La dieta de las mujeres embarazadas es, por lo general, la misma que debe ser sin estar en periodo de gestación. Llevar una alimentación variada y equilibrada es la base de una salud fuerte, e igual ocurre con las mujeres en estado. Sin embargo, sí que existen algunas restricciones, pues ciertos alimentos pueden ocasionar contratiempos de salud tanto para la madre como para el bebé.
Una de las dudas más frecuentes en cuestión de alimentación es en torno al marisco y la seguridad de su consumo durante el embarazo. Según el Hospital Universitario La Moraleja, el marisco crudo debe evitarse durante el embarazo dado el riesgo de contaminación que conlleva, que supera con creces los beneficios de comerlo. En cambio, sí se puede comer marisco cocido, aunque hay que asegurarse de que esté muy bien cocinado. Por su parte, el consumo de pescado no supone ningún riesgo.
Riesgos de comer marisco crudo
Comer marisco crudo encierra una serie de peligros para la salud que se acentúan en las futuras mamás y en el bebé en desarrollo. Aunque el marisco es una fuente de nutrientes, sus beneficios no compensan los riesgos que supone comerlo crudo, ya que son muchas las enfermedades asociadas a su ingesta, desde la salmonelosis a la toxoplasmosis:
- Salmonelosis: es una infección bacteriana que puede transmitirse a través del consumo de marisco crudo contaminado con la bacteria Salmonella. Sanitas explica que “durante el embarazo, esta enfermedad puede tener efectos graves en la salud de la madre y el feto. Los principales síntomas incluyen fiebre, diarrea, dolor abdominal y vómitos”. Para evitar la infección, es esencial asegurarse de que el marisco esté bien cocinado.
- Anisakis: es un parásito nematodo presente en los pescados de mar y los cefalópodos, como los calamares y las sepias. “Si una mujer embarazada consume marisco crudo o poco cocinado que esté infectado con larvas de Anisakis, puede desarrollar una enfermedad llamada anisakiasis. Esta enfermedad puede causar síntomas gastrointestinales y reacciones alérgicas”.
- Toxoplasmosis: es una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede encontrarse en mariscos crudos contaminados. Durante el embarazo, esta infección resultar peligrosa ya que “puede transmitirse al feto y provocar problemas de salud graves”.
Recomendaciones a la hora de comer marisco
Durante el embarazo, consumir mariscos es seguro si se toman ciertas precauciones para evitar riesgos de contaminación. Además de cocinarlos adecuadamente, estos deben haberse adquirido en tiendas o mercados de confianza que ofrezcan productos frescos y bien tratados. Además, es importante tener en cuenta el contenido de mercurio en algunos mariscos, limitando el consumo de especies con niveles elevados, como el mejillón en determinadas épocas o el berberecho.
La higiene es otro aspecto clave a considerar, asegurándose de lavar bien las manos y limpiar los utensilios después de manipular mariscos crudos para evitar la contaminación cruzada. Es recomendable también prestar atención a la presencia de alérgenos y consultar a un profesional en caso de alergias. Además, los mariscos deben almacenarse de manera segura para prevenir la proliferación de bacterias. Mantener una dieta equilibrada y moderada, que incluya una variedad de mariscos, es esencial para obtener los nutrientes beneficiosos sin excederse en su consumo, evitando así problemas relacionados con elementos como el ácido úrico.