Ya sea trabajando, estudiando, leyendo o viendo la tele, llega un momento en el que sentimos la necesidad de comer algo que nos calme el hambre que nos empieza entrar. En ocasiones, es simplemente la gula de ingerir algo dulce o salado que nos ha apetecido en el momento. No obstante, esta práctica no es muy saludable. Según apuntan los expertos, una persona con problemas de obesidad puede llegar a picar hasta 20 veces al día, optando por productos que tienen un alto contenido calórico.
Asimismo, un informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) sobre el aumento de esta patología entre los jóvenes durante la pandemia, reveló que un 18% de la población reconocía que su manera de alimentarse había consistido en picar continuamente. Una cifra que crecía hasta el 44% en jóvenes de 18 a 24 años y al 70% en personas sin ingresos.
Una opción que no aporta felicidad
Tomar estos pequeños aperitivos suele ser un hábito poco saludable que, además, ni siquiera nos proporciona esa sensación de bienestar que anhelamos. Un nuevo estudio, The Psychology os Snacking (La psicología del picoteo), encargado por la marca de aperitivos Graze, ha demostrado que sólo el 16% de nosotros nos sentimos felices después de comer entre horas. Kimberley Wilson, psicóloga y experta en nutrición, explica al diario británico Express, cómo tomar mejores decisiones que nos levanten el ánimo en lugar de deprimirnos.
Siete hábitos para dejar de picar entre horas
Organiza tus comidas
“Organizar tus comidas al principio del día te ayuda a evitar las comidas rápidas cargadas de azúcar y mantiene tu energía constante”, apunta Wilson. Los análisis de Graze demuestran que la población tiende a elegir tentempiés más sanos al principio del día, ya que, a lo largo del día, ya va apareciendo el cansancio por las decisiones.
La experta explica que la mejor manera de “combatir las malas elecciones” es planificar los aperitivos por la mañana o cuando se está descansado. A lo largo del día, nos deberemos ceñir a estas decisiones. De esta manera, argumenta, que evitaremos lanzarnos “impulsivamente a por opciones poco saludables” cuando nuestra “energía y fuerza se desvanezcan”.
No hacer la compra con hambre
Wilson considera que es importante evitar hacer la compra semanal cuando se tiene hambre, ya que, puede dar lugar a “elecciones impulsivas” y adquirir aperitivos que normalmente evitaríamos.
Salir de la zona de confort
Considera la psicóloga que debemos aceptar “la aventura de probar nuevos sabores”. Por ello, recomienda no huir de aquellos tentempiés que contengan ingredientes con los que no estamos familiarizados o pensemos que no nos van a gustar.
Escuchar al cuerpo
Recalca como vital escuchar al cuerpo: prestar atención a cómo se siente después de comer. “Si te sientes con energía, feliz y preparado para afrontar el día es que estás alimentando bien a tu sistema. Una vez descubras aquellos snacks que te hacen sentir bien, no echarás de menos aquellos excesivamente azucarados y procesados”, apunta.
Ojos que no ven, corazón que no siente
“Acorde a la investigación, para el 36% de las personas, el simple hecho de ver un tentempié en casa desencadena el deseo de comerlo. Asegúrate de almacenar opciones saludables”, menciona.
Reformula tu forma de pensar
La experta en nutrición comenta que a menudo asociamos ciertos alimentos con la culpa o el placer debido a las etiquetas sociales como “malo” o “prohibido”. En lugar de clasificar moralmente las elecciones alimentarias, Wilson propone centrarse en ver cómo encajan los alimentos con nuestros valores. “Este cambio de mentalidad ayuda a fomentar una alimentación más equilibrada y libre de culpa”.
Crear asociaciones positivas
“Cuando te sientes bien después de comer alimentos saludables, no es sólo físico: tu cerebro reconoce que están alineadas con tu salud y bienestar”, aclara. “Al centrarte en cómo estos alimentos te hacen sentir satisfecho y contento, puedes crear un hábito más saludable y elegir aperitivos más nutritivos con el tiempo”, apunta.