El deporte, una segunda oportunidad tras sufrir un ictus o tener Alzheimer: “El 70% de pacientes no vuelve a trabajar y el 40% tiene depresión”

La investigación científica respalda el ejercicio físico como una herramienta segura de rehabilitación neurológica a largo plazo. La Fundación Segunda Parte, a través de actividades como sus propias Olimpiadas amistosas, lo lleva a cabo

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Un deportista practicando pádel en
Un deportista practicando pádel en las Olimpiadas de la Fundación Segunda Parte (Cedida)

Álex tenía nueve años cuando sufrió un traumatismo craneoencefálico que cambió su vida e hizo que las actividades cotidianas del día a día pasaran a convertirse en todo un reto. Con 17 años, se vio sumido en un estancamiento que no le permitía mejorar. Fue entonces cuando descubrió la natación y, tan solo unos minutos después de entrar en la piscina, ya era capaz de mantenerse a flote. Cinco meses después, su neurólogo le confesó que nunca había visto algo parecido a los cambios que se habían producido en su cerebro en aquel tiempo. Aquella evolución sin precedentes respondía a que Álex había empezado a nadar.

El caso de este joven es similar al de muchas otras personas que han sufrido algún daño neurológico y han comenzado a realizar alguna actividad física. Testigo y promotora de ello es la Fundación Segunda Parte, cuyo objetivo es contribuir a que estos pacientes tengan la oportunidad de hacer deporte. Para ello, acompañan y ayudan a personas con algún tipo de discapacidad cerebral a que practiquen alguna actividad física en su centro deportivo más cercano de una manera segura.

Marta Pérez, Doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, es la fundadora y presidenta de la Fundación y explica para Infobae España que el impacto que tiene el deporte en estas personas puede medirse objetivamente. Con más de siete artículos publicados en diversas revistas científicas, los profesionales de la Fundación Segunda Parte están demostrando que la actividad física puede “cambiar radicalmente su proyección de vida, la de su familia y la de la sociedad”. El ejercicio se convierte así en una herramienta para que estas personas puedan “volver a conectar con la sociedad”.

Los pacientes, o deportistas (como prefiere llamarlos Pérez), son personas que han sufrido algún tipo de daño cerebral que les ha dejado secuelas discapacitantes, como un ictus. “Eso supone que el 70% de quienes lo padecen no vuelva a trabajar y que el 40% tenga depresión. Son personas a las que la vida le ha dado una segunda oportunidad, pero para las que la sociedad no está preparada”, expone. De hecho, según la Fundación Segunda Parte, “el coste sanitario de las enfermedades neurológicas en España asciende a más de 10.865 millones de euros; a lo que habría que añadir otros costes no sanitarios que se han calculado como 8 veces superiores a los sanitarios”. En nuestro país, unas 7 millones de personas (en torno al 16% de la población) padecen algún tipo de enfermedad neurológica, como tumores cerebrales, el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple.

El partido de basket-pool en
El partido de basket-pool en las Olimpiadas de la Fundación Segunda Parte (Cedida)

Unas Olimpiadas para la neurorrehabilitación

Más de 200 deportistas de 12 centros de neurorrehabilitación y distintas asociaciones se reunieron el pasado 25 de octubre en Madrid para participar en una competición deportiva amistosa compuesta por cinco disciplinas: boccia, pádel, tiro con arco, basket-pool y carrera de orientación, organizadas en función de la capacidad funcional. Esta segunda edición se renueva tras el éxito de la primera, que visibilizó la realidad de estas personas con enfermedades neurológicas.

En algunas actividades pueden participar personas que están en una silla de ruedas con una movilidad muy limitada, como la boccia o el tiro con arco. Otras actividades, como el basket-pool, el pádel o la carrera de orientación, están dirigidas a personas con con determinadas características físicas, cognitivas y conductuales. “Nosotros conocemos esa heterogeneidad y por eso hemos hecho ese diseño”, cuenta Marta Pérez a este medio.

Estas disciplinas deportivas se centran no tanto en la calidad técnica, sino en que su realización tenga una influencia en la vida diaria de estas personas. “Yo a mis deportistas les pido que el golpeo del pádel lo hagan con las dos manos, porque quiero integrar el brazo parético y que pueda utilizarlo en más actividades de la vida diaria. Si hacemos una actividad con personas con muy poco nivel de fuerza, mi orientación del trabajo de la fuerza está en que esa persona cuando llegue a casa sea capaz de coger el vaso de la estantería de arriba, llenarlo de agua, bebérselo y dejarlo”, expone. Al final, ese es el objetivo último: una segunda oportunidad mejorando la calidad de vida.

El video se volvió viral en las redes sociales (TikTok: @anna98529)
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