La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica de origen autoinmune que padecen millones de personas y que suele aparecer con mayor incidencia en las mujeres a partir de los 45 años, aunque también la padecen los hombres y puede haber casos en los que los síntomas lleguen a edades más tempranas. Se caracteriza por la inflamación de las articulaciones que empiezan a doler, la deformidad de las mismas y la dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo.
Afecta especialmente a las articulaciones de las muñecas, las de los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos. Se trata de una enfermedad que no tiene cura. De hecho, los síntomas articulares iniciales, sin un adecuado manejo, pueden dar paso a fases más avanzadas de la enfermedad en las que, por afectación de los distintos elementos articulares por la inflamación persistente, se produce daño articular irreversible con deformidades, que junto con la atrofia y la debilidad muscular condicionan incapacidad funcional.
El tratamiento de la artritis reumatoide tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación, frenar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente. Una forma de hacerlo es a través de la alimentación con una dieta basada en productos antiinflamatorios. En este sentido, las especias pueden convertirse en grandes aliadas.
“Creo que la gente a menudo se sorprende de lo buenas que pueden resultar las especias como fuente antiinflamatoria”, dice la dietista deportiva Kim Larson, portavoz nacional de la Academia de Nutrición y Dietética. “Pero cuantos más alimentos antiinflamatorios y especias comas, más reducirás la inflamación crónica”, añade, conforme recoge en un artículo la Fundación Artritis de Estados Unidos, que detalla cuáles son las mejores especias para combatir la inflamación:
Ajo
El ajo es una sabrosa adición a casi cualquier plato salado. Al igual que las cebollas y los puerros, contiene disulfuro de dialilo, un compuesto antiinflamatorio que limita los efectos de las citocinas proinflamatorias. Por lo tanto, este alimento, tanto seco y molido, como entero, puede ayudar a combatir la inflamación e incluso puede ayudar a prevenir el daño del cartílago por la artritis.
Cúrcuma
La curcumina es el químico activo que se encuentra en la cúrcuma. Este componente bloquea las citocinas inflamatorias y las enzimas en dos vías inflamatorias. Varios ensayos en humanos han demostrado un beneficio antiinflamatorio, que puede traducirse en una reducción del dolor y la hinchazón de las articulaciones.
Jengibre
El gingerol y el shogaol son las sustancias químicas del jengibre que bloquean las vías de inflamación en el cuerpo. Junto con sus propiedades antiinflamatorias. Y, aunque el jengibre es una especia versátil y puede ir tanto en platos dulces como salados, lo mejor, dicen, es usarlo en su forma fresca. Una manera fácil de incluir este ingrediente en la dieta diaria es hacerlo a través del té. Se puede hervir durante varios minutos y tomar solo, o añadiendo otra infusión a la mezcla.