Los repentinos cambios de temperatura y las lluvias típicas del otoño son el caldo de cultivo perfecto para resfriados y gripes. Por sí mismo, el frío no nos enferma, ya que que exista una infección debe darse una transmisión vírica. Sin embargo, sí supone el ambiente propicio para los virus ya que las bajas temperaturas y la humedad favorecen su transmisión. Por ello, en esta época del año los resfriados se vuelven más frecuentes.
Lavarnos las manos con frecuencia, mantener una distancia de seguridad con personas con la infección o evitar estar en lugares muy cerrados y concurridos son algunas de las medidas que pueden tomarse para prevenir un resfriado. Sin embargo, la alimentación puede ser la máxima defensa de nuestro organismo contra los agentes externos.
“Es importante incluir en el día a día alimentos ricos en vitaminas, minerales y plantas naturales para fortalecer el sistema inmunológico y tener preparado el cuerpo para combatir las bajas temperaturas y los virus de temporada”, detalla el presidente de la Asociación Nacional de Autónomos y Profesionales de las Terapias Naturales (Cofenat), Roberto San Antonio Abad. Estos alimentos, combinados “con un estilo de vida activo y el descanso adecuado, ayudarán a reducir el riesgo de contraer resfriados y otros problemas respiratorios comunes en invierno”.
Frutas y verduras ricas en vitamina C
Los cítricos como naranjas, mandarinas, limones y pomelos, junto con verduras como el brócoli y los pimientos rojos, refuerzan el sistema inmune debido a su alto contenido en vitamina C. La piña, las fresas, las frambuesas y los arándanos son también ricos en esta vitamina y también pueden ayudarnos a prevenir infecciones.
Alimentos probióticos y prebióticos
Mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal es otra de las claves para evitar exponernos a distintos virus. Los probióticos se encuentran en alimentos como el yogur y el chucrut, mientras que los prebióticos los tenemos en alimentos como los granos integrales, los plátanos, las hortalizas de hoja verde, las cebollas, el ajo, la soja y las alcachofas.
Grasas saludables
El consumo de grasas buenas como las presentes en el aceite de oliva virgen extra, frutos secos como las nueces y los pistachos, y el aguacate proporcionan energía, pero también tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la vulnerabilidad frente a infecciones respiratorias.
Otros alimentos conocidos por sus propiedades antiinflamatorias son el pescado azul (especialmente el salmón, el atún y las sardinas por su alto contenido en ácidos grasos omega-3), especias como el jengibre, la cúrcuma y la canela y el té verde, ya que es rico en antioxidantes y catequinas.
Infusiones con propiedades medicinales
Algunas plantas como el jengibre y el tomillo son infusiones diarias ideales para prevenir y aliviar los síntomas del resfriado, gracias a sus propiedades antivirales y antiinflamatorias.
Otros remedios caseros para combatir un resfriado
Si ya tenemos el resfriado, estos alimentos pueden reforzar igualmente nuestro sistema inmunológico y ayudarnos a pasar más rápidamente la enfermedad. Además de la medicación correspondiente, existen otros remedios caseros que podemos llevar a cabo para combatir el resfriado:
- Hidratación: La Clínica Mayo pone el foco en la importancia de mantenerse bien hidratado durante la gripe. Beber abundantes líquidos ayuda a mantener la garganta y las vías respiratorias húmedas y a reducir la posibilidad de deshidratación que puede acompañar a la fiebre.
- Reposo: El descanso es esencial para la recuperación, ya que el cuerpo utiliza mucha energía en el proceso de luchar contra la infección, por lo que el reposo ayuda a conservar energía y a fortalecer el sistema inmunitario.
- Baños tibios: Pueden aliviar los dolores musculares y la fiebre. Es importante no usar agua demasiado caliente, especialmente en niños, ya que podría elevar la temperatura corporal.
- Aumento de la humedad ambiental: Usar un humidificador puede aliviar la congestión y la tos, según explica la Clínica Mayo. Esta humedad adicional puede ayudar a hacer más productiva la tos al aflojar la congestión en la nariz y los pulmones.
- Inhalaciones de vapor: Respirar vapor puede aliviar la congestión nasal y la presión en los senos paranasales. Se puede añadir eucalipto o menta al agua caliente para potenciar los efectos descongestionantes.