Uvas: propiedades, beneficios y contraindicaciones

Estas frutas forman parte de nuestra dieta desde hace milenios y cuentan con un impresionante perfil nutricional

Uvas (Shutterstock)

Doce son las uvas que comemos para despedir el año y dar la bienvenida al siguiente atrayendo el éxito y buena suerte. Además de hacerlo con buenos deseos, también lo recibimos cuidando nuestra salud, pues estas frutas están cargadas de nutrientes que cuidan nuestro bienestar general. Las uvas han formado parte de la dieta humana durante milenios y, en diversas variedades y colores, pueden consumirse frescas, secas (como pasas), en zumos o como vino.

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), las uvas están compuestas en un 80% por agua y son una excelente fuente de carbohidratos simples, como la glucosa y la fructosa, lo que las convierte en un alimento energético de rápida absorción. Además, son ricas en nutrientes esenciales, como la vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico, y la K, fundamental para la coagulación de la sangre y la salud ósea. También aportan pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, como la B6 y la tiamina, fundamentales para el metabolismo energético.

En cuanto a minerales, las uvas contienen potasio, crucial para la función muscular y la regulación de la presión arterial, así como cantidades moderadas de calcio, magnesio e hierro. Además, la fibra presente en su piel contribuye a una digestión saludable. También destacan por su contenido en antioxidantes, como los polifenoles (resveratrol, flavonoides y taninos), que protegen las células del daño oxidativo y reducen el riesgo de enfermedades crónicas.

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Beneficios de las uvas

Uno de los beneficios más destacados de las uvas es su capacidad para mejorar la salud cardiovascular, gracias a su contenido en resveratrol, que ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (el conocido como “malo”), mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos y disminuir la presión arterial, lo que contribuye a prevenir enfermedades cardíacas.

Además, las uvas poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Los antioxidantes combaten los radicales libres, reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación, lo que a su vez puede disminuir el riesgo de enfermedades como el cáncer, la diabetes tipo 2 y trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.

En términos digestivos, la fibra de las uvas mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento, recoge la FEN. Además, actúan como prebióticos, promoviendo el equilibrio de la microbiota intestinal. Por otro lado, el resveratrol y otros compuestos fenólicos han demostrado propiedades anticancerígenas en estudios preclínicos, inhibiendo el crecimiento de células tumorales y promoviendo su muerte programada (apoptosis).

En lo que respecta a la piel y el cabello, los antioxidantes de estas frutas protegen la piel del envejecimiento prematuro causado por los rayos UV y la contaminación. Asimismo, favorecen la producción de colágeno, manteniendo la piel firme y elástica. Por último, su contenido en vitamina C fortalece el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y acelerar la cicatrización de heridas.

El Dr López Rosetti nos cuenta la importancia de consumir frutas y verduras.

Contraindicaciones del consumo de uvas

Aunque las uvas son generalmente seguras y saludables, existen situaciones en las que su consumo debe ser moderado recogidas por MedlinePlus. Por ejemplo, debido a su alto contenido de azúcares simples, las uvas pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre, por lo que las personas con diabetes deben consumirlas en porciones adecuadas y combinarlas con alimentos ricos en fibra o proteínas para mitigar su impacto glicémico.

En el ámbito digestivo, comer grandes cantidades de uvas puede causar malestar estomacal, gases o diarrea, especialmente en personas sensibles a la fibra o que padecen síndrome del intestino irritable (SII). Además, aunque es raro, algunas personas pueden desarrollar alergias a las uvas, presentando síntomas como picazón, hinchazón o dificultad para respirar.

También es importante señalar que las uvas pueden interferir con ciertos medicamentos. Por ejemplo, su contenido de vitamina K puede afectar la eficacia de los anticoagulantes como la warfarina, aumentando el riesgo de hemorragias. Asimismo, las personas con enfermedad renal avanzada deben limitar su consumo debido a su contenido en potasio, ya que un exceso de este mineral puede ser peligroso cuando los riñones no funcionan correctamente.

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