Las cifras no mienten: cada vez son más los peruanos que sufren depresión, ansiedad y estrés. Durante el 2023, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) atendió más de 280 mil casos de depresión. Mientras que más de 182 mil personas han sido diagnosticadas con ansiedad en lo que va de 2024. Además, en una encuesta sobre salud mental realizada el año pasado por la empresa de investigación de mercados Worldwide Independent Network of Market Research and Opinion Poll (WIN) se concluyó que los peruanos son los más estresados de Latinoamérica.
A pesar de que estos tres trastornos mentales son frecuentes no solo a nivel nacional sino también mundial, el hecho de que sean comunes no implica que deban ser subestimados. La depresión, la ansiedad y el estrés son problemas de salud mental que impactan negativamente en la salud en general de quienes los padecen y que, en el caso de la depresión puede incluso poner en riesgo la vida, por ello deben ser atendidos de manera oportuna.
En el Perú la salud mental es un problema de salud pública que se ha agudizado en medio de la crisis política y económica por la que atraviesa el país. En busca de respuestas y de la mano de expertos en el tema, abordaremos las causas de por qué los casos de depresión, ansiedad y estrés entre los peruanos van en aumento.
Depresión a la peruana
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno depresivo, más conocido como depresión, es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de estados predominantes de tristeza y una pérdida del interés o el placer en actividades que anteriormente resultaban gratificantes. Este trastorno mental se diferencia de las variaciones comunes en el estado de ánimo y de las emociones que se experimentan a diario porque se prolonga por extensos periodos de tiempo.
El impacto de la depresión puede abarcar todos los aspectos de la vida de una persona, incluyendo las relaciones familiares y las amistades. Además, la depresión puede también surgir a raíz de dificultades académicas o laborales, y a su vez, ser una causa de estas problemáticas.
Si bien es cierto que este trastorno mental no discrimina y puede presentarse en cualquier persona, aquellos que han sufrido abusos, pérdidas significativas u otros eventos estresantes poseen una mayor predisposición a padecer depresión. De acuerdo a la gravedad de los síntomas, la depresión puede ser leve, moderada o severa. Entre los peruanos, el 80% de los casos de suicidio están asociados a la depresión severa, de acuerdo a datos del 2019 ofrecidos por el Minsa.
En diálogo con Infobae Perú, Humberto Castillo Martell, médico psiquiatra y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Salud Mental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), señala que, aunque las causas del trastorno depresivo son diversas, las condiciones en que las personas crecen y se desarrollan juegan un rol decisivo. “La depresión es una enfermedad que se origina en la infancia debido a hechos traumáticos de abuso, abandono, negligencia o violencia”, destaca el especialista.
Por eso Castillo Martell sostiene la importancia de brindar a los niños, desde su nacimiento, los cuidados no solo básicos como alimentación e higiene sino también los emocionales como el cariño y la atención, ya que son una medida de prevención contra la depresión. Tal como explica el psiquiatra: “cuando un niño no recibe este tipo de cuidado a nivel emocional entonces él activa sus defensas para hacer frente a esa situación y su sistema nervioso se vuelve vulnerable”. Esto hace que en muchos casos, en la adultez se padezca depresión como respuesta a esta falta de nutrición emocional en la infancia.
Castillo Martell afirma que si la depresión va en aumento en el Perú se debe a que la situación social en el país, caracterizada por la inequidad, la injusticia y la violencia, crean entornos en los que los niños no reciben los cuidados necesarios en sus hogares y al hacerse adultos sufren los efectos del trastorno depresivo.
La ansiedad de ser peruano
Todo el mundo puede sentir ansiedad en algún momento, pero las personas con trastornos de ansiedad suelen experimentar miedo y preocupación de manera intensa y excesiva. Según la OMS, estos sentimientos suelen ir acompañados de tensión física y otros síntomas como dificultad para concentrarse o tomar decisiones, irritabilidad, náuseas, palpitaciones y sensación de peligro inminente, de pánico o de fatalidad.
Los síntomas de la ansiedad son difíciles de controlar, causan una angustia considerable y pueden persistir durante mucho tiempo si no se tratan. Este trastorno mental interfiere en las actividades diarias y puede deteriorar la vida familiar, social, académica o laboral de una persona.
