Qué pasa si comes jamón serrano todos los días

Es una de las carnes procesadas más saludables, aunque no debe consumirse en exceso

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Corte de una loncha de jamón ibérico (Shutterstock España)
Corte de una loncha de jamón ibérico (Shutterstock España)

Como símbolo de la gastronomía española, el jamón se ha ganado el privilegio de ser el alimento favorito de muchos. A pesar de que se trata de un tipo de carne procesada, es sin duda una de las opciones más saludables de esta categoría, gracias a su elaboración y a las propiedades nutricionales que posee. Especialmente, el jamón ibérico. Sin embargo, muchas personas optan por el jamón serrano, de peor calidad pero considerablemente más económico que el ibérico. Por ello, el serrano es más propenso a aparecer en la alimentación diaria, ya sea en las tostadas del desayuno o como entrantes. Pero, ¿qué ocurre si comemos jamón serrano todos los días?

Dentro de la amplia gama de carnes procesadas, el jamón serrano es considerado una de las opciones más saludables. Esto se debe a su proceso de curado, que es mucho más natural en comparación con otros embutidos que contienen aditivos y conservantes químicos. Gracias a este proceso, su contenido en grasas y colesterol es relativamente moderado, especialmente si se elige una pieza de calidad y se consume en cantidades adecuadas.

Como recoge la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), el jamón es una excelente fuente de proteínas, un macronutriente esencial para la reparación y construcción de tejidos, el desarrollo muscular y el buen funcionamiento del organismo en general. Las proteínas del jamón serrano son de alta calidad, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita y que no puede producir por sí mismo. Consumirlo regularmente puede ayudar a cubrir las necesidades proteicas diarias, especialmente en personas que tienen una mayor demanda de ellas, como los deportistas o aquellos que buscan mantener o ganar masa muscular.

Otro de los beneficios del jamón serrano es su contenido en vitaminas del grupo B, especialmente la B1 (tiamina), B6 y B12. Estas vitaminas son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso, la producción de energía y la formación de glóbulos rojos. En concreto, la vitamina B12 es fundamental para la síntesis de ADN y el mantenimiento de la salud cerebral, y suele ser deficiente en dietas vegetarianas, por lo que el jamón serrano puede ser una buena fuente para quienes consumen productos de origen animal.

Riesgos de consumir jamón serrano todos los días

Uno de los principales inconvenientes del consumo diario de jamón serrano es su elevado contenido en sal. Durante el proceso de curado, se utiliza una cantidad considerable de sal para conservar y dar sabor al producto. Esta alta concentración de sodio puede tener efectos negativos para la salud si se consume en exceso, como el aumento de la presión arterial y el mayor riesgo de desarrollar hipertensión.

Aunque el jamón serrano contiene menos grasas saturadas que otros embutidos, sigue siendo una fuente de estas. Comerlo en exceso puede elevar los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol “malo”) en la sangre, lo que puede incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Por lo tanto, si se consume jamón serrano de manera habitual, es fundamental moderar la cantidad y combinarlo con una dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables que contribuyan a mantener un equilibrio adecuado de lípidos en el organismo.

El doctor López Rosetta nos explica si es malo el colesterol.

¿Con qué frecuencia se debe comer el jamón serrano?

Aunque el jamón serrano es una de las opciones más saludables dentro de las carnes procesadas, los expertos en nutrición recomiendan consumirlo con moderación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de salud sugieren limitar el consumo de carnes procesadas a un máximo de una o dos veces por semana.

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