El lugar inesperado en el que guardar las patatas para que se conserven más tiempo

Son un ingrediente indispensable de la gastronomía española, pero su conservación nos genera muchas dudas

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Patatas. (Sea Wave/Shutterstock)
Patatas. (Sea Wave/Shutterstock)

Como acompañamiento, como plato principal, fritas, al horno, cocidas o en puré, las patatas son un producto básico de la alimentación española. Da igual si es una tortilla, patatas a la riojana o un pastel de carne, son el ingrediente ideal para cualquier elaboración. Al ser un producto completo y versátil, no es de extrañar que se hayan vuelto un alimento que no puede faltar en las despensas de muchos hogares.

Sin embargo, muchas veces nos entran dudas sobre su conservación. Sabemos que no deben estar junto a las cebollas ni las manzanas, pero desconocemos cuál es su lugar en el hogar. Es por eso que optamos por comprar menores cantidades para evitar que se estropeen o que desarrollen brotes. Estos tallos, además, pueden ser perjudiciales para la salud, ya que contienen solanina, una sustancia tóxica que puede provocar malestar estomacal.

Los enemigos de las patatas

Las patatas son un tesoro otoñal, pero también son muy sensibles a determinadas condiciones. Una mala gestión de la humedad, una temperatura inadecuada o la exposición a la luz pueden convertir este alimento en una masa de tubérculos germinados, marchitos o incluso podridos.

Para mantenerlas en las mejores condiciones posibles, hay que evitar:

  • La luz: provoca que se pongan verdes y produzcan solanina, una sustancia tóxica.
  • Humedad excesiva: favorece la proliferación de moho y la putrefacción.
  • Temperaturas demasiado bajas: convierten el almidón en azúcar, lo que les aporta un sabor dulce y una textura menos agradable.

Conservar bien las patatas puede llegar a convertirse en todo un reto. Es necesario encontrar ese lugar que no sea demasiado seco ni demasiado húmedo, donde la temperatura se mantenga estable y donde no alcance la luz. En un primer momento, puede parecer complicado, pero hay un rincón sorprendente y muchas veces subestimado que cumple todos estos requisitos.

Por qué los sótanos y las neveras no son una buena opción

Muchas casas disponen de sótanos para almacenar las hortalizas de invierno, pero estos espacios no siempre son adecuados. En las bodegas mal ventiladas, la humedad se acumula rápidamente, lo que favorece la aparición de hongos. Las neveras, por su parte, proporcionan un ambiente demasiado frío, que provoca que el almidón se transforme en azúcar. A las pocas semanas, las patatas se habrán ablandado o perdido su sabor.

El sitio perfecto es aquel donde el aire pueda circular libremente y donde el termómetro se mantenga entre los 5 °C y los 10 °C, incluso cuando las noches son frías.

El lugar perfecto para conservar las patatas

Imagen de archivo de patatas.
Imagen de archivo de patatas.

El jardín o el huerto es el entorno idóneo para almacenar patatas durante todo el invierno, eso sí, deberán estar debidamente protegidas. Un mini invernadero colocado en el lugar adecuado, es un aliado inesperado, pero ideal para alargar la vida de los tubérculos. Si lo instalamos en una zona sombreada, crea un microclima ideal que combina frescor, ventilación y protección contra los elementos.

Cómo construir un mini invernadero

Será necesario que la estructura mantenga las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y ventilación para evitar que las patatas germinen o se estropeen.

Pasos para construir un mini invernadero de conservación

  1. Ubicación: coloca el mini invernadero en un área sombreada del jardín, donde esté protegido de la luz solar directa. La exposición constante a la luz puede hacer que las patatas comiencen a brotar.
  2. Montaje: construye un marco de madera, metal o PVC con una altura suficiente para contener los contenedores de patatas. Después, cubre la estructura con plástico opaco o una tela de sombreo para limitar la entrada de luz y proteger el interior de las variaciones bruscas de temperatura.
  3. Acondicionamiento interno: coloca los cajones dentro del invernadero, dejando espacio entre ellos para permitir la circulación del aire. Llénalos con una capa de paja o papel de periódico para evitar que las patatas se toquen entre sí.
  4. Control de temperatura y humedad: mantén la temperatura interna entre 4 °C y 10 °C. Abre las ventanas o rejillas de ventilación en los días secos para permitir la entrada de aire fresco y evitar la acumulación de humedad.
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