Un estante con bebidas energéticas (AdobeStock)Diversas marcas de refrescos con toda una variedad de exóticos sabores abundan en los estantes de los supermercados. En las últimas décadas, las bebidas energéticas se han convertido en un producto muy popular, especialmente en los jóvenes. Por ello, los científicos se han centrado en investigar cuáles son los efectos de estas bebidas en la salud.
Sus ingredientes principales, como la cafeína, el azúcar, la taurina y otros compuestos adicionales, suponen un riesgo para la salud, como alertan los expertos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Son bebidas cuyas propiedades sirven para estimular, por lo que las personas suelen incrementar su consumo en épocas de mucho trabajo o exámenes.
La cafeína es el ingrediente principal de las bebidas energéticas y su concentración varía según el tamaño y tipo de la bebida. Por ejemplo, una lata de 250 ml contiene aproximadamente 80 mg de cafeína, mientras que una de 500 ml puede alcanzar los 160 mg, lo que equivale al consumo de dos cafés expresos.
El consumo excesivo de cafeína puede causar una variedad de efectos secundarios, como nerviosismo, irritabilidad y ansiedad; alteraciones en el sueño, como insomnio; cambios en la atención, memoria y pensamiento; cefaleas y trastornos cardiovasculares, como hipertensión y arritmias.
En casos extremos, la sobredosis de cafeína puede provocar taquicardia, vómitos, convulsiones e incluso ser potencialmente fatal. Además, el consumo crónico de altas dosis de cafeína puede llevar al desarrollo de trastornos como el síndrome de ansiedad y el síndrome de insomnio, según la AESAN.
La mayoría de las bebidas energéticas contienen altos niveles de azúcares simples, que contribuyen significativamente al contenido calórico total. El consumo frecuente de azúcar está relacionado con problemas de salud como sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2 y alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos.
Aunque existen versiones “cero azúcar”, aún así contienen edulcorantes artificiales cuyos efectos a largo plazo sobre el sistema digestivo y endocrino aún están siendo investigados. Además, el consumo regular de productos con un alto nivel de dulzor puede aumentar el deseo de consumir otros alimentos azucarados, perpetuando hábitos poco saludables.
Las bebidas energéticas también suelen contener taurina, que es un aminoácido presente de manera natural en el cuerpo humano, especialmente en el cerebro, los ojos y los músculos. Aunque desempeña un papel importante en diversas funciones biológicas, el exceso de taurina a través de suplementos o bebidas energéticas puede afectar negativamente la función cognitiva y el comportamiento, particularmente en adolescentes y adultos jóvenes.
Nestea zanja la polémica y aclara qué pasará con sus bebidas cuando termine el contrato con Coca-Cola. El ginseng, incluido como potenciador energético, también puede generar efectos secundarios como hipertensión, cefaleas, ansiedad y arritmias, alerta la AESAN. Dada la falta de estudios sobre su seguridad en adolescentes, niños y mujeres embarazadas, se recomienda evitar su consumo en estas poblaciones.
Por su parte, el guaraná, una fuente adicional de cafeína, puede aumentar aún más los niveles totales de esta sustancia en las bebidas energéticas, lo que incrementa el riesgo de efectos adversos relacionados con la cafeína, especialmente en personas con afecciones cardiovasculares o problemas gastrointestinales. Además, se ha relacionado con partos prematuros y bajo peso al nacer cuando es consumido durante el embarazo. Por ello, desde la AESAN recomiendan evitar su ingesta en niños y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.