calcio, magnesio y vitamina D. Estos nutrientes son clave para la formación y mantenimiento de huesos fuertes. Además, la actividad física regular, especialmente ejercicios de resistencia y de carga, estimula la densidad ósea y mejora el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas.
Cuidar los huesos desde una edad temprana es una inversión en la salud a largo plazo. Unos huesos fuertes no solo permiten realizar actividades cotidianas con facilidad, sino que también contribuyen a prevenir problemas de movilidad y asegurar una vida independiente en la vejez.