La frambuesa es un alimento que cuenta con miles de años de historia. Su árbol es nativo de Europa y tiene su origen en Grecia, donde fue encontrada en estado silvestre en el monte Ida. De Grecia pasó a Italia, a los Países Bajos, a Inglaterra y posteriormente a América del Norte, según detalla la Fundación Española de Nutrición (FEN), que destaca que se trata de una de las frutas más nutritivas que podemos incluir en nuestra dieta por su perfil nutricional rico en fibra, vitaminas, proteínas, compuestos antioxidantes y ácidos orgánicos.
Existen diversas variedades de este fruto y la mayoría de ellas son de verano, sin embargo, existen frambuesas de otoño y aunque el volumen de la cosecha es menor, amplían el período de recolección de estas frutas. Por eso, la etapa estival es la más favorable para su consumo, ya que el producto será de mayor cercanía y no tendrá que atravesar miles de kilómetros, con la consecuente huella de carbono que dejaría a su paso.
Cuáles son los beneficios de este alimento
Según detalla el estudio publicado en 2019 por el profesor Hayk S. Arakelyan del Hospital Universitario de Tokio, esta fruta tiene propiedades anticancerígenas, ya que contiene una de las concentraciones más altas de antioxidantes en comparación con cualquier otro vegetal. Es su alto contenido en compuestos fenólicos (monofenoles, polifenoles y flavonoides) entre los que se encuentran las antocianinas, cianidinas, elagitaninos, ácido elágico e hidroxicinamatos, junto a la vitamina C, los que confieren a este alimento una gran capacidad antioxidante.
También es una gran fuente de vitamina C, de hecho, una ración de frambuesas aporta el 80% de las ingestas diarias recomendadas de esta vitamina, que contribuye a la formación normal de colágeno que sirve para el buen funcionamiento de los huesos, así como el correcto estado de los cartílagos y las encías. Además, este componente ayuda a reparar los tejidos de la piel y favorece la regeneración celular, así como la cicatrización de heridas y el mantenimiento de una piel firme y joven.
Baja en grasas y calorías
El experto también detalla que ayudan a mantener la salud cardiovascular, gracias a su alto contenido en potasio. El estudio también destaca una mejora en el estado de ánimo y a reducir pérdida de memoria asociados con el envejecimiento por la presencia en su composición de flavonoides, que puede reducir el deterioro cognitivo. La FEN destaca por su parte que contienen un porcentaje moderado de hidratos de carbono, mientras que su contenido en grasas, al igual que su valor energético en calorías, es bastante escaso.
Por otra parte, su contenido en fibra y ácidos orgánicos (ácido cítrico, cafeico, málico y salicílico), hace que las frambuesas sean un buen estimulante del peristaltismo intestinal, por lo que son eficaces en caso de estreñimiento. De hecho, la fibra soluble presente en las frambuesas forma un gel en el tracto digestivo que ayuda a ralentizar la digestión y la absorción de los nutrientes, lo que mantiene los niveles de azúcar en sangre más estables y reduce el riesgo de picos de glucosa.