A finales del siglo VIII o principios del IX, el entonces rey de los francos y del Sacro Imperio Romano se dirigió a sus villici (los gobernadores en los que delegaba el control de sus dominios) a través del “Capitular de los pueblos o cortes del imperio”. En este documento, Carlomagno emitía una serie de ordenanzas, entre observaciones y reglas. En los capítulos 43, 62 y 70 - de los 120 que lo conformaban. El emperador aportó una lista de 94 plantas que debían plantarse “sin excusas ni pretextos”, según Habana Radio, 5 de las cuales eran textiles o tintóreas, 16 eran árboles frutales, y 73 hierbas. Entre estas últimas, figura una planta de uso medicinal, de unos 20 a 50 centímetros de alto, con unas características hojas compuestas por tres hojuelas alargadas y que, cada primavera, echa unas florecillas blancas: el fenogreco, fenugreco, o alholva.
Se trata de una planta utilizada en la fabricación de jabones, cosméticos, infusiones, condimentos... según Nutricosmética, el uso de esta planta se remonta, al menos, al antiguo Egipto, donde se utilizaba para embalsamar los cuerpos y se extraía el aceite de sus granos para suavizar la piel y como “crema antiarrugas”, utilización que se le sigue dando a día de hoy. Según Medical News Today, no existen pruebas de suficiente calidad como para asegurar sus beneficios para la salud en la mayoría de casos: lo cierto es que, aunque desde hace siglos se ha empleado como “remedio” para numerosas dolencias, no hay suficientes estudios y algunos de aquellos que si se han realizado han tenido resultados no concluyentes, por lo que no se puede asegurar con certeza que tenga tales beneficios.
Lo que sí se sabe con certeza es su contenido nutritivo: 11 gramos de fenogreco contienen 35 calorías, 3 gramos de fibra, 3 de proteína, 6 de carbohidratos, y uno de grasas. Además, contiene el 21% del valor diario recomendado de hierro, el 6% del VD de manganeso, y el 5% del VD de magnesio.
Los beneficios para la salud del fenogreco
Según un análisis de varios estudios realizado en 2022, el consumo de fenogreco puede contribuir a estabilizar los niveles de azúcares en sangre y mejorar los niveles de colesterol, lo cual lo convierte en un complemento seguro y beneficioso para tratar la diabetes de tipo 2 - aunque los autores publicaron ese mismo año otro documento en el que informaban de la necesidad de realizar más experimentos y pruebas con mayor detalle y rigurosidad.
Otro de los efectos que se atribuyen al fenogreco es la reducción del apetito. Debido a su alto contenido en fibra, añadirlo a las comidas puede provocar que uno se sienta “lleno” más deprisa, lo cual podría contribuir a evitar atracones. También debido a su alto contenido de fibra, consumido en dosis diarias de 15 gramos de un extracto de sus semillas durante 12 semanas, puede contribuir a una reducción de la presión sanguínea sistólica (que se da cuando los ventrículos del corazón se contraen), si bien no de la distólica.
Un estudio de 2017 en el que participaron 50 hombres, consumiendo un extracto de semilla de fenogreco durante 12 semanas, se reportó un aumento del recuento espermático en el 85% de los participantes y una mayor producción de testosterona para el 90%, además de una mejora en la agudeza mental, el ánimo, y la líbido. También se le achacan efectos antiinflamatorios y antimicrobiales, según otro estudio de 2023 en el que se descubrió que el uso de un gel de fenogreco tenía un mejor efecto preventivo de inflamaciones y del crecimiento de microbios orales que la doxiciclina y que la aspirina.
Aparte de sus posibles contribuciones a una mejora de algunos aspectos de la salud, el fenogreco tiene una variedad de efectos secundarios leves como náuseas, heces acuosas, malestar estomacal, mareos, dolor de cabeza, y un olor a arce en la orina, el sudor, e incluso la leche matera. A pesar de la falta de estudios desde el foco de la medicina “occidental”, las pruebas están en su uso continuado en la medicina “alternativa” desde hace tanto tiempo en el norte del continente africano, en el sur europeo, y en Asia.