Estante de huevos en el supermercado (AP Foto/Nam Y. Huh, Archivo)Revueltos, en tortilla, cocidos, fritos o a la plancha. Los huevos son un alimento versátil que se adapta y complementa cualquier tipo de plato. Por su parte, la Fundación Española de Nutrición (FEN) señala que el huevo es un alimento de alto valor nutritivo, con moderado aporte calórico (84 Kcal por unidad mediana) y proteínas de gran calidad biológica. Además, también destaca por sus grasas monoinsaturadas, vitaminas A, D y del grupo B, y minerales como fósforo, yodo y selenio.
Así, ante este elevado aporte tanto gastronómico como nutricional, son muchos los hogares que consideran al huevo como un indispensable en sus frigoríficos. Eso sí, a la ahora de comprarlos es habitual que siempre surjan el mismo tipo de dudas.
Huevos blancos (AP foto/Stephen Smith)En los supermercados es común encontrar huevos de dos colores: blancos y rojos (también llamados morenos o marrones). Aunque a simple vista solo cambie el color de la cáscara, muchas personas se preguntan si hay diferencias nutricionales, de sabor o calidad entre ellos.
En este sentido, la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO), asegura que el color del huevo viene determinado por la raza de la gallina. Las gallinas de plumas blancas y lóbulos auriculares claros suelen poner huevos blancos. Por el contrario, las gallinas de plumas rojizas y lóbulos auriculares oscuros tienden a poner huevos de color rojo o marrón. Sin embargo, hay algunos matices que conviene tener en cuenta.
Por qué debemos conservar los huevos en la nevera si en el supermercado no están refrigerados, según una experta Desde un punto de vista nutricional, no existen diferencias relevantes entre un huevo blanco y uno rojo. Ambos contienen proteínas de alto valor biológico, grasas saludables, vitaminas A, D, E y B12, y minerales como fósforo, selenio y hierro. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), cualquier variación en el color de la yema, la textura o el sabor del huevo dependerá más de la alimentación de la gallina que del color de la cáscara.
En la práctica, tanto los huevos blancos como los rojos pueden utilizarse indistintamente para cualquier receta. La elección suele estar motivada por una preferencia cultural o visual. No obstante, a la hora de comprarlos sí hay una diferencia evidente: el precio.
Una de las razones por las que los huevos rojos tienen un precio más alto es que las gallinas que los ponen suelen ser de mayor tamaño, lo que implica un mayor consumo de pienso. Además, los consumidores suelen asociar el color rojo con una mayor calidad o con una producción más artesanal, lo que también influye en la fijación de precios, pero esta idea no está validada científicamente.
Tanto los huevos blancos como los rojos son aptos para el consumo y cumplen con los controles de seguridad alimentaria exigidos por la normativa de la Unión Europea. Más allá del color de la cáscara, lo relevante es atender al etiquetado, que informa sobre el tipo de cría —ecológica, campera, en suelo o en jaula— y la fecha de consumo preferente.