La chirivía es una hortaliza de raíz originaria de Asia y Europa, muy similar en forma a la zanahoria pero con un característico color blanco crema o marfil. Desconocida para muchos y poco utilizada en la cocina actual, esta verdura pertenece a la familia botánica de las Umbelíferas, al igual que el apio, el hinojo o la zanahoria, y que plantas aromáticas y medicinales como el perejil, el eneldo o el cilantro.
Conocida también como pastinaca, esta humilde hortaliza era un ingrediente fundamental en la cocina de antaño, cuando constituía una valiosa fuente de energía para la población más pobre de Europa, especialmente en los meses fríos. Entonces, cuando la patata aún no había viajado desde América hasta el continente europeo, la chirivía se utilizaba en recetas de toda índole.
No obstante, ahora parece haber quedado relegada al olvido, con una presencia casi anecdótica en las secciones de frescos y hortalizas de nuestros supermercados. Algo más común es encontrarla dentro de las bandejas de preparados para caldo junto a otras hortalizas; en mucha menor medida, a granel.
Pasarla por alto resulta, sin embargo, en un terrible error, pues supone ignorar una verdura con gran valor nutricional y de lo más interesante a nivel gastronómico. A pesar de su semejanza con la zanahoria, la chirivía tiene un sabor diferente, dulce, con un toque anisado y ligeramente picante, que se intensifica al cocinarlo. Es en invierno cuando esta hortaliza luce con mayor orgullo en los mercados; está en plena temporada, es económica, nutritiva y muy sabrosa.
Propiedades nutricionales de la chirivía
Más allá de su sabor, la chirivía, también conocida como pastinaca, destaca como una hortaliza con propiedades nutricionales excepcionales. Este alimento, que combina un bajo contenido calórico con un perfil rico en nutrientes, es especialmente recomendado para personas que buscan mejorar su dieta, controlar su peso o cuidar su salud digestiva.
Esta hortaliza de raíz aproximadamente 75 calorías por cada 100 gramos, lo que la posiciona como una opción energética pero moderada en comparación con otros tubérculos como la patata. Su aporte de azúcares naturales, combinado con un alto contenido de fibra, la hace ideal para quienes buscan alimentos saciantes que ayuden a regular el apetito. Además, su bajo índice glucémico y carga calórica la convierten en una excelente alternativa para personas con diabetes, mujeres embarazadas y quienes desean mantener un peso saludable.
En términos de micronutrientes, la chirivía es rica en vitaminas del grupo B, así como en vitamina C, E y K. Estas vitaminas desempeñan roles clave en el fortalecimiento del sistema inmunológico, la salud de la piel y la coagulación sanguínea. Asimismo, destaca por su contenido en minerales como potasio, magnesio, sodio, fósforo, calcio, selenio y zinc, esenciales para el funcionamiento adecuado del organismo. En particular, el potasio es fundamental para la regulación de la presión arterial y el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
La chirivía también se distingue por sus beneficios digestivos: su alto contenido en fibra dietética, especialmente en forma de inulina, favorece la salud de la microbiota intestinal. Este tipo de fibra prebiótica no solo mejora el tránsito intestinal, sino que también promueve una digestión más eficiente y ayuda a prevenir problemas como el estreñimiento. Por estas razones, la chirivía es recomendada para personas con estómagos sensibles o que padecen dolencias intestinales. Además, esta hortaliza tiene un efecto diurético suave, lo que puede ser útil para prevenir la retención de líquidos.
Recetas con chirivía
Además de nutritiva y llena de sabor, la chirivía es un ingrediente versátil que se puede utilizar en varias recetas, especialmente en sopas, guisos, purés y preparaciones al horno. En efecto, esta hortaliza de raíz es excelente para añadir sabor y cremosidad a cremas y purés, ya sea combinada con otras raíces como zanahorias o por sí sola. Se puede preparar, por ejemplo, una crema de chirivía con nata y especias como nuez moscada. Es, además, un ingrediente común en la sopa juliana y otros caldos, aportando su sabor anisado para dar profundidad a estas elaboraciones.
La chirivía es también un buen complemento para guisos de carne; su sabor dulce y terroso se intensifica al cocinarse lentamente, aportando intensidad al plato. También podemos consumirla asada al horno, cortada en bastones o rodajas y rociada con un poco de aceite de oliva, sal y hierbas como tomillo o romero.