Los hábitos de vida saludable son protectores de nuestra salud física y mental. Practicar ejercicio regularmente, llevar una dieta sana y equilibrada y relacionarnos con buenas personas que nos aporten cosas positivas son los tres pilares sobre los que se sustenta nuestro bienestar. Por tanto, los profesionales de la salud se interesan por estudiar cuáles son los factores que favorecen la aparición de ciertas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
En esta línea, un equipo de investigadores estadounidenses ha descubierto que seguir una dieta con alimentos inflamatorios aumenta el riesgo de desarrollar demencia. El estudio ha sido liderado por el Instituto Glenn Biggs de Alzheimer de UT Health San Antonio y la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y ha revelado que una mayor puntuación en el Índice Inflamatorio Dietético (DII) está asociada con un mayor riesgo de demencia, incluyendo la provocada por la enfermedad de Alzheimer (EA).
El estudio ha sido publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia y ha revisado datos del Framingham Heart Study, incluyendo a 1.487 participantes mayores de 60 años sin demencia inicial. Se usaron cuestionarios alimentarios para calcular los scores DII, categorizando los componentes dietéticos en antiinflamatorios y proinflamatorios. Los participantes con dietas más proinflamatorias mostraron un riesgo 84% mayor de desarrollar demencia, incluido un 21% más de riesgo por cualquier causa y un 20% específicamente por EA.
Este hallazgo respalda la teoría de que la inflamación alimentaria puede contribuir a la neurodegeneración, posiblemente a través de vías inflamatorias sistémicas. Estos componentes proinflamatorios pueden aumentar la inflamación cerebral y la formación de placas beta-amiloides, cuya acumulación es un conocido precursor del Alzheimer. El azúcar, la miel, las grasas trans presentes en la pizza, las frituras, los carbohidratos refinados de la pasta o el arroz blanco y el alcohol son algunos de estos alimentos inflamatorios.
Alimentos que pueden prevenir la demencia
Los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado graso (el salmón, las sardinas y la caballa), las nueces y las semillas de chía, son especialmente beneficiosos gracias a su capacidad para proteger las neuronas y reducir la inflamación en el cerebro, como explica el Hospital del Mar Research Institute de Barcelona. Asimismo, los antioxidantes presentes en frutas y verduras de colores vivos, como arándanos, espinacas y zanahorias, combaten el estrés oxidativo, un factor que contribuye al envejecimiento cerebral y a la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Otros alimentos que favorecen la salud cognitiva incluyen los cereales integrales y las legumbres, que proporcionan una liberación constante de energía al cerebro al mantener niveles estables de glucosa en la sangre. Además, el consumo de alimentos ricos en polifenoles, como el té verde, el cacao y las uvas, ha demostrado mejorar la memoria y la función cerebral. Mantener una dieta similar a la dieta mediterránea, caracterizada por el consumo de aceite de oliva virgen extra, frutos secos y una variedad de alimentos frescos, también se asocia con una menor incidencia de demencia gracias a su efecto antiinflamatorio y protector sobre los vasos sanguíneos del cerebro.
Los datos del Alzheimer en España
En España, la enfermedad de Alzheimer afecta aproximadamente a 800.000 personas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Es la forma más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos de esta condición en nuestro país. La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 65 años. Sin embargo, también puede presentarse en individuos más jóvenes, en lo que se conoce como Alzheimer de inicio temprano.