Cuántas calorías tiene una cerveza

El consumo de alcohol no está exento de riesgos para la salud, por lo que se recomienda que el consumo de cerveza sea limitado

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Un camarero sirve una cerveza (Pixabay)
Un camarero sirve una cerveza (Pixabay)

La cerveza es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo, hasta tal punto que en torno a su elaboración se ha consagrado todo un submundo gastronómico y, en ocasiones, incluso una seña de identidad de cada región o país. Por ello, su perfil nutricional puede variar bastante, pues depende de la cantidad de alcohol que lleve o los azúcares, entre otros factores.

Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la cerveza contiene aproximadamente 43 calorías por cada 100 gramos. Dado que una lata promedio contiene alrededor de 355 ml, esto equivale a aproximadamente 153 calorías por lata. Sin embargo, las cifras pueden variar, ya que las más fuertes o “premium” pueden tener más calorías debido a su mayor contenido de alcohol y otros ingredientes, mientras que las lights o bajas en alcohol tienen menos calorías.

Impacto de beber cerveza para la salud

El consumo moderado de cerveza, al igual que con otras bebidas alcohólicas, puede formar parte de un estilo de vida equilibrado. Sin embargo, estos mismos estudios también señalan que los posibles beneficios del consumo de alcohol pueden no compensar los riesgos asociados a un consumo más elevado.

El consumo excesivo de cerveza, como de cualquier bebida alcohólica, puede tener una serie de efectos negativos en la salud, siendo uno de los más evidentes es el aumento de peso. Su elevado contenido calórico puede contribuir a la acumulación de grasa corporal, especialmente en el área abdominal. Esta acumulación de grasa visceral es particularmente peligrosa, ya que se ha vinculado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

Además, el alcohol en la cerveza también puede afectar la función hepática. El consumo prolongado y en grandes cantidades puede llevar a enfermedades hepáticas, como la esteatosis hepática (hígado graso), la hepatitis alcohólica y, en casos extremos, la cirrosis. Estas condiciones pueden ser graves y, en algunos casos, irreversibles. Del mismo, también tiene un efecto sobre la salud cardiovascular, ya que el alcohol puede elevar la presión arterial, dañar el músculo cardíaco y aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

El Club de la Cerveza del Parlamento Europeo se define como “foro de debate e intercambio de información sobre cuestiones que afectan al sector cervecero en la Unión Europea" y cuatro parlamentarios españoles figuran en él

El consumo de cerveza también puede afectar el sistema digestivo de varias maneras. En primer lugar, el alcohol irrita el revestimiento del estómago, lo que puede provocar gastritis (inflamación del estómago) y contribuir a la aparición de úlceras. Además, puede alterar el equilibrio bacteriano del intestino e interferir en la digestión y la absorción de nutrientes. Esto también puede llevar a problemas digestivos crónicos si el consumo de alcohol es prolongado.

El consumo excesivo de alcohol, incluida la cerveza, también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es un carcinógeno reconocido, y su consumo prolongado aumenta el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago, hígado, colon y mama. Este riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumida, por lo que limitar la ingesta de cerveza es una recomendación común para reducir el riesgo de cáncer.

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