La psiquiatra y psicoterapeuta Yael Váldes Querol, en conversación con Infobae Perú, menciona algunos factores externos que pueden explicar el por qué de la ansiedad entre los peruanos: “cualquier elemento estresante puede incrementar la ansiedad. En el caso del Perú, actualmente se trata de un país caracterizado por la inestabilidad económica, la delincuencia y la crisis política. Esto en conjunto hace que la ansiedad aumente porque predomina la incertidumbre y las personas no encuentran la estabilidad necesaria para gestionar la ansiedad”.
Estrés hecho en Perú
La OMS define al estrés como la tensión mental o preocupación con la que responde el ser humano ante desafíos o amenazas. En la vida cotidiana el estrés cumple una función importante porque es una reacción adaptativa necesaria que permite, por ejemplo, realizar las actividades propias del día a día como las tareas académicas o las responsabilidades laborales. Sin embargo, si el estrés se convierte en crónico, es decir, si se presenta de manera constante o prolongada, puede afectar la salud física y la salud mental.
En conversación con Infobae Perú, el psicólogo Luis Castillo Cabanillas advierte que entre las consecuencias del estrés crónico se encuentran las siguientes: aumento del riesgo de hipertensión, debilitamiento del sistema inmunológico, presencia de inflamación crónica, problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable, dolores de cabeza, migrañas y psoriasis. Por otro lado, en cuanto a la salud mental, el estrés crónico puede originar cuadros de depresión y ansiedad.
“En Perú, hay varios factores externos que pueden provocar estrés en la población. Uno de los principales es el tráfico, especialmente en ciudades grandes como Lima, donde los largos tiempos de desplazamiento y la congestión vial aumentan la frustración y la ansiedad. La crisis política y económica también juegan un papel significativo, la inestabilidad política y la corrupción generan desconfianza en las instituciones, mientras que la crisis económica, con altos niveles de desempleo e inflación, impacta fuertemente en la vida diaria de las personas, aumentando la presión financiera y la inseguridad laboral. Además, la delincuencia en áreas urbanas crea un ambiente de miedo constante, afectando la tranquilidad y la sensación de seguridad de los ciudadanos”, explica Castillo Cabanillas.
También menciona que en áreas rurales “la falta de acceso a servicios básicos como salud y educación genera un estrés adicional debido a la sensación de abandono y desigualdad. Todos estos elementos combinados crean un entorno donde los niveles de estrés pueden ser muy elevados, lo cual impacta negativamente en la salud mental de los peruanos”.
La salud mental marcada por el estigma y el tabú
Los 3 especialistas consultados por Infobae Perú coinciden en que en el país todavía existen creencias falsas en torno a los trastornos mentales. Castillo Martell afirma que en general se le da más importancia a la salud física y se deja de lado la salud mental. Además, se subestima la manera en que la depresión afecta la calidad de vida de una persona.
Por su parte, Valdés Querol sostiene que los peruanos todavía tienen muchos prejuicios cuando se trata de buscar ayuda para tratar su salud mental. “En casos de personas que sufren ansiedad, muchas veces se espera a que los síntomas se agraven, sobre todo a nivel físico, para recién considerar ir a consulta. Primero se suelen atender en medicina general o en alguna especialidad y entonces, al no encontrarse una enfermedad corporal, es que son derivados a atención psicológica o psiquiátrica. Estos prejuicios nacen de la idea de que los problemas de salud mental se solucionan con voluntad. Los peruanos ignoran que los trastornos mentales también se producen por desbalances químicos a nivel cerebral y que, en algunos casos, se requiere de un tratamiento psiquiátrico”, explica la especialista.
Con respecto al estrés, Castillo Cabanillas señala que “a pesar de la mayor concientización sobre la salud mental, todavía existen prejuicios significativos en la sociedad peruana en cuanto a buscar ayuda profesional para el manejo del estrés. Muchas personas sienten vergüenza o temor de ser percibidas como débiles si admiten necesitar apoyo psicológico, lo que dificulta que accedan a los tratamientos necesarios para mejorar su bienestar. En el Perú es esencial promover un entorno donde buscar ayuda profesional en salud mental se vea como un acto de autocuidado y fortaleza, eso es fundamental para mejorar la calidad de vida y la salud mental de los peruanos”.