Para algunas personas con diabetes, la cafeína podría alterar la manera en que el cuerpo utiliza la insulina, lo que podría provocar variaciones en los niveles de glucosa en la sangre. Según Mayo Clinic, este efecto no es uniforme para todos: mientras que algunos pueden experimentar cambios con tan solo 200 miligramos de cafeína, otros no notan un impacto significativo.
En general, la cafeína no afecta de manera considerable los niveles de glucosa en la sangre en la mayoría de los adultos sanos. El consumo de hasta 400 miligramos diarios de cafeína se considera seguro para la mayoría de personas. En Estados Unidos, el café es una de las fuentes más comunes de cafeína, con el adulto promedio consumiendo aproximadamente dos tazas de café al día. Cada taza puede contener entre 120 y 180 miligramos de cafeína, aunque esta cantidad puede variar según el tipo de café.
Además del café, otras fuentes de cafeína incluyen bebidas energizantes, algunos refrescos, té negro y chocolate. Algunos estudios sugieren que el consumo de café, ya sea con cafeína o descafeinado, podría incluso reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La respuesta del cuerpo a la cafeína puede variar de una persona a otra. Para aquellos que tienen dificultades para controlar sus niveles de glucosa en la sangre, limitar la ingesta de cafeína podría ser beneficioso. Lo más importante es que las personas con dudas sobre la cafeína y sus efectos, consulten a su médico de cabecera para obtener orientación personalizada.
Bebidas para personas con diabetes
Desde Diabetes Digital han hecho una recopilación de bebidas que no elevan los niveles de azúcar en sangre, y que son alternativas que permiten disfrutar sin comprometer la salud.
Una de las opciones es agregarle frutas o hierbas al agua, lo que le puede añadir sabor sin aumentar significativamente el contenido de azúcar. Rodajas de pepino, gajos de limón, hojas de menta o bayas, son algunas de las combinaciones sugeridas para mejorar el sabor del agua.
Para quienes disfrutan del sabor del zumo de frutas, pero desean reducir su contenido de azúcar, el zumo diluido es una alternativa eficaz. Al mezclar partes iguales de zumo y agua, se puede disfrutar del sabor del zumo con una menor concentración de azúcar. Esta técnica es especialmente útil para zumos como el de naranja.
Los batidos también son una opción viable para mantener el azúcar en sangre bajo control. La clave está en lograr un equilibrio adecuado entre frutas ricas en fibra, como las bayas, y verduras de hoja verde. Incorporar grasas saludables, como el aguacate o la mantequilla de frutos secos, junto con una fuente de proteínas como el yogur griego, puede ayudar a crear un batido nutritivo. Es importante evitar añadir azúcares o edulcorantes adicionales y optar por una base rica en proteínas en lugar de zumos.
Por último, las leches alternativas como la de almendra o soja son populares entre las personas con diabetes. Estas leches son bajas en carbohidratos y azúcar, lo que las convierte en opciones adecuadas para quienes buscan controlar sus niveles de azúcar en sangre. Es crucial elegir variedades sin azúcar para evitar azúcares añadidos.